La semana pasada, con motivo del día de Halloween, publicamos una encuesta para dilucidar cuál es la mejor película de terror con valores. Para constatar que, con una mente abierta y desprejuiciada, se pueden sacar reflexiones valiosas incluso de un género tan poco dado a priori a la puesta en escena de valores como el del terror.
Desde luego, sabíamos que era una lista incompleta. Confiábamos en vosotros para completar la lista y no nos habéis defraudado. A través de los comentarios en la misma página y de las redes sociales, llegaron todas estas propuestas que, ahora sí, conforman una visión más amplia de lo que puede dar de sí el género de los sustos y los monstruos. ¿Cuál es la mejor película de terror con valores? Luces, cámara y acción:
La noche de Halloween
Un asesino en serie cubierto por una máscara que se ha vuelto icónica, un grupo de adolescentes hormonados con propensión a ser atravesados por diversos instrumentos afilados y una celebración aparentemente inocente que se tuerce más de lo debido. Son elementos que hoy en día nos resultan incluso entrañables por lo típicos que resultan, pero que en 1978 eran aún una novedad. Hablamos del género slasher y de su germen, La noche de Halloween de John Carpenter.
Por más que muchos solo hayan visto en esta historia un cuento de terror y vísceras en el ficticio pueblo de Haddonfield, otra visión es más interesante. Según señala el estudioso Juan Andrés Pedrero Santos –y recoge en su interesante artículo el páter cinéfilo José María-, el incomprendido cineasta dirige una trama sobre el despertar sexual de los adolescentes. De alguna manera, esa apertura juvenil se ve truncada por la realidad del desengaño o de la condena social, representada por el silencioso asesino, incapaz de atacar a quienes se abstienen o se moderan.
Línea mortal
Joel Schumacher es un cineasta interesante. Tan pronto perpetra un atentado contra Batman endosándole pezones al traje de George Clooney como rueda un vibrante alegato a la valentía de Veronica Guerin. Tan pronto sigue la sangrienta historia de los chicos perdidos de Santa Carla como pone en escena a otros chicos tal vez más perdidos: los protagonistas de Línea mortal. Cinco inquietos estudiantes de Medicina que se auto-someten a un experimento: una inmersión cada vez más peligrosa en la muerte física, de la que el resto de los participantes deberán arrancar al que, por turnos, se someta a la prueba.
La película, como apunta nuestra colaboradora Susana García, esconde bastante bajo su superficie, aunque no esté demasiado bien resuelta. En este enlace podéis encontrar un análisis a fondo de la película, por lo que nos limitaremos a apuntar algunos de sus temas. La tensión entre ciencia y espíritu, el perdón como liberación o el castigo para el hombre que quiere ocupar orgulloso los terrenos de Dios.
It Follows
Vuelta a los terrenos del slasher, aunque en esta ocasión con un representante más moderno. It Follows, dirigida por un inspirado David Robert Mitchell, presenta una premisa que suena así: los jóvenes protagonistas son acechados por un extraño ser que puede adquirir la forma humana que quiera, y la única forma de darle esquinazo es acostarse con otra persona y que ésta consiga sobrevivir.
Sigue la estela de La noche de Halloween comentada un poco más arriba, pero en esta ocasión el comentario sobre los riesgos del sexo descontrolado y sin amor es todavía más evidente.
Drácula
La figura del vampiro, como la del zombie, aglutina y explica mucho de nuestra sociedad moderna –y post-moderna-. Lo sabe nuestro colaborador Jorge Martínez Lucena y en este texto lo explica mucho mejor de lo que lo pueda hacer yo. A cuento de la película que nos ocupa, dice esto:
“Esta tendencia humanizadora se consolida en el mainstream con Drácula (Francis F. Coppola, 1992), que reconvierte el mito fundador de Stoker en una cosa que en su origen no era: una historia de amor verdadero entre el Conde (Gary Oldman) y Mina Harker (Winona Ryder). A partir de entonces siguen existiendo los vampiros del tipo clásico, despiadados predadores de hombres, pero ya no son la visión ni única ni siquiera predominante que de éstos tienen nuestras ficciones”
Bitelchús
De nuevo Tim Burton para terminar. El californiano parece no poder ausentarse de una lista de estas características, y si bien podrían haber entrado aquí otras obras suyas como Frankenweenie o La novia cadáver, la escogida por vosotros ha sido esta “Bitelchús”. La historia de este “exorcista de vivos” –ayuda a los fantasmas a echar de su hogar a cualquier ser vivo que les esté molestando- nos permite recordar al Burton más memorable y desatado, con ideas geniales y una puesta en escena de vuelta de todo.
Estos son los contendientes, ¿quién es el mejor? ¿Nos hemos dejado alguna fundamental? Decídnoslo en los comentarios: