Sinopsis
Australia, 1929. En una granja alejada viven Fred, un predicador, blanco y sus dos empleados: Sam, un hombre aborigen de mediana edad, y su esposa Lizzie. La llegada de un nuevo vecino -Harry- creará tensión: es un hombre violento y desequilibrado que considera a los negros como meros objetos despreciables a su servicio. Todo estalla cuando Harry, borracho, ataca la granja de Fred: Sam responde a la agresión y lo mata, en legítima defensa.
Crítica
El negro debe morir
(Crítica cedida por la Fundación López Quintás)
El conflicto que estalla al inicio de Sweet Country sería un asunto claro: Harry -agresivo, cruel, borracho, violador- ha iniciado un ataque. Para repelerlo, Sam, un hombre honrado y pacífico, se ha visto obligado a disparar en legítima defensa… pero Sam es un aborigen negro y Harry un hombre blanco. Por tanto, lo más probable es que sea condenado a la horca. Sam emprende entonces la huida con su mujer por las magníficas llanuras desérticas del interior del país, perseguido por una cuadrilla de búsqueda encabezada por el sargento de la policía local, Fletcher.
Warwick Thornton, el director, y David Tranter, guionista, pertenecen a sendas tribus de Australia Central, y sus propias familias habían pasado por situaciones semejantes. La película, inspirada en una de esas narraciones que pasaban de generación en generación, está basada en una historia real acaecida en la misma época, la segunda década del siglo XX. Tiene todos los elementos de un wéstern clásico -confiscación de tierras, caballos, rifles, vestuario, violencia-, pero el contenido es aplicable al mundo de hoy: racismo, explotación de personas, y abuso de poder.
Hay también intentos de manipulación de la «ley» y la «justicia» en beneficio de los poderosos y en detrimento de los más débiles. Lo más estremecedor del relato es que no se trata de algo anecdótico, sino que, en cierto modo, es reflejo de la barbarie que puede albergar del alma humana.
El reparto cuenta con actores procedentes de la zona, pero que se han hecho célebres en el mundo del cine, como Bryan Brown (el sargento Fletcher), Thomas M. Wright (Kennedy), Ewen Leslie (Harry March) y el neozelandés Sam Neill (Fred Smith). Pero también participan actores locales, que aportan una impresionante sensación de autenticidad. Entre ellos destaca el excelente trabajo de Hamilton Morris, el protagonista.
La fotografía impactante de Dylan River y del mismo Warwick Thornton nos ofrece imágenes asombrosas de un paisaje espléndido e imágenes no menos portentosas de los rostros, especialmente los primeros planos, durísimos, del atormentado Sam. En ese ambiente de crueldad, de desprecio y opresión del diferente, los personajes están tan endurecidos, que sería difícil que les quedara un mínimo sentido ético de comportamiento.
Sin embargo, Fred Smith, cristiano de fe profunda y sincera, y Sam consiguen que su hombría de bien se mantenga por encima de la maldad y la injusticia reinantes. En definitiva, Sweet Country es un drama de una gran profundidad y una película de una belleza cautivadora.
Ficha técnica
- Título Original: Sweet Country
- Dirección: Warwick Thornton
- Guión: Steven McGregor, David Tranter
- País: Australia
- Año: 2017
- Duración: 112 min.
- Género: Western
- Interpretación: Hamilton Morris, Bryan Brown, Sam Neill, Thomas M. Wright, Matt Day
- Productora: Bunya Productions
- Música: --
- Fotografía: Dylan River, Warwick Thornton
- Estreno en España: 25 de mayo 2018