Spider-Man: Un nuevo universo

Guillermo Altarriba

Director de contenidos de CinemaNet. Periodista y politólogo por formación, dibujante y cinéfilo por vocación. Creo que pensar el cine para cambiar el mundo es una meta difícil y loca: por eso vale la pena dedicarle tiempo y esfuerzo. VTR.

Hace 20 años, una película como esta sería impensable. En el 2000 -un año que nos dio cintas como X-Men, que parecían avergonzarse de estar basadas en un cómic- era imposible concebir que en un futuro no muy lejano se estrenaría algo tan desvergonzadamente friki como esta Spider-Man: Un nuevo universo.

Si hasta no hace mucho el cine sobre superhéroes tenía que ser oscuro y maduro para ser respetable de cara al público general, ahora tenemos una propuesta que abraza lo más loco y ridículo de su medio original para contar una historia de tremendo éxito. La premisa de Un nuevo universo es -en palabras del crítico Bob Chipman– “como los Vengadores, pero si todos los miembros del equipo fueran Spider-Man”.

El protagonista es Miles Morales, un chico medio negro, medio latino a quien le pica la misma araña radioactiva que en su día picó a Peter Parker. Inmediatamente, se ve envuelto en una movida superheroica que involucra a seis Spider-personas de dimensiones alternativas, incluyendo una Spider-Woman, un Spider-Man detective, una Spider-chica manga y un Spider-cerdo que responde al nombre de Peter Porker.

Si has leído hasta esta frase y se te ha quedado cara de “¿qué clase de broma pesada es esta?”, puedes dejarlo aquí. La película no es para ti: es un producto dirigido a niños con ganas de pasar un buen rato, veinteañeros amantes de Infinity War y fans de los cómics con canas y nostalgia. Sin embargo, si -como yo- perteneces a uno de esos grupos, Un nuevo universo te dejará con la mandíbula por el suelo con su energía, su estímulo constante y el vértigo de estar viendo algo tan pasado de vueltas que parece imposible.

Valores y virtudes

Este apartado de la crítica será corto. En resumen, las reflexiones éticas de la película se reducen a tres:

1. “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Una película de Spider-Man en la que este motivo central del personaje no estructurara el film quedaría coja, y en esta ocasión sigue estando ahí, guiando la brújula moral de los múltiples Spider-Men que pululan por la pantalla.
2. “Bajo la máscara de Spider-Man puede estar cualquiera”. El hecho de que haya tantos hombres -y mujeres- araña, y tan distintos entre sí refuerza otro hilo temático del film. Un héroe no es quien es por sus habilidades, sino por una decisión libre y desinteresada de hacer el bien, abrazando las consecuencias. Refuerza este concepto una frase del difunto Stan Lee que aparece citada en los títulos de crédito:
   • “Esa persona que ayuda a los demás simplemente porque debería o debe hacerse, y porque es lo correcto, es, sin duda, un verdadero superhéroe”
3. El personaje de Miles Morales apareció por primera vez en los cómics de Ultimate Spider-Man en 2008, creado por el guionista Brian Michael Bendis y la dibujante Sara Pichelli. Su inclusión abrió en su momento una corriente de héroes en Marvel que divergían del típico molde de hombre blanco adulto… y eso, bajo mi punto de vista, no está mal. Si un héroe puede ser cualquiera, también los niños con otro color de piel u otro contexto social merecen unos referentes a la altura.

Calidad cinematográfica

Lo anterior está ahí, pero con lo que uno se queda tras ser arrollado por Un nuevo universo no es con su profundidad temática, precisamente. El guion, de hecho, no es el punto fuerte de la película, sirviendo como esqueleto del auténtico músculo: el estilo artístico.

El trabajo de animación en esta película es sencillamente soberbio: dinámico, único y vibrante. Lleno de referencias al dibujo cómic -las líneas cinéticas, las onomatopeyas, el modo de aplicar los colores-, consigue llevar esa estética más allá con un subidón de adrenalina constante, que no deja de subir durante las dos horas que dura la película.

Una montaña rusa cargada de cafeína que propone estímulos constantes, con una banda sonora a la altura y -en general- un torrente chillón, estridente, colorido y cool, muy cool. Lo dicho: si esta crítica te da ganas de tomarte una tila o te hace levantar las cejas, esta película no es para ti, la verás demasiado infantil o demasiado frenética. Si, por el contrario, solo te ha hecho venir más ganas de verla, no lo dudes y sumérgete en este nuevo universo.

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