Sinopsis
La vida pierde todo sentido para Nicolas (Henry Golding) con la pérdida de su novia Daniela (Beatrice Grannò). Un día es invitado a formar parte de un ensayo clínico que le permitirá controlar sus sueños y accede con la esperanza de recuperarse. Ahora Nicolás puede soñar con Daniela cada noche y reanudar su relación, más idílica que nunca. Aunque sea en sueños. Y corriendo el riesgo de perderse en ellos para siempre.
Crítica
Daniela Forever | Cuando “los sueños sueños son” se queda corto
Nacho Vigalondo ha vuelto. Es uno de los cineastas más originales y creativos del panorama español, algo que demostró en Los cronocrímenes (2007) y Colossal (2016). Ahora con Daniela Forever se atreve con el mundo de los sueños y del amor que atraviesa fronteras al más puro estilo Christopher Nolan, salvo por una cosa: él no es Nolan, y se nota, vaya si se nota.
La vida pierde todo sentido para Nicolas (Henry Golding) con la pérdida de su novia Daniela (Beatrice Grannò). Un día es invitado a formar parte de un ensayo clínico que le permitirá controlar sus sueños y accede con la esperanza de recuperarse. Ahora Nicolás puede soñar con Daniela cada noche y reanudar su relación, más idílica que nunca. Aunque sea en sueños. Y corriendo el riesgo de perderse en ellos para siempre.
No hemos citado a Nolan por capricho, es que es el máximo referente que podemos tener a la hora de hablar de Daniela Forever. Si el lector recuerda Origen (Inception), bajo el pretexto de lograr que un ejecutivo cambiase de idea sobre su herencia se escondía una historia sobre el profundo dolor de una persona, un dolor casi incurable debido a una esposa muerta y, como él decía, “son recuerdos que debo cambiar”. Será coincidencia o no, pero es exactamente lo que intenta el protagonista, Nicolas, en esta película: cambiar en los sueños lo que pasó en la vida real. De esta forma se abordan, como hizo Nolan, varios temas: el luto necesario tras una fuerte pérdida, el enganche emocional que ello implica, la necesidad de refugio en teóricas realidades más amables y, por supuesto, la ética o falta de ella cuando se intenta controlar a la otra persona a través de su recuerdo.
Y el problema, insistimos, es que Vigalondo no es Nolan, no tiene esa brillantez narrativa, y allá donde el director británico supo crear una obra imperecedera con emociones, empatía, mundos increíbles y un clímax absolutamente fabuloso y redondo, Vigalondo alcanza un gran nivel pero solo en la parte visual (especialmente destacable ese plano secuencia del protagonista andando de noche por la calle con poder absoluto sobre lo que pasa alrededor) porque a la hora de la verdad sus personajes son muy planos y no nos llega ese supuesto amor que promete la sinopsis, además de que riza tanto el rizo en lo narrativo que produce confusión, desconexión del espectador y, en último término, un “sí claro, y qué más” con el final.
Así que otra vez queda de manifiesto que no basta con dominar la imagen y el sonido. Vigalondo sabe jugar muy bien con el formato, alternando entre el cuadrado y el panorámico para definir las “realidades”, también sabe jugar muy bien con el sonido y con los colores y hasta recuerda a Abre los ojos (Alejando Amenábar, 1997) con algunos planos de Madrid desierto, ver para creer; pero es en el guion donde no sabe jugar bien sus cartas. Es lo de siempre: guion, guion, guion. Intenta ser el más original del séptimo arte y eso acaba en su contra. De camino, un guiño al movimiento LGTB y sus infinitas siglas que no era necesario ni añade nada, seguramente para intentar atraer a más espectadores al cine o parecer moderno. Como si nunca se hubiera visto una pareja lesbiana en la gran pantalla.
Así que Daniela Forever es eso: digamos… que un Origen de Hacendado, un intento de dar otra vuelta de tuerca a la temática del amor y su verdadero significado, mezclándolo con el dominio de los sueños y de la superación por la pérdida. Con momentos logrados y reflexiones acertadas, pero sin una conclusión adecuada por intentar superarse a sí mismo. Si se quieren ver películas españolas mucho más redondas, recomendamos La infiltrada, Reinas, Marco o Mikaela.
Ficha técnica

- Dirección: Nacho Vigalondo
- Guión: Nacho Vigalondo
- País: España
- Año: 2025
- Duración: 118 min. min.
- Género: Ciencia ficción. Romance
- Interpretación: Henry Golding, Beatrice Grannò, Aura Garrido, Nathalie Poza
- Productora: Sayaka Producciones, Señor & Señora, Wrong Men, Mediacrest, Filmin, Movistar Plus+
- Música: Hidrogenesse
- Fotografía: Jon D. Domínguez
- Estreno en España: 21-2-2025