La inteligente obra de Ezequiel Radusky, Planta Permanente, se estrena mañana viernes, 2 de julio, en los cines de nuestro país. En CinemaNet hemos tenido ocasión de charlar con él sobre la película, y algunas reflexiones esenciales…
Ezequiel Radusky nació en 1981 en San Miguel de Tucumán (Argentina). Es director de cine, guionista y actor. Su primer largometraje, Los dueños se proyectó en la 52 Semana de la Crítica en Cannes en 2013, donde consiguió la Mención Especial del Jurado.
Su nueva película, Planta Permanente ganó Mejor Proyecto en la Coproducción Europa-América Latina VI Foro del Festival de Cine de San Sebastián en 2017, obtuvo una mención especial en el Concurso de Guiones del 39 Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana (2017) y tuvo una ayuda a la coproducción de Ibermedia, en 2018.
¿Cuándo empezó en usted esta vocación por el cine?
A mi el cine me apasionó desde muy chiquito. Yo quería ser actor de cine, mi ídolo era Jack Nicholson. En mi casa se veía mucho cine.
En realidad yo empiezo a hacer teatro en Tucumán (Argentina), no estudié cine, estudié teatro, porque no había escuela de cine en Tucumán, no había industria, recién está empezando ahora a surgir algo. Tenía un grupo de teatro en el que estaba Agustín Toscano, mi socio de toda la vida, con quién dirigí Los dueños, en el que intentábamos actuar como si fuese cine, y no solo eso, sino trabajar con esa estructura que tiene el cine que es más principio-desarrollo-fin.
Buscábamos lo que llamamos «realismo cinematográfico», que era actuar con los espectadores muy cerca, para que los actores no tengamos que proyectar demasiado para no generar esta cuestión del teatro que proyecta más la actuación teatral, y que está muy vapuleada por el cine. Yo creo que el cine es hijo del teatro, amo venir del teatro para haber pasado al cine.
Esa influencia que comenta del teatro se nota en Planta Permanente, en ciertos planos, en la manera de contar la historia…
La puesta en escena me parece la clave, yo preparo la escena como si fuese una obra de teatro, confiando en la potencia de la escena y lo que generan los actores. Si tienes un guión que no es tan bueno, pero si está bien actuado, va a funcionar. Ahora, si tienes un guión espectacular, pero si no está bien actuado, no va a pasar nada. Cuando combinas las dos cosas, es cuando pasan cosas fantásticas.
En cuanto a los planos, si quieres mostrar más emociones vas a un plano más cerrado, si quieres mostrar menos, a uno más abierto. Pasa en el cine contemporáneo, sobre todo en estas series nuevas que estrenan cada dos minutos, se va a una fórmula rápida de buscar suspense.
Puede que un personaje se este comiendo un sandwich, pero la cámara vuela a su alrededor, hay una música… un intento de contar con condimentos, y a veces hay que confiar. Haciendo una analogía con la comida, si tienes un buen trozo de carne, no le pongas tanto condimento y confía en el buen sabor de esa carne que has comprado.
La cámara sigue a los actores, no al revés. Hay que confiar en los actores.

¿Cómo surge la idea para Planta Permanente?
Siempre escarbo en situación reales que le han pasado a gente amiga o cercana, a veces el cuento es una cosa, pero está llena de situaciones de la vida real. Admiro mucho a Almodóvar, que también sigue ese método. En concreto, Planta Permanente surge de combinar tres situaciones.
Primero, yo sentía que algo muy fuerte estaba pasando en Argentina entre los años 2013 y 2015, tiene que ver con una clase media muy enojada por el ascenso social que habían tenido las clases bajas, durante el proceso de gobierno anterior. Como si el Estado no tuviese que atender a esas personas, y empezó el odio de clases. A mi eso me angustiaba mucho, sentía que había que escribir algo sobre eso.
Segundo, después de Los dueños, cuando volví a mi trabajo, mi jefe se puso algo celoso de ciertas cosas, de cómo había subido de nivel. Yo tenía ciertas responsabilidades con mi equipo, y él generaba malentendidos y cortocircuitos entre ellos y yo. Así que me fui de ahí.
Cuando me fui, mis compañeros no pudieron ponerse de mi lado, porque era su único laburo, tenían miedo a perderlo. Esa coacción, me sirvió de inspiración para escribir la película.
Antes, pasó otra cosa, que fue la tercera situación. Había una señora que trabajaba en el sitio, y además cocinaba una comida riquísima, los compañeros le dijimos que montase una cantina.
Eso recuerda a la historia de la película…
Pero el final fue distinto al de la película (risas).
En Planta permanente, desde el primer plano hasta el último se nota la voz única de un director, ¿Cómo fue el proceso? ¿Cómo se encara un proyecto tan personal?
En su momento Lila era una víctima que todo le iba ocurriendo, yo venía influenciado por lo que me había pasado en el trabajo, por lo que era una versión cargada de enojo, era una versión mucho menos contenida. Yo era Lila contra todos. Cualquier personaje que escribo lo podría hacer porque son fragmentos de mí mismo.
Una vez pongo los elementos como diamantes en bruto, luego se pulen y se nivelan. Siempre teniendo claro para mi, de cualquier manera, quienes son las víctimas en cualquier orden social, los más débiles, los excluidos.
Siempre que te plantean una cosa es bueno poner la pregunta contraria, hay que saber hasta qué punto vas a ser relativo o ambiguo. Creo en el arte como algo transformador, es una buena misión.

Liliana Juárez, ganó la mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Mar de Plata. Rosario Bléfari, también realiza una gran interpretación, ¿Cómo ha sido trabajar con ellas?
Con ellas trabajé en Los dueños, y con Liliana ya trabajaba antes en teatro, es como si fuese familia, pasamos del lenguaje teatral al cinematográfico juntos. Y Rosario me hice muy amigo después de Los dueños, fue quién nos ayudó a modificar ciertos elementos que se necesitan modificar de un tipo de actuación para la otra.
En Planta Permanente, el trabajo con ellas ha sido muy largo porque según iba escribiendo el guión, iba consultando con ellas todo el tiempo.
Primera versión, se lo mandaba, por ejemplo, le preguntaba qué compañera había tenido en algún trabajo que odiase, ella decía pues había una que se llamaba Marcela, y así queda el nombre Marcela, porque yo sé que cuando Lili activa esas cosas y participa de esa manera en la creación de la obra. Cada vez que diga el nombre del personaje Marcela, algo de eso le va a rebotar en su cabeza y lo va a proyectar como actriz.
Rosario ni siquiera estaba incluida en el proyecto, ella además es cantante escritora, actriz… espectacular. Me dijo que quería hacer ese personaje, Marcela, y entre guión y guión ella iba leyendo o yo le iba contando, y el trabajo que hicimos fue como ir ensayando en su mente, mucho tiempo antes del rodaje.
Queríamos crear un código de actuación que fuese un naturalismo salvaje, que fuese real, natural. Yo he creado como un 30% de los personajes, el resto lo han creado ellas.
Vivimos en el mundo de las plataformas de streaming, y las “películas evento” como llaman desde Disney a sus propios estrenos con Marvel, o Cruella recientemente. ¿Cómo se puede hacer hueco una “Planta permanente” entre tanto gigante?
Marvel, con todo lo que se puede criticar de la industria gigante, creo que están haciendo una cosa que es muy espectacular, por ejemplo, Loki lo dirige el creador de Rick and Morty, y es impresionante el nivel de energía que tienen.
Actualmente, están contratando directores de cine independiente para nuevas entregas, como la directora de Nomadland. Están haciendo contenido masivo, pero lleno de detalles. Son cosas que debe coexistir.
Para que coexistan no se le puede pedir a Disney que mire al cine al cine independiente, pese a que lo hace, como ya se hizo en el cine de los años 40 y 50, trajo a todos los directores europeos y trajo la Edad de Oro.
Para que pueda coexistir el cine de autor, como Planta Permanente, son los gobiernos de los países, los Estados, los que tiene que fomentar y mantener vivo ese cine. Ahora más que nunca. Lo otro ya está, no necesita ayuda.
Tampoco estoy de acuerdo con cineastas que dicen que ese cine masivo no debería existir, que es basura, no estoy de acuerdo. Me parece que es menospreciar al publico, ¿Por qué no se ponen como objetivo llegar a ambos? Llegar tanto al cine masivo como al cine de autor. Hay mucho cine de autor que es mucho peor que cualquier película de superhéroes. Es una dicotomía que hay que desarmar. Hay sitio para todos.
Por último, no sé si puede contarnos en qué anda trabajando ahora…
Estoy trabajando en un melodrama moderno, una película basada en la historia de mi mamá, que falleció de una forma bastante trágica. Durante la pandemia me he dedicado a investigar y conocer la historia.
No quiero que sea actual, quiero que esté ambientada en los 70, basada en la época que mi mamá era adolescente, basada en la relación que tenía con una asistenta. Estoy generando algunos movimientos y cambios para no contar la historia real tal cual, y tener toda la libertad creativa que pueda.
Es un proyecto que no verá la luz tan pronto, habrá que esperar. Intentaré encontrar mi propia vía, con mi propia gente, y eso empicará mucho trabajo.
Muy buena entrevista. Pone en valor propuestas alternativas, Se ve que ha habido quimica entre las partes