Bronca | Cuando el ser humano pierde la razón

Javier Muñoz Morales

Soy Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, así que se supone que lo mío son los números. En realidad, prefiero los libros y el cine. Estoy convencido de que detrás de cualquier película hay una visión del hombre y del mundo que merece la pena descubrir

Netflix estrenó en abril del año pasado la miniserie Bronca, que podría pasar por un producto más de tantos que, a lo largo del año, ofrece en su plataforma el gigante del entretenimiento. Pero Bronca tiene algo diferente a otras muchas series de consumo que la han hecho merecedora de todos los premios que ha ido cosechando hasta la fecha; Globo de Oro, Emmy y Critics Choice Award son algunos de los más relevantes.

A través de un incidente de tráfico, uno de tantos que puede haber a lo largo del día en cualquier ciudad del mundo, empezamos a conocer a los protagonistas, Amy (Ali Wong) y Danny (Steven Yeun). Cada uno de los dos vive una vida totalmente opuesta a la del otro. Amy es una empresaria de éxito, a punto de cerrar una venta importante, madre de una familia perfecta y con una vida acomodada económicamente; mientras que Danny lucha a duras penas por mantener su pequeña empresa de construcción a flote, está peleado constantemente con su hermano, vive modestamente y necesita dinero.

Bronca es comedia, pero también drama. A partir del enfrentamiento entre Amy y Danny, iremos profundizando en el interior de cada personaje, conoceremos su pasado y veremos que no hay buenos y malos. La serie hace una crítica muy dura de la sociedad actual; entre momentos de humor y situaciones ridículas y extremas para que sea más digerible, pero la crítica es feroz. Un mundo hiperconectado, dominado por las redes sociales, envuelto en un caos afectivo y sexual, y donde lo único que se valora es el éxito material, con una felicidad aparente pero, en el fondo, donde reina la soledad y la frustración.

El enfrentamiento entre Amy y Danny irá escalando en intensidad, provocando situaciones surrealistas e incluso poco creíbles, pero todo ayuda en Bronca para enmarcar de qué es capaz el ser humano cuando pierde la razón y el sentido común. Sin ánimo de “espoilear”, merecen especialmente la pena los dos últimos capítulos, donde la serie llega al cúlmen en su parte dramática, desnudando completamente a Amy y Danny. Tendrán un encuentro verdadero, en el que profundizarán en las preguntas importantes de la vida y se abrirán mutuamente; otra cosa son las respuestas a las que llegan, que no invitan a la esperanza.

En definitiva, Bronca profundiza en el alma humana hasta desnudarla. La serie es cómica, dramática, en ocasiones extrema y surrealista, por lo que puede que no sea del gusto mayoritario, pero sin duda es un título a tener en cuenta. Ayuda mucho la duración de sus capítulos, cortos, en el entorno de la media hora. Bronca no es precisamente una serie positiva ni de valores pero, en cualquier caso, es aguda en su crítica sobre la sociedad actual y la soledad del hombre. Y, por último, cabe destacar el gran trabajo de los dos actores protagonistas Ali Wong y Steven Yeun, sin duda parte del éxito de esta serie.