Economía de cine
El caso de un abogado idealista contra la corrupción del sistema sirve a Albert Givernau como base para explicar las claves del espíritu emprendedor, dentro de la serie de Economía de cine.
Un joven e idealista abogado que se encuentra con el caso de su vida. Matt Damon es Rudy Baylor, un abogado que se enfrenta a un caso de dimensiones insospechadas. En su contra está todo un ejército de experimentados letrados, encabezado por Jon Voight; a su lado, Deck Shifflet (Danny DeVito), un simpático y divertido -eterno aspirante- a abogado. Sus posibilidades de ganar van de escasísimas a ninguna… hasta que descubre una pista que desenmascarará la corrupción del sistema.
En esta cinta encontramos muchos rasgos que debería poseer un buen gestor. En primer lugar; si uno no sabe algo es necesario reconocerlo y buscar a alguien competente que se lo pueda explicar. El orgullo no tiene cabida en la empresa; reconocer el error y buscar soluciones es un gran paso para lograr ser un buen directivo. O sencillamente aprender a preguntar y pedir ayuda. Parece poca cosa pero es la diferencia entre buscar soluciones a un problema o buscar culpables.
El joven abogado no sabe, reconoce que no sabe y se intenta rodear de personas que saben. Además pone mucha atención en el modo de actuar de los abogados con experiencia. En el mundo empresarial suele ser muy necesario y útil tener cierta soltura en el habla. En el fondo tener credibilidad; que lo que cuentes sea escuchado. Si eres incapaz de exponer tus ideas con cierta riqueza lingüística tus aspiraciones profesionales se verán frustradas.
Una imagen curiosa de esta película es la de la anciana que quiere dejar toda su herencia a un telepredicador. No tiene a nadie que la quiera y todo su “tesoro” lo acabará entregando a algún desconocido. Esta situación puede parecer triste pero es muy real. Hemos de aprender a querer a nuestros clientes, tratarlos con amabilidad y razonar con ellos algunas propuestas, que no se reduce simplemente a escucharles.
Además de muchas otras cosas, en el mundo empresarial se necesita cierta flexibilidad y aprender a tener estómago para digerir lo que salga mal, sabiendo que sin arriesgar es difícil hacer avanzar un proyecto. En otras palabras, es clave confiar en las propias posibilidades y a veces lanzarse a la aventura que puede suponer un nuevo negocio; convertirse en emprendedor.
En la película, Rudy está recién licenciado y cuando surge la posibilidad de trabajar por su cuenta no lo duda y acepta. Rudy es un emprendedor. En el mundo de los negocios sobreabunda la apariencia. Nunca debemos dejarnos intimidar por los demás y plantar cara cuando sea necesario. En la película Rudy se presenta solo ante una legión de prestigiosos abogados; no tiene miedo porque sabe que detrás de las apariencias solo hay humo.