Quinta aventura de la Patrulla X que tiene como puntos fuertes su extenso y nutrido reparto de estrellas y sus sobresalientes efectos especiales, por encima de un guión inconstante. Alguno dirá, con razón, que ya resulta un poco agotador tanto superhéroe en tramas trepidantes, aparatosas y más bien esquemáticas. Pero se ha llegado a tal perfección técnica y a tal dominio del cóctel mágico de fantasía, acción, aventuras, romance, terror, drama y humor, que es difícil criticar estas superproducciones más allá de que ofrecen “más de lo mismo”.
ESTRENO Título original: X-Men: Days of future past. |
SINOPSIS
Un insuperable grupo de X-Men lucha por la supervivencia de la especie en una guerra que se desarrolla en épocas diferentes. Los miembros de dicho grupo unen sus fuerzas a las que ellos mismos poseían en el pasado, cuando eran más jóvenes, para cambiar un importante acontecimiento histórico y librar una épica batalla que podría salvar nuestro futuro.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín – COPE]
Si dejamos a un lado los dos ‘spin-off’ sobre Lobezno —“X-Men orígenes: Lobezno” (2009), de Gavin Hood, y “Lobezno inmortal” (2013), de James Mangold—, “X-Men: Días del futuro pasado” es la quinta aventura fílmica de la Patrulla X, creada en 1963 por Stan Lee y Jack Kirby para los cómics Marvel. En ella vuelve a ponerse tras la cámara el cineasta neoyorquino Bryan Singer (“Sospechosos habituales”, “Superman Returns”, “Valkiria”, “Jack el caza gigantes”), el gran impulsor de la saga. Su principal atractivo es que, gracias a los viajes en el tiempo, une en una misma trama a los personajes de la primera trilogía —“X-Men” (2000), “X-Men 2” (2003), ambas de Singer, y “X-Men: La decisión final” (2006), de Brett Ratner— con ellos mismos cuando eran jóvenes, tal y como aparecieron en “X-Men: Primera generación” (2011), de Matthew Vaughn.
En un futuro no muy lejano, tanto los mutantes como los humanos están siendo exterminados por los Centinelas, unos sofisticados robots desarrollados para eliminar a todo mutante sobre la tierra, pero que también han escapado al control de los humanos. Para evitar el genocidio de unos y otros, los ya ancianos Magneto (Ian McKellen) y Profesor X (Patrick Stewart) deciden que lo mejor es enviar a Lobezno (Hugh Jackman) al año 1973 para que hable con los jóvenes mutantes Eric Lehnsherr (Michael Fassbender) y Charles Xavier (James McAvoy) —los futuros Magneto y Profesor X—, uno encarcelado en el Pentágono y el otro adicto a una sustancia que le permite caminar, pero le mengua sus superpoderes. Entre los tres deberán evitar que Mística (Jennifer Lawrence) asesine a Bolivar Trask (Peter Dinklage), el ambicioso creador de los Centinelas.
Lógicamente, este complejo argumento se traduce en un reparto apabullante, que sostiene bastante bien el cierto caos narrativo que organiza el guión de Simon Kinberg, al tiempo que saca brillos a los diversos conflictos dramáticos de los personajes, siempre de interés, aunque algunos sólo se esbozan. Por lo demás, Singer introduce a sus criaturas en algunas de las secuencias de acción más espectaculares de toda la saga, desarrolladas con un ágil ritmo narrativo, y resueltas con unos impactantes efectos digitales de última generación. En este sentido, “X-Men: Días del futuro pasado” repite la exitosa fórmula coral y multigéneros de “Los Vengadores” (2012), de Joss Whedon, la cumbre de la otra gran franquicia de la Marvel.
Alguno dirá, con razón, que ya resulta un poco agotador tanto superhéroe en tramas trepidantes, aparatosas y más bien esquemáticas. Pero, en fin, se ha llegado a tal perfección técnica y a tal dominio del cóctel mágico de fantasía, acción, aventuras, romance, terror, drama y humor, que es difícil criticar estas superproducciones más allá de que ofrecen “más de lo mismo”. Aquí pesa también su tosca caricatura del presidente Richard Nixon —más leña a los republicanos—, algún que otro exceso violento o sensual, y el cierto tufillo a apología de la ideología de género que desprende tanta insistencia en el derecho a la diferencia. Por eso, por su mayor humor y por su mejor encarnación de la virtudes heroicas prefiero a Los Vengadores que a los X-Men. En cualquier caso, atención, hay propina al final de los títulos de crédito…
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