ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET
Año de producción: 2010
Dirección: Danis Tanovic
Actores: Miki Manojlovic, Mira Furlan, Boris Ler, Jelena Stupljanin, Milan Strljic
Guión: Danis Tanovic (basado en la novela de Ivica Djikic)
Fotografía: Walther Van Den Ende
Montaje: Petar Markovic
Diseño de producción: Dusan Milavec y Senda Popocav
Distribuye en cines: Wanda Vision
Duración: 113 min.
País: Bosnia- Herzegovina, Francia, Reino Unido, Alemania, Eslovenia, Bélgica y Serbia
Género: Drama
Estreno en España: 15 de julio 2011
SINOPSIS
Bosnia-Herzegovina, 1991. Los comunistas han perdido el poder y Divko Buntic vuelve a su pueblo a reclamar la casa familiar. Tras veinte años de exilio en Alemania, regresa, en su ostentoso Mercedes, con una novia jovencita, con Bonny, el gato negro de la suerte, y con los bolsillos llenos de marcos alemanes. Utiliza su dinero y sus relaciones para desahuciar a la fuerza a su esposa Lucija, de la que está separado, pero hace lo posible por volver a ver a su hijo Martin, de veinte años. Ocupados en sus actividades cotidianas, los habitantes del pueblo hacen caso omiso de los rumores acerca de disturbios políticos de carácter secesionista. Para ellos resulta imposible imaginar que las dos regiones que siempre han formado Bosnia-Herzegovina puedan separarse algún día.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín. COPE]
Bosnia y Herzegovina, 1991. Los comunistas han caído por fin, y Divko Buntic (Miki Manojlovic) regresa a la pequeña ciudad donde creció para reclamar la casa familiar. Tras veinte años autoexiliado en Alemania, el cínico y prepotente Divko irrumpe con su llamativo Mercedes rojo, su guapa novia Azra (Jelena Stupljanin), su gato negro de la suerte y los bolsillos llenos de marcos alemanes. El dinero y su primo Ivanda (Milan Strljic), recién proclamado alcalde democrático, ayudan a Divko a desalojar a la fuerza a su ex mujer Lucija (Mira Furlan) y al rebelde hijo de ambos, Martin (Boris Ler), que son realojados en un infecto apartamento municipal. A pesar de todo, Divko intentará ganarse a Martin. Pero la pérdida de su gato negro, los singulares meandros sentimentales de unos y otros, y la creciente tensión prebélica que asola el país les pondrán las cosas muy difíciles.
Con su primer largometraje, En tierra de nadie, el cineasta bosnio Danis Tanovic ganó en 2001 el Premio al mejor guión en Cannes, y el Globo de Oro y el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa. Después, mantuvo un cierto nivel en El infierno y pegó un bajonazo en la fallida Triage. Ahora regresa al conflicto bélico que sacudió a su país en esta sólida adaptación de la novela homónima de Ivica Dikic. De nuevo, Tanovic demuestra la potencia visual y dramática de su puesta en escena, más bien hiperrealista, pero suavizada con ciertos apuntes surrealistas, que transforman la tragedia en tragicomedia, al tiempo que consolidan la localidad donde transcurre la acción como símbolo poderoso y abigarrado de toda la ex Yugoslavia, abocada fatalmente a la división y la guerra cruel por culpa de unos políticos corruptos y dominados por ideologías inhumanas y destructivas: comunismo, materialismo consumista, nacionalismo radical, racismo, fanatismo religioso… Y, frente a ellas, Tanovic reivindica la fe en el ser humano, en su capacidad de pedir perdón y ser perdonado, con el cariño familiar como cimiento de esos valores. En este sentido, su película deja un agradable regusto optimista, aunque nunca oculta las flaquezas y crueldades que también habitan en el alma humana.
De todas formas, a la película le pesa un poco el tono rocambolesco y melodramático de la trama, ciertos excesos sórdidos y groseros, y un estilo interpretativo algo ampuloso, muy balcánico, que a ratos resulta histriónico. Estos defectos alejan un poco a los personajes del espectador, aunque no impiden varias escenas de notable intensidad emocional —con gozosos ecos de Ciudadano Kane y de los mejores filmes de Emir Kusturica—, así como un desenlace sencillamente magnífico, con Casablanca como punto de referencia.
El realizador bosnio Danis Tanovic se dio a conocer en 2001, cuando ganó el premio al mejor Guión en Cannes, el Globo de Oro y el Óscar a la mejor película extranjera por En tierra de nadie, tragicomedia enmarcada en la guerra que asoló la ex Yugoslavia. Tras abordar otras temáticas en El infierno y la fallida Triage, Tanovic regresa al conflicto bélico que sacudió a su país en esta adaptación de la novela homónima de Ivica Dikic. Él mismo se ha encargado de adaptar el guión.
Cirkus Columbia transcurre a principios de los 90, tras la caída del régimen comunista y antes del inicio de la contienda. Divko Buntic, bosnio que ha vivido exiliado durante dos décadas en Alemania, ha hecho fortuna y aprovecha el cambio de gobierno para regresar a su localidad natal, con su Mercedes de lujo, su gato de la suerte Bonny y Azra, la joven y atractiva novia que se ha buscado tras abandonar a su esposa. Nada más llegar consigue que el alcalde le devuelva su antigua casa, tras echar de mala manera a la mujer a la que Buntic amaba antes de su partida, con la que tuvo un hijo al que nunca ha conocido.
Tanovic utiliza el pueblo donde transcurre la acción como una especie de microcosmos que resume a grandes rasgos la compleja situación que derivó en la sangrienta tragedia. Critica de forma muy inteligente todo lo que dio pie a la guerra, en especial las secuelas de un régimen comunista autoritario e implacable, a unos políticos oportunistas capaces de cualquier cosa por estar en el poder y que les den dinero, ultranacionalistas con ideario peligroso, empresarios sin escrúpulos capaces de comprar lo que sea, etc. Inicia Tanovic la cinta con humor, y poco a poco todo deriva hacia un final de enorme tensión dramática.
Aunque lo que cuenta es terrible, Tanovic mantiene una enorme fe en el ser humano, en su capacidad de redención y en el valor de los lazos familiares que se mantienen suceda lo que suceda. Sus referencias fílmicas son impagables para los cinéfilos, pues el Cirkus Columbia que da título a la cinta viene a ser un símbolo de la infancia perdida como el trineo Rosebud de Ciudadano Kane, muchos elementos remiten al cine de Emir Kusturika, en especial la presencia del protagonista de Underground, Miki Manojlovic, y el personaje de éste recuerda a Humphrey Bogart en Casablanca. Su interpretación de cínico duro que en el fondo esconde sentimientos es de lo mejor de la cinta, en la que está acompañado de un reparto a su altura, en el que también destaca la presencia de Mira Furlan, la francesa Danielle Rousseau de Perdidos, como la madre de su hijo