Sinopsis
La historia narra las aventuras de cuatro hermanos: Lucy, Edmund, Susan y Peter, que durante la Segunda Guerra Mundial descubren el mundo de Narnia, al que acceden a través de un armario mágico mientras juegan al escondite en la casa de campo de un viejo profesor. En Narnia descubrirán un mundo increíble habitado por animales que hablan, duendes, faunos, centauros y gigantes al que la Bruja Blanca –Jadis– ha condenado al invierno eterno. Con la ayuda del león Aslan, el noble soberano, los niños lucharán para vencer el poder que la Bruja Blanca ejerce sobre Narnia en una espectacular batalla y conseguir así liberarle de la maldición del frío.
Crítica
La odisea de cuatro hermanos
[Martin Palma Melena. Colaborador de Cinemanet]
Producida en el 2005 por la factoría Disney y dirigida por Andrew Adamson, a quien debemos también las dos cintas de Shrek, esta película se basa en un libro que fue segundo de una colección de siete, pero que fue sugerido para ser leído primero por su autor, C.S. Lewis…
Esta producción sería muy dramática en una versión adulta. La codicia de un hombre puede más que la lealtad a sus hermanos, a quienes traiciona sólo por beneficios y poder, haciendo incluso peligrar sus vidas. En algún momento es descubierto y cuando va a ser ajusticiado otro lo salva reemplazándolo en el castigo… Entonces siente una mezcla de gratitud y hambre de expiación y muestra una gran entrega y sacrificio para luchar contra el mal, al punto de resultar mortalmente herido.
En lo personal, de esta historia puede deducirse algunas ideas: incluso personas de vida muy honesta, pero muy instalada, no serían tan capaces del sacrificio como un traidor arrepentido que desesperadamente desea redimirse, más aún por la gratitud a quien se sacrificó por él. En conclusión: a veces cuando mucho te han perdonado sientes la necesidad de amar mucho más… Habrás cometido muchos errores pero la caridad cubre infinidad de pecados… De acuerdo: todo esto podrá parecer muy clerical, pero ¿acaso por eso deja de ser válido? Y lo digo con el mayor respeto…
No les voy a contar más para que solos averigüen en la película quién es el traidor, quién se sacrificó por él, quiénes son los hermanos traicionados, aunque deben sospecharlo. En todo caso, ésta es toda la riqueza que puede esconder una historia infantil.
Y sí: puede ser una perfecta metáfora del Cristianismo. Creo que para un niño sería algo complicado entender todo el misterio que conllevó el sacrificio de Cristo por la humanidad, y esta película bien podría contribuir a esta tarea pedagógica.
Asimismo, estos referentes cristianos no deben extrañar en la obra de C.S. Lewis, ateo en cuya conversión al Cristianismo, afín a la tradición anglicana, ayudó su amigo J.R.R. Tolkien, abiertamente católico.
Si esto es bueno o es malo ya dependerá de las convicciones de cada quien, pero las cartas están sobre la mesa. No obstante, los mensajes implícitos en esta película son universales, no son exclusivamente cristianos y no tienen por qué afectar a ningún credo. Digo esto por algunas críticas que he leído en ese sentido…
Qué más universal que entender que aun el peor de nuestros errores puede perdonarse, que siempre podemos reivindicarnos, que tenemos derecho a una segunda oportunidad, que podemos ascender de la peor de las deslealtades a la mayor de las trascendencias… Aunque obviamente esta película tiene muchos más elementos universales a desentrañar…
[Jerónimo José Martín, La Gaceta]
En El león, la bruja y el armario, los protagonistas son cuatro hermanos ingleses, Lucy, Edmund, Susan y Peter Pevensie, cuyo padre combate en los frentes de la Segunda Guerra Mundial. Angustiada por los bombardeos alemanes sobre Londres, su madre traslada a sus hijos a la casa campestre de un misterioso profesor. Allí, los chavales descubren un armario mágico a través del que acceden a Narnia, un mundo de fantasía, habitado por todo tipo de animales que hablan: duendes, faunos, centauros, gigantes, castores, zorros, cíclopes, arpías…
Desde hace mucho tiempo, ese mundo sufre «un invierno sin Navidad» por culpa de la Bruja Blanca, Jadis, que se autoproclamó Reina de Narnia contra la voluntad de Aslan, Hijo del Emperador de Allende los Mares. Es éste un impresionante león, terrible y hermoso a la vez, compasivo pero también justo y severo, que es paradigma de todas la virtudes. Él entra y sale de Narnia, y suele delegar su gobierno en los hijos de Eva y Adán.
Según una antigua profecía, los cuatro niños están llamados a ser reyes de Narnia con la ayuda de Aslan. Pero antes, el ejército del león deberá vencer a las infames hordas de Jadis, y sobre todo, los niños deberán vencer sus propios defectos para poder estar a la altura de la alta misión que les ha reservado el destino.
Esta y las demás aventuras de Narnia ya han gozado de numerosas versiones teatrales y de tres adaptaciones televisivas, dos de ellas animadas —una producción británica de 1967 y otra estadounidense de 1979— y otra con personajes de acción real, compuesta de tres telefilmes realizados en Gran Bretaña a finales de los años 80. Pero ninguna de ellas hacía justicia a la riqueza imaginativa de los originales. De modo que los aficionados a C.S. Lewis ansiaban una adaptación como la que ha acometido Walt Disney Pictures, en coproducción con Lamp Post Productions y Walden Media, la productora del multimillonario estadounidense Philip Anschutz, un ferviente seguidor de la Iglesia Presbiteriana, que siempre ha manifestado su deseo de hacer un cine que «afecte positivamente a las vidas de las gentes y a todas las culturas».
El resultado ha sido El león, la bruja y el armario, una espléndida versión del primer libro de la saga, con más de 180 millones de dólares de presupuesto y rodada a lo grande en Polonia, República Checa, Gran Bretaña y, sobre todo, Nueva Zelanda.
Además de su generosa resolución —en la que se aprecia cada dólar invertido—, lo mejor de esta película es su fidelidad, externa e interna, a la novela original y a la rica tradición de la low fantasy inglesa en que se basa. Una tendencia literaria que aúna costumbrismo realista y fantasía heroica, iniciada por Lewis Carroll en Alicia en el País de las Maravillas, culminada por J.K. Rowling en su saga sobre Harry Potter, y que entre ambas cimas ha dado obras de la talla de El dragón perezoso, de Kenneth Grahame; El castillo encantado, de Edith Nesbit; Peter Pan, de Sir James Barrie, o La bruja novata, de Mary Norton.
Es como la hermana pequeña de la high fantasy desarrollada por autores como George MacDonald, William Morris, Lord Dunsany o J.R.R. Tolkien, con sus estrictos mundos paralelos, radicalmente desconectados del nuestro. Dos corrientes, en definitiva, que vinieron a confirmar aquella idea heterodoxa de G.K. Chesterton: «Los cuentos de hadas dicen lo que hay que decir mucho mejor que otros escritos».
De este modo, el jugoso retrato de la idiosincrasia británica que ofrece Lewis oxigena la épica fantástica con constantes golpes de humor, y sobre todo llena de humanidad y cercanía a todos los personajes, tanto realistas como fantásticos, dando así a los actores de la película todas las facilidades para ganarse el corazón del espectador. En este punto hay que destacar el excelente trabajo de todos los niños —especialmente de la pequeña Georgie Henley, que da vida a Lucy con una inocencia arrebatadora—, así como la imponente presencia de Tilda Swinton en la piel de la malvada Jadis y la impresionante voz de Liam Neeson, que dobla a Aslan.
Por su parte, el neozelandés Andrew Adamson, además de mostrar sus buenas maneras como director de actores de carne y hueso, pone de manifiesto su veteranía en el ámbito de los efectos visuales (Toys, Batman Forever, Batman & Robin, Tiempo de matar) y los dibujos animados, que culminaron con su designación como codirector de Shrek y Shrek 2.
Aquí ha logrado un arranque antológico —sobre todo en la recreación de los bombardeos de Londres—, un desarrollo algo irregular pero con muchos momentos espléndidos —como las escenas con los castores o el sacrificio de Aslan— y una brillante batalla final, cercana a las que realizó su amigo Peter Jackson en su versión de El Señor de los Anillos. Puntualmente se hacen notar las limitaciones de la animación digital; pero se llega con ella mucho más lejos que otras películas, y sobre todo ha resuelto con esmero los diseños de personajes y ambientes —con una sugerente mezcla entre la mitología clásica y la nórdica—, creándo así un sólido mundo paralelo que puede soportar muy bien las previsibles adaptaciones de los demás libros de la saga.
También cabe elogiar el tratamiento que da la película a los profundos temas de fondo que afronta la novela original y que enriquecen muchísimo su lucha entre el bien y el mal, aparentemente convencional. Así, se dibujan con nitidez las virtudes de los niños —su inocencia, valentía, cariño fraternal, sentido de responsabilidad y capacidad de sacrificio—, pero también sus defectos, que les lleva a enfrentarse entre ellos e incluso a traicionar su importante misión en Narnia.
Y en el duelo entre Aslan y Jadis se aprecia claramente el paralelismo alegórico de esos personajes con Jesucristo y Satanás, y la consiguiente lucha entre la gracia y el pecado. Como señala el propio Adamson, tiene particular interés el tratamiento que da la novela, y la película, al perdón. «Creo —ha señalado el cineasta— que muchos de los problemas que tenemos en el mundo se resolverían si aprendiéramos a perdonarnos los unos a los otros. Esta idea de perdonar al prójimo es una condición humana más allá de las creencias y la religión».
Con todo esto queda una excelente película familiar, que dignifica la literatura infantil. Una producción impresionante por fuera y profunda por dentro, cuya violencia está sabiamente atemperada y que despliega con rigor y buen humor una antropología cristiana tan atractiva como la que proponía El Señor de los Anillos, revelando así, desde un mundo paralelo al nuestro, el sentido propio de la existencia humana, al que muchas veces sólo llegamos imperfectamente en la vida real.
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Ficha técnica

- Título Original: The Chronicles of Narnia: The Lion, The Witch and the Wardrobe
- Dirección: Andrew Adamson
- Guión: Andrew Adamson, Christopher Markus, Stephen McFeely y Ann Peacock; basado en el libro de C.S. Lewis.
- País: EEUU
- Año: 2005
- Duración: 140 min.
- Género: Fantástico
- Interpretación: Tilda Swinton, Georgie Henley, Skandar Keynes, Anna Popplewell, William Moseley, James McAvoy, Jim Broadbent, James Cosmo, Kiran Shah
- Productora: Walt Disney Pictures / Walden Media
- Música: Harry Gregson-Williams
- Fotografía: Donald M. McAlpine
- Estreno en España: 7 de diciembre de 2005
esta muy buena la pelicula ,lo mas impresionante de esto es lo efectos especiales es la mejor pelicula que e visto hasta ahora.
muy buena la pelicula ojala que sigan asi
me gusta el personaje lucia bueno que les valla bien hasta pronto xao
ES LA MEJOR ESTÁ PELICULA 😉
uaau es muy chida