Parece que hemos vuelto al pasado, cuando New Line Cinema estrenaba año tras año una nueva entrega de la trilogía de El Señor de los Anillos dirigida por Peter Jackson. Fueron tres años muy intensos que quedaron en el recuerdo de millones de fans y que aún, a día de hoy, perduran en la memoria colectiva. Nunca antes se habían rodado tres películas a la vez y estrenado en tres años seguidos. Por eso el regreso de la obra de Tolkien al cine es motivo de alegría, más aún sabiendo que el resultado es bueno y gustará a los fans de las películas. Pero esta vez el director ha cambiado, Kenji Kamiyama, así que nos vamos a Japón, que mira directamente a Nueva Zelanda para crear un nuevo relato. Vamos a analizar, con calma pero sin desvelar nada importante, las referencias que hay en La guerra de los Rohirrim hacia la trilogía de la Tierra Media, y nos referimos a la primera trilogía ya que la segunda es… distinta, dejémoslo ahí.
Lo primero que hay que hacer notar es que la narradora es nada más y nada menos que… Miranda Otto. No se preocupe el lector si no cae en ese nombre, seguramente en este sí: Éowyn, hija de Éomund y Théodwyn, la hermana del rey Théoden. Sí, el famoso y maravilloso personaje de El Señor de los Anillos que representa la valentía de las mujeres de Rohan. En español el director de doblaje César Martínez ha tenido a bien elegir a Isabel Valls como su actriz de doblaje, la misma que la dobló en las dos películas en las que apareció.
Si seguimos, la música, aunque no es de Howard Shore sino de Stephen Gallagher, tiene varias piezas en las que suenan, sin trampa ni cartón, melodías de la joya que creó el compositor canadiense, basta escuchar una de las primeras canciones:
Obviamente otro aspecto a tener en cuenta son los escenarios: Kenji Kamiyama mantiene lo que vimos en la trilogía y vemos un calco exacto hecho ilustraciones.
En el plano sonoro, varios diálogos nos recuerdan algunos de los más recordados de Las Dos Torres: “¡¡Eorlingas!! ¡¡Por el rey!!”, grita uno de los personajes en clara alusión al inmenso grito de Éomer (Karl Urban, doblado por Patxi Aldeguer). En otro momento podemos oír “¡¡Muerteeeee!!” antes de un combate, el mismo grito que escuchamos antes de la increíble carga de los Rohirrim en los Campos del Pelennor.
También está la presencia de Christopher Lee en cierto momento, con voz del propio actor gracias a grabaciones pasadas. En español tenemos al mismo actor de doblaje que le dobló en su momento: Camilo García.
No podemos olvidar uno de los monstruos más terroríficos de La Comunidad del Anillo: el Guardián del Agua, al que vimos intentar comerse a Frodo en las puertas de las Minas de Moria. Aquí reaparece como recurso de la protagonista para deshacerse de un enorme enemigo.
Otra situación muy similar a la de los libros y la película es el destierro de Fréalaf por un rey de Rohan mal aconsejado y que reaparece posteriormente.
Para finalizar, y como broche de oro, casi al final de los créditos aparece una preciosa y conmovedora dedicatoria a Bernard Hill, quien interpretó al orgulloso y valiente Rey Théoden y que, tristemente, falleció este mismo año 2024. No desvelaremos lo que pone para que el lector lo descubra por sí mismo.
Como se puede observar, Kenji Kamiyama no ha tenido reparos en incluir numerosas referencias a las películas, conocedor de que este tipo de conexiones favorecen su obra y gustan a los fans. Está claro que desde Japón han mirado detenidamente y con cariño a Nueva Zelanda y el resultado se ha notado.