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Título Original: Sherlock Holmes |
SINOPSIS
Sherlock Holmes y su compañero de casa, fatigas y trabajo, el doctor Watson, acaban de resolver un importante caso sobre un oscuro criminal, Lord Blackwood, que practicaba ritos de magia negra. Días después, Holmes entra en una fase de nerviosismo e inquietud debido a su inactividad profesional y a que cada vez se consolida más el noviazgo de Watson. Sin embargo, el supuesto retorno a la vida de Blackwood, tras ser ajusticiado en la horca, y la llegada de Irene Adler, una astuta ladrona que tiene encandilado a Holmes, restaurarán el desorden que tanto gusta al famoso detective.
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CRÍTICAS
[Ramón Ramos, Colaborador de CinemaNet]
Una buddy movie de época
Llega a las salas una nueva versión de uno de los detectives más famosos del mundo: Sherlock Holmes (Guy Ritchie, 2009). Holmes y Watson se enfrentan a un oscuro complot para cambiar el orden de las cosas.
El irregular director de la interesante y original, aunque algo sobrevalorada, Snatch, cerdos y diamantes (Snatch, 2000) y el engendro impresentable de Barridos por la marea (Swept away, 2002), nos presenta ahora una trepidante y vibrante película de aventuras, con un diseño de producción espectacular y un ritmo de montaje frenético, en ocasiones atropellado. Dirige con oficio, aunque a veces denote cierta dispersión de intenciones.
El tono de la cinta es una mezcla de humor y acción en la línea de las buddy movies, o «películas de colegas», tipo Arma letal (Lethal weapon, Richard Donner 1987) pero ambientada en el siglo XIX, por lo que los personajes hablan sin decir tacos y se tratan de usted. Robert Downey Jr. y Jude Law interpretan a Holmes y Watson respectivamente, y la química entre ellos como colegas funciona a la perfección. Ambos encarnan a sus personajes con convicción y despliegan todo su carisma de grandes estrellas en la pantalla. Igual que en 2008 se enfundó la piel de Tony Stark para Iron Man como si hubiese nacido para ese papel, Downey ha encontrado otro personaje hecho a su medida en la versión macarra y atlética del célebre detective creado por Arthur Conan Doyle. Y es que este Holmes aparte de tener una mente privilegiada también hace gala de un estado de forma física considerable y una gran destreza para la lucha, a pesar de la vida desordenada y despreocupada que lleva. El dúo protagonista está secundado por Rachel McAdams, como ladrona y amante de Holmes, y Mark Strong, en el rol del malo de la función, que aportan cierto peso en sus interpretaciones, aunque a sus respectivos personajes no se les da mucha cancha para mayor lucimiento. Concretamente Mark Strong hace del típico villano megalómano y sus frases no resultan ridículas o trilladas, como cabría esperar, lo cual es un gran mérito del actor.
El conjunto va aderezado con una partitura musical de Hans Zimmer que es sencillamente sensacional. Encaja perfectamente en el tono moderno de sus formas y al mismo tiempo clásico en su ambientación. Un mestizaje tonal complicado para dar con las notas adecuadas, pero Zimmer lo consigue.
En definitiva dos horas de metraje muy entretenidas y divertidas, cuyos puntos fuertes están en el carisma de sus protagonistas, la banda sonora y una recreación fascinante del siglo XIX londinense.
Es importante acudir a ver el nuevo “Sherlock Holmes” con la mente abierta: Guy Ritchie se ha basado más en una reciente versión en cómic que en las novelas de Arthur Conan Doyle. Y aunque los personajes conserven ciertos rasgos de las novelas originales, estamos ante una lectura posmoderna del mito. Si se tiene esto en cuenta, la película puede ser una buena ocasión para disfrutar de un buen entretenimiento cinematográfico.
La historia se centra en una misteriosa secta cuyo líder es ejecutado, pero reaparece vivo para asesinar a algunos respetables caballeros de altos círculos londinenses. Holmes y su colega Watson deben resolver el misterio mientras este último prepara su boda, lo que puede significar el final de su asociación detectivesca con Holmes. Como no podía ser de otra manera tratándose de Sherlock Holmes, la película gira en torno a la trama detectivesca, que resulta lo suficientemente misteriosa e interesante para enganchar al espectador de principio a fin.
Sin embargo, el punto fuerte del film es la relación entre Holmes y Watson: la química entre Robert Downey Jr. y Jude Law es evidente, pero además el guión saca partido a la larga historia de amistad que ambos han compartido, y que aflora en detalles tanto de guión como de dirección de actores.
De hecho, como en las buenas películas de Hitchcock, la trama detectivesca es vibrante, pero no deja de ser una excusa para poner en liza lo que de verdad interesa al autor: las relaciones humanas. Holmes siente que está perdiendo a su amigo, que está a punto de casarse, y siente celos de su futura esposa. Por otra parte, Watson intenta alejarse de Holmes y su mundo, pero el cariño por su colega y la llamada de la aventura son demasiado fuertes y tiran de él constantemente. También resulta interesante el juego de atracción y dependencia entre Holmes e Irene.
Finalmente, el retrato que hace de Holmes Robert Downey Jr. resulta divertido, interesante y entrañable. Se presenta como un hombre de gran intelecto que lucha contra una fuerte tendencia a encerrarse en sí mismo. No en vano, Downey Jr. acaba de recibir el Globo de Oro por este trabajo, confirmando su buen momento profesional.
En cuanto a los aspectos visuales, el espectador podrá apreciar un cierto tono de novela gráfica en el retrato de un Londres intencionadamente estilizado, un estilo más que adecuado para el tono jovial y aventurero de la historia. También hay que reconocer a Guy Ritchie que ha sabido contener un poco su querencia por un estilo visual exagerado y algo macarra (ver “Snatch”). Ritchie ofrece, como de costumbre, una narración enérgica y enfática, pero sin excesos, sabiendo qué tipo de película está rodando y poniendo su estilo al servicio de ella.
En definitiva, una relectura más que válida del mito creado por Conan Doyle, una oportunidad para que los más jóvenes conozcan y se acerquen al original, y en cualquier caso, una película que entretiene gracias a un guión interesante y a unos actores creíbles. Hoy en día, con la gente acudiendo en masa a ver “Avatar”, no es poco.
La verdad, a mí me encantó: me reí mucho, me gustó mucho la relación de amistad, el respeto, la inteligencia y la brillantez de los detectives y toda la trama masónica… Y me encantó el papel que hacen tanto Downey como Low, me los creí perfectamente enfundados en sus personajes detectivescos… Pero me olvidé de que eran Sherlock Holmes y Watson…
Lo siento, no por los actores, que lo hicieron genial, sino por la visión que se da de estos personajes. Soy un fan de sus novelas y relatos (por contrario, apenas recuerdo ninguna peli anterior suya) y, la verdad, aunque Holmes era un chulo insufrible, soberbio y ególatra, que le daba a la coca y al tabaco, todo en él era como «comedido»: su adicción nunca le impide estar despierto para la investigación. Y aunque tenía buena forma física y era un gran amante de los disfraces, no recuerdo yo que fuera tan karateka como este detective que nos presentan. La idea de la visión «en plan CSI» me gustó mucho, pero cuando se pone en «modo videojuego de combate» no le pega nada… jajaajajajaja…
PAra actualizaciones, os recomiendo vivísimante la espléndida serie «Sherlock» de la BBC: una traslación a la actualidad con dos actores y visiones poco tradicionales de los personajes pero que, sin embargo, encajan como un guante con la imagen de Holmes que (al menos yo) tenía. Muero de impaciencia porque el siguiente episodio de esa serie tardará aún meses! jajajajajaa…