Tiene mérito relatar en imágenes una historia de amor real, tanto hacia la música como hacia otra persona, de un modo tan intimista y honesto. Aunque se incluye algún bobo detalle obsceno, que fractura la elegancia del conjunto.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: The Swell Season |
SINOPSIS
En 2008 un hombre y una mujer recibieron el Oscar a la mejor canción original. Se trataba de “Falling Slowly” y los autores eran el irlandés Glen Hansard y la checa Markéta Irglová. Ambos eran también los protagonistas de Once, la extraordinaria película irlandesa en la que ellos mismos interpretaban la canción premiada. La vida de Glen y Markéta, que no eran ni son actores profesionales, cambió totalmente a raíz de esa película: nadie esperaba que esa pequeña producción obtuviera un éxito internacional tan alucinante. Pero además de luces el éxito tiene también sus sombras.
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CRÍTICAS
[Montserrat Bros – TacOnline]
A pocos nos resulta familiar la formación The swell season, pero si nos dicen que se trata del dúo protagonista del largometraje Once, entonces les ubicamos rápidamente. En 2007, esta producción irlandesa intimista sobre dos músicos callejeros se convirtió en éxito, sin necesidad de grandes campañas de promoción. La melodía Falling slowly, una de sus marcas de identidad, consiguió un Oscar a la mejor canción original.
Este documental, que adopta el nombre de la formación, recoge los dos años posteriores del lanzamiento al estrellato de Glen y Markéta, durante una gira por Estados Unidos. Rodado en blanco y negro, en ocasiones parece un documental al uso -con declaraciones a la cámara que analizan la repercusión de su éxito-; en otras, una historia romántica de una película indie, pero con un desarrollo tan natural y sincero que el espectador se siente como un intruso mirón en la relación de una pareja real.
No es de extrañar esta sensación, pues la pareja protagonista se enamoró en Once, tal y como pasaba en la ficción, y el romance continuó a lo largo de su gira americana, recogida en este documental. Un documental que hace una profunda reflexión de qué nivel de importancia se puede dar a la fama, cómo ésta puede repercutir en la relación de pareja y los distintos modos de aceptarla. Por ejemplo, Marketa ganó un Oscar con sólo 19 años y le costó más que a su compañero asumir la presión mediática.
The Swell Season desmitifica la vida del músico, lo que dota de gran realismo a la cinta: duermen poco, pasan la mayoría del tiempo en un autobús, cansados deben atender a los fans, los nervios, problemas de afonía… aunque todo ello se supera con su devoción y pasión por la música. Una mención especial también merece el seguimiento que se hace de la familia de Handsard, un humilde matrimonio de Irlanda, que muestra la admiración y emoción por el éxito de su hijo y su presencia en los medios.
Tiene mérito relatar en imágenes una historia de amor real, tanto hacia la música como hacia otra persona, de un modo tan intimista y honesto; sin caer en el morbo, sino ahondando en las situaciones y las consecuencias de las circunstancias que les ha tocado vivir. Por supuesto, la banda sonora y sus actuaciones son una constante en esta producción.
[Jerónimo José Martín – COPE]
Tras ganar el Premio del Público en el Festival de Sundance 2007, al año siguiente, una modesta pero sensacional película irlandesa, Once, de John Carney, saltó del circuito independiente al comercial, encandiló a medio mundo y su tema principal, Falling Slowly, acabó ganando el Oscar a la mejor canción. Este y otros muchos premios lanzaron a la fama a sus protagonistas, el irlandés Glen Hansard y la checa Markéta Irglová, dos cantantes sin experiencia como actores, que ya habían consolidado una relación sentimental durante el rodaje del filme y que formaron el grupo The Swell Season, nombre tomado del título inglés de la novela Prima sezóna (Los buenos tiempos), del escritor checo Josef Škvorecký. En los dos años siguientes realizaron una agotadora gira por numerosos países, que puso a prueba la estabilidad de la pareja. Este documental de Nick August-Perna, Chris Dapkins y Carlo Mirabella-Davis relata el dramático periplo.
Rodado íntegramente en blanco y negro, y con pocos medios técnicos, The Swell Season sobresale por su generosa selección de canciones folk de Hansard e Irglová, casi todas excelentes y con letras referidas a los propios vaivenes de la relación entre ellos. También incluye valiosas conversaciones íntimas entre los cantantes —algunas, muy tensas—, así como diversas declaraciones de familiares, amigos personales y compañeros del ámbito musical. Con todo ello se subraya acertadamente la dureza de la vida trashumante de los cantantes profesionales, así como la dificultad que tiene gestionar la fama con sentido común para evitar sus posibles consecuencias nocivas. En este sentido, el documental acaba teniendo una estructura y un tono similares a los de Once, también en su poco complaciente desarrollo, alejado de idílicos sentimentalismos.
Sin embargo, a pesar de los elogiables esfuerzos de sus autores, el filme deja a sus dos protagonistas en una cierta penumbra, y no acaba de calar del todo en sus motivaciones más íntimas. Ciertamente, se aprecia el diferente temperamento de Hansard e Irglová: él, infantil, expansivo, sentimental y entusiasmado con la fama adquirida; y ella, más madura, introspectiva, cerebral e incómoda con su no buscada condición de estrella. Pero se cuenta poco del modo concreto como se conocieron, y sólo se esbozan sus ambientes familiares, sobre todo el de ella. En este sentido, sorprende que no haya ninguna declaración de John Carney, el director de Once, amigo de ambos y su descubridor. Además, se incluye algún bobo detalle obsceno, que fractura la elegancia del conjunto. Estos defectos no estropean del todo la calidad y veracidad de la película, pero limitan su valor testimonial.
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