Sinopsis
Aquaman debe recuperar el legendario Tridente de Atlan para salvar a la ciudad subacuática de Atlantis, y al mundo de la superficie, de su hermano hambriento de poder.
Crítica
Aquaman viene a salva DC
El amor inesperado que se genera entre el vigilante de un faro y la princesa de la Atlántida produce el nacimiento de un niño que está destinado a grandes cosas: Arthur Curry, a quien el mundo conocerá como Aquaman. Por la sangre terrestre que corre por sus venas y la naturaleza atlante con la cual se combina y que le otorga poderes, la juventud de Arthur no es nada sencilla.
A medida que pasan los años, tiene que emprender un viaje de descubrimiento y poner rumbo hacia la confirmación de si está o no preparado para ser el rey de la Atlántida. Pero, por supuesto, en su camino se cruzará con enemigos y grandes peligros que harán que el mundo tiemble.
El héroe que nadie esperaba
Hay que tener una compostura tan sólida como los propios músculos de Jason Momoa para aventurarse a la complicada tarea de adaptar a la gran pantalla a uno de los superhéroes más ninguneados de manera popular… y encima salir airoso, con un resultado más que satisfactorio.
Nadie esperaba que, después de la terrible carrera que llevaba DC en el cine, apareciera un director palomitero (véase, que hace películas para las masas, para divertirse y divertir, no para que sientas un vínculo hasta tu muerte con el protagonista de la cinta) como James Wan y dijera con sus actos “Zack Snyder chochea, ahí tenéis una película para que os lo paséis bien”. Porque sí: con Aquaman te lo pasas bien. Lo tiene todo para ser una luz en medio de un camino de oscuridad.
No sabemos cuántas veces reiniciará DC Comics a sus personajes en el cine. No sabemos cuántos Batman veremos hasta que la empresa recapacite y le devuelva el traje a Michael Keaton para que veamos a una versión del caballero oscuro más adulta, quemada y socarrona.
Aun así, lo que tengo claro es que espero que todo el lío que se va a montar próximamente, con reinicio gordo a la vista, deje a Jason Momoa tranquilo, del lado de lo que se quedará tal y como esta. Porque hay pocas cosas que se puedan salvar del universo cinematográfico de DC actual (y una de ellas no es ese terrible Flash de la gran pantalla), pero tengo muy claro que Aquaman es una de ellas.
De pez payaso a tiburón
Quizá sea porque, como decía antes, adaptar Aquaman (el personaje del que todo el mundo se ríe sin tener ni idea de lo que está hablando), era una tarea titánica, suicida y compleja a grandes rasgos. Y atención: a mí también me gusta un buen chiste. Me parto de risa con las referencias y las humillaciones públicas a Aquaman en Padre de Familia o The Big Bang Theory (por decir dos referencias), pero si eres lector de cómics y conoces al personaje, sabes que no te reirías de un tío como ese ni loco.
No lo harías, porque el tipo es un campeón de los océanos, impone y tiene unos recursos que ya le gustaría a Namor (alerta: referencia a Marvel detectada) para sí (porque en comparación es un pipiolo, que nadie lo niegue). Cuando se dijo que Jason Momoa, que me parece un macho machote de los buenos, y tiene una sonrisa que hipnotiza, se pondría en las escamas de Aquaman, la noticia me sentó fantástica.
Al saberse que el director sería James Wan, también conocido como “ese asiático loco que me ha causado pesadillas desde el estreno de Saw en 2004”, pensé “esto va a molar”. Y, aunque está claro que jugar bajo las reglas de un estudio como Warner Bros, en especial con un personaje de cómic, es algo distinto a tener libre albedrío, lo cierto es que el cineasta ha puesto mucho de su parte para que la película sea un espectáculo.
Trabajo en equipo
Los proyectos que, como Aquaman, llegan después de películas que podrían haber rendido mejor, tienen una difícil tarea por delante, que no es otra que demostrarle al público que hay margen de mejora. Por eso, en todo momento la película está concebida como un trabajo de equipo en el cual nadie falla, sino que todos los implicados rinden al más alto nivel.
Tanto el director como el actor consiguen complacer al público, y en la misma línea de excelencia está la banda sonora, compuesta por Rupert Gregson-Williams (el hermano de Harry, para los amigos), quien ya hizo un trabajo de primera en Wonder Woman y que ahora repite papelazo.
La fotografía sigue esa senda de calidad que le pedimos al paquete completo para que encandile, y hay un gran trabajo realizado en términos de efectos especiales. Aquaman es una película complicada, porque nos muestra un mundo sumergido que hemos imaginado en mil ocasiones y que hemos visto representado toneladas de veces.
A nadie le apetece imaginarse a la Sirenita y el Rey Tritón bajo el mar con Sebastián, ni al mismo tiempo queremos algo exagerado que parezca propio de una serie mala del canal Syfy. Por eso, era complicado crear una civilización que resultara convincente en un escenario que gustara, que captara el interés y que sorprendiera. Por suerte, el resultado es perfecto, y no se le puede reprochar nada al equipo técnico.
Lo mismo se puede decir de las secuencias de acción, que se nutren de la idea de “el público no se espera esto, porque tiene ideas preconcebidas sobre Aquaman”, y si a eso le sumamos el salvajismo de Jason Momoa nos quedan algunas de las secuencias más impactantes vistas en las películas del universo DC.
Es cierto que la película tiene algunos momentos en los que el público tiene que desconectar el chip y recordar que, por verosímil que le esté pareciendo todo lo que está viendo (vamos, que casi salimos de la sala pensando que hay atlantes por ahí), seguimos ante una película de superhéroes.
Y eso significa que si hay tiburones que emiten algunos ruidos que nos chocan (y ya sabréis de lo que hablamos…), pues no pasa nada. Recordemos que en el universo Marvel hay un árbol que habla (bueno, en cierto modo) y un mapache genéticamente alterado que es adicto a la adrenalina y a pegar tiros. En fin, que son películas de superhéroes, no nos olvidemos de ese punto importante.
Aquaman queda aprobado
Sin tener claras cuáles son las intenciones a largo plazo de Warner con el universo DC, confirmamos lo que veníamos diciendo al inicio del artículo: a Jason Momoa como Aquaman le veo muy adecuado, y a esta película le doy toda mi aprobación. Aun así, tengamos claro que no es la mejor película de superhéroes que se haya rodado, ni mucho menos.
Aquaman no intenta profundizar en nuestra psique ni intenta hacer un Zack Snyder (que el hombre se acaba liando tanto con sus neuras que al final se le desmadra todo), pero es infinitamente mejor que la mayoría de películas recientes vinculadas a este universo (Wonder Woman al margen, porque también es muy respetable).
Por lo tanto, marca una buena tendencia, asienta unas bases, no deja de ser una película de orígenes y se acompaña bien con una buena ración de palomitas. Visto lo visto, no estaría mal que en DC pensaran en comenzar a divertirse un poco y, quizá, a tener un poco de humildad y mirar a lo que están haciendo sus hermanos de la pequeña pantalla con The Flash, Arrow y compañía.
Ficha técnica
- Título Original: Aquaman
- Dirección: James Wan
- Guión: David Johnson, Will Beall (Historia: Geoff Johns, James Wan, Will Beall . Personaje: Paul Norris, Mort Weisinger)
- País: Estados Unidos
- Año: 2018
- Duración: 139 min. min.
- Género: Fantástico. Acción | Superhéroes. Cómic. DC Comics
- Interpretación: Jason Momoa, Amber Heard, Patrick Wilson, Willem Dafoe, Nicole Kidman, Yahya Abdul-Mateen II, Temuera Morrison, Dolph Lundgren, Michael Beach, Ludi Lin, Graham McTavish, Patrick Cox, Randall Park, Djimon Hounsou, Leigh Whannell, Sophia Forrest, Natalia Safran, Tahlia Jade Holt
- Productora: DC Comics / DC Entertainment / Warner Bros.
- Música: Rupert Gregson-Williams
- Fotografía: Don Burgess
- Estreno en España: 21 de diciembre 2018