Título original: The town. |
SINOPSIS
Doug MacRay no está hecho de la misma pasta que sus colegas en el crimen. A diferencia de ellos, Doug ha tenido una oportunidad de tener éxito, una oportunidad para evitar seguir las huellas criminales de su padre. En lugar de ello, se convirtió en el líder de un grupo de implacables ladrones de bancos que se enorgullecen de coger lo que quieren de forma limpia. La única familia que tiene Doug es la de sus socios criminales, especialmente Jem quien, a pesar de su temperamento peligroso e irritable, es lo más parecido a un hermano que Doug haya tenido nunca. Sin embargo, todo ha cambiado desde el último trabajo de la banda, cuando Jem hizo un rehén por un breve espacio de tiempo: la directora de la entidad, Claire Keesey.
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CRÍTICAS
[Ramón Ramos, CinemaNet]
Una banda de atracadores de bancos, cuyo oficio ha pasado de padres a hijos, coge a la directora de la sucursal como rehén en su último golpe y después se enteran de que vive cerca de ellos. Uno de los integrantes, que no está muy conforme con su vida delictiva, la sigue para asegurarse de que no podrá reconocerlos, pero al conocerla la trama se complica.
Esto es The town – Ciudad de ladrones (The Town, Ben Affleck, 2010), un thriller poco original en su guión pero muy sólido en su dirección. Con reminiscencias a Heat (Michael Mann, 1995) y Le llaman Bodhi (Point break, Kathryn Bigelow, 1991) Ben Affleck dirige su segundo film, que él mismo protagoniza, con bastante aplomo y un resultado final muy estimable, mejor como director que como actor. El conjunto no tiene trampa ni cartón. Las cosas ocurren sin sorpresas ni sobresaltos, pero la forma de contar la historia mantiene el interés en todo momento. Las coreografías en las escenas de acción son muy destacables, ya que no cae en el típico montaje confuso que prima hoy en día, sino que opta por un estilo más tradicional en la planificación. Se puede decir que la persecución de coches está más cercana al estilo de John Frankenheimer en Ronin (1998) que al de Michael Bay en La Roca (1996) o el de Stallone en Los Mercenarios (2010).
Los personajes principales están bien trazados pero los secundarios apenas tienen sustancia, y es una lástima porque cuentan con actores estupendos como Pete Postlethwaite o Chris Cooper, pero el nudo dramático del film se centra demasiado en el trío protagonista formado por Ben Affleck, Jeremy Renner y Rebecca Hall. Una historia sobre la búsqueda de la redención, de querer un cambio de vida cuando uno es consciente de que lo que hace no está bien, pero se ve atrapado por su pasado y las cosas no resultan tan fáciles como parece. Uno no es tan libre de hacer lo quiera con su vida, siempre se depende de otras personas y del entorno en que se vive.
En general es una película de acción con trasfondo dramático, que al final deja la sensación de que prima la trama policiaca sobre la parte más trascendental de la historia, en un thriller entretenido resuelto con mucha soltura por parte de su director.
[Juan Orellana, Pantalla90]
El famoso actor Ben Affleck, que ya mostró su talento como director en Adiós, pequeña, adiós, vuelve a triunfar con esta película de género sobre las bandas de atracadores en Boston. Él mismo protagoniza la cinta, acompañado de buenos intérpretes como Rebecca Hall, Jeremy Renner, Pete Postlethwaite o Chris Cooper. La película ha costado 37 millones de dólares y sólo en EE.UU. ya ha recaudado 75 millones.
La película no es nada original en su argumento. En una banda de asaltantes de banco hay un malo-malo y un malo-bueno, el cual se enamora de la chica que trabaja para el FBI. El resto es más o menos previsible. Lo interesante de la cinta es, por un lado, un guión que permite que afloren muchas subtramas de interés antropológico; por otro, una concepción del género que pone el peso en la dirección e interpretación de actores. A ambas virtudes hay que añadir la eficacia de un rodaje y el vigor de un montaje que son excelentes.
La película no es sólo una clásica cinta de redención o segundas oportunidades; plantea dilemas morales muy difíciles de resolver, aborda el drama de los vínculos familiares heridos, los conflictos de lealtades, el determinismo social… todo ello engarzado perfectamente en un guión todoterreno. Conviene advertir que la película es muy violenta, sin llegar a lo gore, y aunque recurre al fuera de campo en las ocasiones más brutales, es tan impactante la planificación que el efecto es casi el mismo en el espectador. Una gran película.
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