La serie Cine en familia está dirigida a padres y madres que quieran disfrutar con sus hijos y educarles a través del cine. Proponemos una película para ver, unos puntos de reflexión para comentar entre todos y una dinámica para pasar a la práctica lo aprendido: esta vez, vemos La vida de Calabacín y trabajamos la empatía.
Sinopsis de La vida de Calabacín
Calabacín es un niño de diez años que pasa sus días pintando cometas y haciendo pirámides con las latas de cerveza que vacía su madre, alcohólica. Un día, ella fallece en un accidente y el chico es llevado por Paul, un policía de buen corazón, a un hogar de acogida.
Allí se encontrará con otros niños de su edad, también huérfanos. El ambiente, que comienza siendo hostil, pasa a convertirse en un auténtico refugio: los chicos amenazantes pasan a ser, sencillamente, amigos de Calabacín. Simon, Raymond, Ahmed… y Camille, una chica deslenguada y vivaracha que robará su corazón. Entre todos aprenderán a confiar, a vivir por los otros y a formar una nueva familia.
- Esta película va recomendada a… familias con hijos no muy pequeños, ya que -aunque no sea de forma muy explícita- la cinta aborda temas algo crudos. Para niños y niñas con más de diez años.
- ¿Dónde puedo ver La vida de Calabacín online? Está disponible para alquilar de forma legal en Youtube y en Rakuten TV, y también está incluida en el catálogo de Movistar+.
Para reflexionar:
– Claude Barras, el director de la película, ha dicho en varias entrevistas que quería hacer una película basada en un orfanato desmarcada de la representación típica de estos lugares, que suelen ser vistos como una especie de infierno en la tierra, ¿habéis tenido esta experiencia? ¿Conocéis algún orfanato u hogar de acogida?
– Hay un momento en el que Simón, el chico pelirrojo, deja de burlarse del protagonista. Pasa de llamarle “patata” a llamarle por su nombre, Calabacín. ¿A qué se debe este cambio?
– Hay un plano-contraplano, en la nieve, donde se opone la visión de una madre con su hija y la visión del grupo de niños y niñas del orfanato. Esto parece reforzar la idea de que son dos familias equiparables, ¿estáis de acuerdo? ¿Qué creéis que hace que los protagonistas puedan ser considerados “familia”?
– ¿Qué opináis del papel de Paul, el policía que termina adoptando a Simon y Camille? Hay un momento al principio en que le dice a Calabacín “no es mi trabajo venir a verte, lo hago porque me caes bien”.
– ¿Cuál es el valor de lo que termina haciendo Simón, diciendo a Calabacín que se marchen con su nuevo padre adoptivo? ¿Creéis que le cuesta decir estas palabras?
– ¿Por qué creéis que los autores de la película han decidido usar animación stop-motion, este estilo de dibujos que está hecho a base de figuras de plastilina? ¿Qué aporta a la película?
– ¿Tenéis amigos como los que aparecen en la película? ¿Qué pensáis que hace falta para ser un buen amigo, o amiga?
Para poner en práctica:
La vida de Calabacín es una película de personas que se recomponen unas a otras. De niños rotos que se dan entre ellos lo que les falta, poniendo imágenes a la virtud de la empatía. Esta se puede definir como la participación profunda de un individuo en los problemas, sentimientos y situaciones de otro. Es compartir lo malo y lo bueno, aliviar la carga.
Una dinámica que nos puede servir para conectarnos entre nosotros -entre padres e hijos, entre hermanos…- y trabajar la empatía con el otro es algo tan sencillo como decirnos cosas bonitas: es la dinámica titulada “Una flor para…”, extraída de la revista Estris, la publicación de la Fundación Pere Tarres que da apoyo a buena parte de los centros de esplai catalanes.
- Material: lápices de colores, rotuladores, post-its y cartulinas DINA4.
Desarrollo: Para llevar a cabo esta sencilla dinámica de comunicación positiva, cada uno de los participantes comienza cogiendo un folio o cartulina y lo dobla por la mitad, como si fuera una postal. Por delante, pondrá su nombre y lo decorará como guste. Una vez terminadas todas las cartulinas, se pondrán todas en algún lugar a la vista. A continuación, cada persona habrá de escribir en un post-it un mensaje para alguno de los demás.
Este escrito comenzará así: “Una flor para… (el nombre de la persona), por…”, y a continuación se escribirá alguna cosa positiva sobre esa persona. Hecho esto, se firma y se engancha dentro de la respectiva postal. El proceso se repite tantas veces como participantes haya, hasta que cada uno haya escrito un mensaje para cada participante.
Una vez terminado, se reparten las postales de nuevo y cada persona puede leer lo que los demás han escrito para ella. Es bueno, después de este momento, poner en común cómo os habéis sentido al escribir, cómo os habéis sentido al leer lo que los otros os decían y qué sencillo resulta decirnos cosas positivas. ¿Por qué no lo hacemos más?
Muchas gracias Guillermo por esta aportación.
Lo veré en Movistar + con mi pequeña.