Película, basada en hechos y personajes reales, narra la historia de un grupo de personas que, en plena persecución religiosa, se rebelan contra la injusticia, se levantan contra el poder establecido y arriesgan sus vidas en la lucha por la libertad.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original:For Greater Glory: The True Story of Cristiada |
SINOPSIS
¿Cuál es el precio de la libertad? En el año 1926, El general Gorostieta,un militar retirado,ve como México entra en una violenta guerra civil. Con el apoyo de su esposa, decide unirse a la causa y transformar a un grupo irregular de rebeldes, que no tienen quien los lidere, en una fuerza heroica que defenderá con valentía una justicia que parece perdida.
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CRÍTICAS
[Mª Ángeles Almacellas – CinemaNet]
México, año 1926. El gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles ha promulgado leyes represoras de libertades fundamentales ateniéndose a la Constitución de 1917, surgida de la Revolución, que negaba la personalidad jurídica a las iglesias, las sometía a fuertes controles por parte del Estado y las privaba de su derecho a poseer bienes raíces; prohibía la participación del clero en política; conculcaba derechos básicos de los religiosos e impedía el culto público fuera de los templos. Tras un período de resistencia pacífica, comenzaron las rebeliones en distintos puntos de la nación.
A petición de la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa, el general Enrique Gorostieta, militar retirado, ateo pero hombre honrado y amante de la libertad, se une a la causa, asume el mando de todos los grupos rebeldes y organiza un ejército. Esa contienda se conoce con el nombre de “Guerra Cristera”, porque los rebeldes, que defendían el derecho a la libertad religiosa, peleaban bajo el lema “Viva Cristo Rey”.
La película, basada en hechos y personajes reales, narra la historia de un grupo de personas que, en plena persecución religiosa, se rebelan contra la injusticia, se levantan contra el poder establecido y arriesgan sus vidas en la lucha por la libertad. Al frente de todos ellos, el general Gorostieta, que acabó convirtiéndose al catolicismo, movido por el ejemplo de fe cuantos combatían a sus órdenes. No es raro que haya recibido críticas furibundas por parte de ciertos sectores, que pretenden negar lo que aconteció y borrar de la memoria del pueblo a los mártires que entregaron su sangre por fidelidad a sus creencias religiosas.
Pero “Cristiada” no es una narración maniquea de acusaciones y rencores, es la exposición de unos hechos tristes de la historia de México y de la entrega de unos hombres, heroicos y ejemplares, capaces de dar la vida por defenderse de quienes pretendían imponer el pensamiento único y les privaban de un derecho humano básico tan fundamental como es la libertad religiosa.
Uno de los personajes de la película, José, de sólo 14 años, sería beatificado junto a otros doce mártires, en 2005, durante el pontificado del Papa Benedicto XVI. Las escenas de su martirio en la película, que rememoran la Pasión de Cristo, son estremecedoras, especialmente esa conmovedora Piedad, sobria y serena en el profundo dolor.
El film está bien realizado, la fotografía es espectacular y el vestuario y toda la ambientación están bien logrados. El elenco de actores, principales y secundarios, es, sin duda, lo mejor de “Cristiada”. Brilla Andy García en el personaje principal, pero Peter O’Toole, Catalina Sandino, Eduardo Verástegui, Eva Longoria y todos los demás suponen un auténtico lujo en la pantalla. En algún momento parece que la película pierde un poco el ritmo, como si buscara nuevos episodios en una serie televisiva, como si se viera obligada a prolongar la historia con nuevas subtramas. Pero, en su conjunto, es una buena película, que capta perfectamente la atención del espectador de principio a fin, sin prácticamente apercibirse del largo metraje. Y sobre todo, la historia de los cristeros cuestiona, invita a la reflexión, desde la primera enseñanza del Padre Christopher (Peter O’Toole) al joven aprendiz de monaguillo, “¿Quién eres si no defiendes aquello en lo que crees?”, hasta el coraje de negarse a gritar “Muera Cristo Rey” para salvar la vida y musitar, como una oración, “Viva Cristo Rey”, en el último suspiro.
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