SABER VER
Poco antes de morir, el gran violoncelista Pau Casals afirmó: “la humanidad todavía no sabe lo que tiene al poseer el don de la música”. Cuando nos dejamos sobrecoger por la belleza del arte, experimentamos la sorpresa del asombro. El arte “atrapa”, atrapa el corazón, y los sentimientos, atrapa la razón, atrapa la vida. Cuando “se da a luz” desde el mundo del arte, el hombre puede sentir conmovido su presencia cautivadora y la idea clara de la excelsitud humana.
Richard Ford, flamante Premio Princesa de Asturias de la Letras 2016, ha reivindicado en su discurso el oficio del escritor como capacidad de imaginar y crear algo bueno. Citando a Ortega y Gasset – “la vida se nos da vacía” y, por ello “todo puede suceder”-, el escritor, afirma que tiene como tarea hacer que sucedan más cosas: crear para los demás algo bueno que antes no existía; “tal vez, afirma en su discurso, aportar alegría”. El arte disipa las tinieblas.
La cercanía con la más bella de las músicas reveló al atormentado Beethoven una verdad decisiva: que la vida tiene un profundo sentido más allá de las penalidades diarias; la música es una forma privilegiada de participar en un reino de extraordinaria belleza.
Rescatamos de la filmografía dos obras maestras del cine sobre dos grandes maestros de la música: “Amadeus” y “Copying Beethoven” para pasear seguidamente por otros escenarios musicales -muy diferentes- recogidos por el séptimo arte.
AMADEUS (Milos Forman, 1984)
Impresionante adaptación de la obra de Sahffer sobre la vida de W.A. Mozart, narrada a través de un sobrecogedor Salieri consumido por los celos artísticos. Obra maestra del cine, deja asombrado al espectador cuando escucha una banda sonora compuesta por la mayor figura musical de todos los tiempos. El asombro llega a su zenit cuando al placer de escuchar, se une la representación de las óperas, momentos álgidos del film. La perfección de la película está envuelta en un diseño de vestuario, con un bellísimo tratamiento de la luz y del color, y una recreación histórica barroca que deja al espectador sin aliento.
COPYING BEETHOVEN (Agnieszkas Holland, 2006)
“La música como lenguaje del alma, y el silencio como una realidad interior que permite al espíritu cantar y alcanzar la libertad. Es el mundo del sordo más famoso de la historia”, así comienza la imponente crítica de este film realizada por nuestro llorado Julio Rodríguez Chico. Asistimos a un emocionante largometraje en el que el primer aval es la música del genial Beethoven; la película captura los momentos en que el genio compuso -además de otras piezas-, la Novena Sinfonía, acercándonos al exclusivo mundo de la creación artística, y a una mente que sólo oye la música que lleva dentro, a alguien que ha librado una titánica lucha por alcanzar la libertad interior.
STRADIVARI (Giacomo Battiato, 1989)
No hablamos ahora de un gran músico, sino de la biografía de Antoni Stradivari, el famoso fabricante de violines, interpretado por el siempre convincente Anthony Quinn y su hijo Lorenzo. Desde que siendo niño el pequeño Antoni oye por primera vez un violín, se siente enamorado por el sonido de este instrumento e intenta crear el suyo propio. Su historia reúne todos los requisitos para desarrollar una extensa mitología en torno al artista y sus creaciones; el misterio rodea el barniz de “escondida fórmula”, la densidad de la madera, la estilizada estructura. Logrará un tipo de violín -capaz de reproducir la más bellas notas- que se hará famoso en el mundo entero.
RAY (Taylor Hackford, 2004)
Biopic que nos acerca al genial Ray Charles -ciego desde la infancia- y a su música. Considerado como una leyenda musical, fue un hombre capaz de fundir los más diversos estilos musicales: jazz, el R&B, el rock &roll, el golpes; fue cantante saxofonista y pianista. Los logros en su carrera se narran entrelazados con su agitada vida personal. Se trata de una historia de superación. Los flash-backs que retrotraen a la infancia imprimen al film una gran hondura emocional. El mismo Ray Charles dio luz verde a la película. En una entrevista aseguró: “me gustaría que la gente entendiera las tribulaciones que sufrí desde que era niño…Quiero que la gente vea que uno puede superar la adversidad si se empeña”.
A PROPÓSITO DE LLEVYN DAVIS (Joel Coen, Ethan Coen, 2013)
De nuevo los hermanos Coen dan pruebas de su gran talento. Asistimos a la proyección de una cinta filosófica tan desconcertante y tan genial como su banda sonora. Película concebida en forma de pregunta que nos interroga sobre lo que vivimos. Describe una semana en la vida del cantante folk Llevyn Davis, joven apaleado por la vida, que trata de abrirse camino en el Greenwich Village neoyorquino. La valentía con la que el músico se enfrenta con un mundo adverso, donde el éxito no está garantizado, infunde al relato un profundo aliento vital. Las canciones que salpican la narración son sencillamente maravillosas, muchas con letras adecuadas a la situación vital del protagonista.
EL PROFESOR DE VIOLÍN (Sergio Machado, 2015)
Panorámica social inspirada en hechos reales. Con música de fondo, que se nos ofrece con gran belleza y sensibilidad, asistimos al milagro del poder transformador de la música personalizado en Laertes, violinista de talento que, rechazado en la prestigiosa Orquesta Sinfónica del Estado, comienza a dar clases de música a adolescentes en una favela de Sao Paulo. Esta experiencia cambiará su vida -y la de sus alumnos, a los que abre las puertas a un nuevo mundo-, porque de fondo se nos habla también de la insatisfacción vital que provoca el propio fracaso, y como la apertura a los problemas de otros, se convierte en camino para superar dificultades y hacer rendir los propios talentos.