Sinopsis
Stefan Zweig (Tómas Lemarquis) no puede pisar su país. Su condición de judío y el hecho de que corra el año 1939 se conjugan para obligarle a vivir en el exilio. Abatido por el dragón que despierta en Europa, el escritor –autor dotado de una gracia incomparable para describir un mundo que se deshace en cenizas- languidece en Brasil junto a su esposa Lotte (Aenne Schwarz) a la vez que sus ideales se marchitan.
Crítica
La derrota más amarga
Stefan Zweig. Adiós a Europa es cine amargo. Como la cerveza o el café, no es una película para paladares habituados al dulce de las cintas de domingo tarde. O de las películas en las que pasan cosas, en general. La de Maria Schrader es una cinta tejida a base de tiempos muertos, que es una forma bonita de decir que en la película apenas ocurre nada. Al menos, no en la superficie.
Superada la primera barrera que levanta el estilo del relato, más ocupado en las pausas y en los momentos aparentemente intrascendentes que en los momentos de pasión o tragedia, la cinta se revela como un ejemplo preclaro de cómo la forma ha de seguir al fondo. Seguramente, rodar este Adiós a Europa a la manera de –pongamos- el drama típico de Hollywood la habría hecho más entretenida, pero también más adocenada. Y no habría supuesto la exploración del alma de Stefan Zweig que sí resulta esta película.
Zweig fue un autor fascinante, por su obra y por su vida. Judío bajo el régimen nazi, se vio obligado a huir a Brasil en cuanto empezó el acoso. Nostálgico irredento de una Europa que no existió –una edad de oro plasmada en su fabuloso El mundo de ayer. Memorias de un europeo-, el escritor vivió su exilio como una condena hasta que se mató creyendo que nadie lograría detener a Hitler. Era 1942.
Conocer este hecho biográfico es vital para comprender el aura de desolación que recorre cada plano y cada encuadre de esta película. La directora no está interesada en los eventos, sino en los anti-eventos: a través de visitas a su ex mujer, de recepciones chapuceras en pueblos selváticos o de conversaciones intrascendentes sobre las vistas, Zweig revela su alma rota.
El título es revelador por cuanto la cinta expresa la impotencia del intelectual que ve cómo los ideales que en su cabeza dan forma a Europa –de Erasmo de Rotterdam a Tolstoi– se ven aplastados por una Europa en guerra que se hace cenizas. Pero no solo: también habla de la sensación de no tener patria, de la culpabilidad por no poder ayudar a más gente. Una película, en suma, que en su austeridad se convierte en el propio Stefan Zweig: un hombre que prohibía celebrar su cumpleaños en Brasil porque le parecía una falta de respeto.
Adiós a Europa es, por último, una extraña muestra de cine bélico. Uno en el que la guerra no se ve pero lo cubre todo como un fantasma incómodo. Está en los ojos vidriosos de Zweig –muy creíble la interpretación derrotista de Tómas Lemarquis-, en las cartas que se amontonan en la mesa de la cocina. Un aire de muerte impregna el metraje desde ese primer plano engañoso lleno de color.
Una dicotomía interesante, ya que -de algún modo extraño y retorcido- este anti-biopic de Stefan Zweig no deja de ser un alegato pacifista y antirracista. Una recompensa oculta para el espectador que no se arrugue ante la dificultad y esté dispuesto a sacar pico y pala para penetrar en el misterio de una personalidad a la vez grandiosa y deprimida.
Ficha técnica

- Título Original: Stefan Zweig: Farewell to Europe
- Dirección: Maria Schrader
- Guión: Maria Schrader, Jan Schomburg
- País: Austria
- Año: 2016
- Duración: 106 min. min.
- Género: Drama biográfico
- Interpretación: Tómas Lemarquis, Barbara Sukowa, Nicolau Breyner, Charly Hübner, Lenn Kudrjawizki, Ivan Shvedoff, Josef Hader, Harvey Friedman, Nahuel Pérez Biscayart, André Szymanski, Aenne Schwarz
- Productora: X-Filme Creative Pool / Idéale Audience / Maha Productions
- Música: Tobias Wagner
- Fotografía: Wolfgang Thaler
- Estreno en España: 21 de abril de 2017