SINOPSIS
Sandra con la ayuda de su marido, sólo dispone de un fin de semana para ver a sus compañeros de trabajo y convencerles de que renuncien a sus primas para que ella pueda mantener su trabajo.
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CRÍTICAS
[Elisa Botello – Colaboradora de CinemaNet]
Los hermanos Dardenne, Jean-Pierre y Luc, llegan con un tema muy cercano a la realidad actual en la película Dos días, una noche.
Enmarcada en el contexto social de la crisis económica mundial, una empresa obliga a sus trabajadores a elegir entre recibir una prima cada uno de ellos o mantener el puesto de trabajo de Sandra (Marion Cotillard). Después de una baja por depresión, Sandra recibe la noticia de que tras una votación realizada el viernes, va a ser despedida. Sin embargo le queda un atisbo de esperanza, pues el lunes se va a repetir la votación. Tiene un fin de semana para hablar con sus compañeros y que renuncien a sus primas para que ella pueda conservar su puesto de trabajo. La protagonista cuenta con el apoyo incondicional de su marido, que la anima y la acompaña en todo momento.
En una lucha consigo misma, por la dificultad que supone exponer el problema a sus compañeros, y sumida en una cuenta atrás agotadora, Sandra, se encuentra con diferentes reacciones por parte de cada uno de los trabajadores a los que intenta convencer que voten por ella. El egoísmo, la solidaridad, el miedo, la humanidad… son sentimientos que vamos descubriendo en los diferentes personajes, cada uno de los cuales afronta el problema con diferente actitud.
Pero incluso sumida en esa situación que muchas veces la supera, encontramos atisbos de felicidad y de gratitud hacia sus compañeros, para culminar con una espléndida escena final.
Sandra es la protagonista de este largometraje. En éste personaje, con una carga emocional muy profunda, podemos observar grandes cambios a lo largo de toda la película,una evolución progresiva con varias recaídas hacia el punto de partida. Al principio se presenta como una persona débil, sin ganas de luchar y pesimista, incluso abordada por la depresión. Pero según avanza el film, paulatinamente, va cambiando su actitud, hacia la esperanza, las ganas de luchar, y ésto influye de manera positiva en su marido y algunos de sus compañeros, que se contagian de esta actitud para tomar decisiones difíciles pero positivas para sus vidas. En otros de sus compañeros, la actitud de Sandra, consigue que venzan sus propios miedos, se enfrenten a ellos y a pesar de las consecuencias, tengan valor para actuar libremente y de acuerdo a sus principios. Debido al comportamiento de Sandra y la tesitura en la que ésta se encuentra, los personajes tienen que actuar consecuentemente, dejando al descubierto, una doble vertiente en cada uno de ellos: por un lado empatizan con la protagonista, pues a nadie le gustaría estar en su situación, pero muchos no quieren renunciar a parte de su dinero, por lo que intentan buscar excusas para votar en su contra.
También encontramos personajes con actitudes más extremas y en los que no apreciamos esa doble vertiente, sino que tienen bien clara su posición respecto al problema y actuarán en consecuencia.
Esta película analiza a cada uno de ellos, muchos aspectos de la personalidad humana, invitando a los espectadores a una profunda reflexión.
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