ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: Tyrannosaur |
SINOPSIS
En “Redención (Tyrannosaur)” conoceremos a Joseph, un viudo alcohólico y dominado por la violencia, que encuentra la esperanza de la redención en Hannah, una trabajadora de la caridad cristiana. Joseph se burla de la fe de Hannah y de su idílica existencia; sin embargo, rápidamente se da cuenta de que la vida de Hannah no tiene nada de plácida. Según avanza su relación, ambos llegan a darse cuenta de cómo el amor y la amistad pueden encontrarse incluso en los lugares más oscuros.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín – COPE]
Joseph (Peter Mullan) es un viudo alcohólico, racista y embrutecido por la violencia. Un día, encuentra una cierta esperanza de redención en Hannah (Olivia Colman), una sufrida mujer, dependienta en una tienda de la caridad cristiana. Joseph se burla de la fe sencilla de Hannah y de su idílica existencia. Sin embargo, pronto descubre que, en realidad, Hannah sufre los desprecios y malos tratos de su esposo (Eddie Marsan), un hombre sin personalidad y extremadamente celoso.
Sorprende gratamente este primer largometraje como director y guionista del actor Paddy Considine, ampliamente galardonado en el Festival de Sundance 2011 y en los últimos British Independent Film Awards. Por un lado, su dirección de actores es sensacional, de modo que arranca a Peter Mullan y Olivia Colman unas interpretaciones sencillamente perfectas. Además, tiene personalidad visual y densidad dramática su hiperrealista puesta en escena, deudora del estilo de sus compatriotas Ken Loach y Mike Leigh.
Pero, sobre todo, destaca su audaz guión. Ciertamente, a veces extrema hasta la tragedia la brutal instintividad de los personajes, mostrada con crudeza verbal y visual, aunque con un hábil recurso a la elipsis. Y también es verdad que opta por un desenlace más ambiguo de lo deseable, sobre todo en comparación con el alegre vitalismo de la secuencia de la fiesta. Sin embargo, en términos generales, la película apuesta, sin complejos y con apabullante sinceridad, por el poder redentor del amor a los demás y a Dios. Un mensaje aleccionador, magníficamente subrayado por la banda sonora de Chris Baldwin y Dan Baker, y por un par de baladas de antología.
[Decine21]
Durísimo y deprimente film premiado en Sundance del actor Paddy Considine, que debuta tras la cámara en el largo con el doble papel de director y guionista. Parece ser que se inspira en alguna experiencia personal negativa, y en efecto, se diría que ha puesto el alma, por así decir, en esta amarga película. Demuestra el británico pulso narrativo, y la pareja protagonista, Peter Mullan y Olivia Colman, se muestran convincentes con sus personajes.
Sin embargo domina un tono desesperanzado, brutal y cruel, en que sobresalen los aspectos más sórdidos del ser humano, lo que se subraya con la paleta de colores apagados con que se compone cada fotograma. De modo que la fe se demuestra insuficiente, y tampoco puedes estar seguro de hasta dónde alcanzará el apoyo de otras personas.
Aunque es innegable la conexión de lo que se cuenta con el mundo real -la violencia conyugal, la bebida como refugio para huir de los problemas, la incapacidad que tienen algunos para ver personas en los demás…-, Considine se empeña en golpear fuerte todo el tiempo la sensibilidad del espectador, proporcionándole poco aire para que respire, hasta el punto de que resulta algo forzado el único desahogo que proporciona, la “fiesta” -por llamarla de algún modo- que sigue al entierro del mejor amigo de Joseph.
Las opciones de redención que ofrece a Joseph resultan limitadas, y resulta difícil hacerse cargo de la situación anímica de Hannah al concluir la película; se diría que continúan perdidos en sus personales laberintos, no hay salida más allá de la resignada supervivencia. Curiosamente Considine conjuga la creación de una atmósfera tremendamente opresiva con el recurso a la elipsis, evita casi siempre lo escabroso, sugiriéndolo.
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