El Premio del Jurado Ecuménico 2021 en el Festival de Cannes ha sido para la película japonesa Drive my car, de Ryusuke Hamaguchi. En el informe de concesión del galardón, figura la siguiente justificación: «Por su meditación poética sobre el poder sanador del arte y de la palabra, a través de un largo viaje hacia el perdón y la aceptación. La película transmite un intenso mensaje universal: cómo superar las barreras de comunicación que levantan las normas de las clases sociales, las nacionalidades y las discapacidades física».
Yusuke Kafuku, actor y director de teatro, ha vivido un lacerante drama personal. Ahora va a montar la obra Tío Vania de Chejov, para un festival de teatro en Hiroshima. Las normas del festival impiden que sea él quien conduzca su propio coche, y se le asigna como chófer a Misaki, una joven muy discreta y eficaz en su trabajo. A medida que pasan los días, tantas horas compartiendo el espacio de su viejo coche rojo, al que se añade a menudo la presencia de un joven actor, va gestándose un clima de confianza. Brotan sinceros los recuerdos y, casi imperceptiblemente, se ven enfrentados a sus respectivos fantasmas del pasado.
La trama presenta diversas capas narrativas de gran interés y belleza, con una profundidad poética que conmueve. Las imágenes y la música son de una gran belleza, con rasgos tristes de melancolía. Poco a poco, se va mostrando cómo se configura o, más bien, “reconfigura” el amor de pareja a través de los recuerdos. La trama incide en el sentido de culpa y en la imposibilidad de sentirse perdonado.
Aparece también el valor de la palabra y de los silencios; lo que se dijo, reforzado en la caja de resonancia de un silencio pleno de sentido, y lo que hubiera debido decirse y fue ahogado en un silencio absurdo.
Las historias de los tres personajes se enroscan mutuamente en busca del sentido y del perdón, más allá de la vida.
Hytti Nº 6 (Compartiment Nº 6)
El Jurado también ha concedido una Mención especial a la película finlandesa Hytti N°6 (Compartiment N°6), dirigida por Juho Kuosmanen, «por la tierna mirada sobre el encuentro entre dos personas heridas, que jamás se habrían reconocido entre ellas ni como meros vecinos. Yendo más allá de lo previsible, cada una de ellas logrará, gracias a la otra, superar su soledad».
La película es una “road movie”, no por carretera, sino sobre raíles, en un tren desde Moscú hasta Múrmansk, en el que dos seres distintos llegan a encontrarse.
Laura una joven arqueóloga finlandesa toma un tren desde Moscú hacia San Petersburgo, para ir al yacimiento arqueológico de Múrmansk. Va llena de tristeza por alejarse de Irina, su amada, y de su entorno: el apartamento tan agradable y la vida social con gente culta de conversaciones intelectuales.
En el tren, tiene que compartir compartimento con Ljoh, un joven ruso rudo, inculto y de modales groseros. Son dos personas opuestas e incompatibles. Laura quisiera cambiar de lugar para perderlo de vista, pero no tiene posibilidad y no le toca más remedio que seguir con él. Sin embargo, poco a poco, va surgiendo entre ellos una atracción personal que los lleva a crear un encuentro a pesar de las diferencias de modales y nivel cultural. No es una historia de amor romántica y eso, quizá, sea su mayor mérito. No son tanto un hombre y una mujer, cuanto dos seres heridos que se acercan mutuamente para crear un encuentro.
A lo largo del trayecto, aprenden a conocerse, a quererse y a buscar lo mejor el uno para el otro. Hay momentos hilarantes, cuando vemos a Ljoh absolutamente deslumbrado por Laura y sus intereses, de los que, sin embargo, no entiende nada. Hay también escenas muy tiernas, como cuando juegan en la nieve como dos chiquillos o cuando cenan con la vieja, tal vez abuela de Ljoh.
Ghahreman (Un héros)
El tercer filme seleccionado, pero que ya no alcanzó galardón, fue Ghahreman (Un héros) (Irán, Francia), de Asghar Farhadi. Es la historia de Rahim, un hombre bueno en una espiral de malas decisiones.
Está en la cárcel por no haber podido pagar una deuda. En un permiso de fin de semana, encuentra un bolso lleno de monedas de oro. En vez de venderlo para pagar la deuda que podría sacarlo de la cárcel intenta encontrar al dueño para devolvérselo. Cuando se conoce su gesto, se convierte en un héroe local. Pero, a no tardar, empiezan las graves dificultades
La película es una mirada triste a la existencia humana, que puede atrapar a un hombre y cegarle todas las salidas. Pero un “héroe” es capaz de mantener su bondad y su amor en las peores circunstancias.
Los tres títulos han sido también reconocidos por el Jurado General en la competición del Festival de Cannes 2021: Drive my car recibió el premio en la categoría de guion. El Gran Premio del Jurado, el segundo en importancia del Festival, después de la Palme d’Or fue ex aequo para las cintas de Asghar Farhadi y de Juho Kuosmanen, Ghahreman (Un héros) y Hytti N°6 (Compartiment N°6).
Desde 1974, un jurado ecuménico, nombrado por SIGNIS e INTERFILM, es invitado por el Festival de Cannes para conceder el “Premio ecuménico” a una de las películas que entran en la competición oficial. Dicho jurado consta de 6 miembros, de culturas y países distintos, tres católicos y tres protestantes.