Voy a pasármelo bien | Al ritmo de los Hombres G

Carlos de la Calle Aceituno

Administrativo de profesión, fotógrafo y cinéfilo de afición, padre de 5 hijos, apasionado por el cine, pienso que se puede aprender muchas cosas mientras se pasa un buen rato y a veces no tan bueno, viendo una película.

Cuando leí que se estaba trabajando en una película de los Hombres G, pensé en que se habían animado nuevamente los componentes del grupo y que iban a hacer una tercera después de ¡Sufre mamón! y Suéltate el pelo. La verdad es que me dio un poco de pereza, pero cuando me invitaron a un pase familiar, vi antes el tráiler y he de decir que me alegre de ver que nada tenía que ver con las mencionadas anteriormente.

Voy a pasármelo bien es una historia de amor al ritmo de los Hombres G, y una historia bien contada desde el recuerdo de la infancia. El casting juvenil funciona de maravilla, y cargan a hombros gran parte de la película, destacando a Izan Fernández (David) y el divertido Rodrigo Gibaja (Luis). Salvando las distancias, este último me recuerda al gran Roberto Benigni en La vida es bella, en las escenas donde los abusones del cole le “vejan”, pero él con su simpatía le da la vuelta a la situación, y hasta hace que te partas de risa en vez de entristecerte por lo que le sucede.

El libreto y la dirección son obra de David Serrano, que ya tiene experiencia en los musicales: suyos son los guiones de El otro lado de la cama y Los dos lados de la cama, donde los protagonistas también cantan y bailan.

Aquí, Serrano toma como punto de referencia la estructura de la oscarizada La la land; esto es, cuatro números musicales fuertes en torno a los cuales discurre la película: Voy a pasármelo bien (con el que da comienzo la película y sin duda el más redondo), Te quiero, Suéltate el pelo y Dos imanes, con el que se entrecruzan las dos líneas temporales, que transcurren en el Valladolid actual y el de 1989.

Voy a pasármelo bien habla de la amistad y de la juventud, un periodo en el que hacemos cosas que no están bien, pero ¿quién no se ha llevado unas chuches sin pagar en su juventud? Hasta el bueno de Kenneth Branagh lo hizo, según nos muestra en la gran Belfast.

También nos muestra el dolor por perder a un ser querido, y que los malos también tienen “corazón”. Y, cómo no, habla del Amor, de ese amor que empieza desde muy joven y que perdura en el tiempo, aunque no se haya vuelto a ver a la amada en años. Como buena película que es, nos deja un final abierto, para que los más optimistas imaginen que volverán a estar juntos y, los pesimistas -como el que escribe- piensen que no volverán a verse más…

Por todo lo dicho, creo que Voy a pasármelo bien, es una película que se deja ver y te lo hace pasar bien. Creo que es para toda la familia, y sin duda alguna si eres de los que aun te sabes las letras de los Hombres G, no deberías dejar de verla.