Sinopsis
Película basada en la historia de una de las canciones más escuchadas en Estados Unidos, “I can only imagine”, que ha emocionado a miles de espectadores.
Crítica
I can only imagine
Debo reconocer que, cuando me hablan de “cine cristiano”, o “cine con valores” o similar, me pongo un poco “a la defensiva”. No creo que el cine tenga que tener estos adjetivos para mostrar que es bueno o no: cuando hablamos de una buena película, esta está llena de valores porque cuenta historias que hablan de las personas.
¡Qué bello es vivir! ocupa todas las listas de las mejores películas de la historia del cine porque Capra sabía hablar de lo que incumbe directamente al espectador. Fuera o no cristiano. Y nadie la califica de “cine cristiano”. Por no hablar de El Señor de los Anillos, nacida de la mano de un católico confeso como Tolkien.
Debo reconocer, también, que, a pesar de lo dicho, La canción de mi padre me ha sorprendido positivamente: no es grande, pero está bien contada. Es la historia que hay detrás del single I Can Only imagine, de la que se vendieron más de dos millones de copias, estuvo durante mucho tiempo en el top 40 y es la única “canción cristiana” ‒así lo clasifican en Estados Unidos‒ que ha recibido el estatus de doble platino.
“I Can Only Imagine” fue compuesta por Bart Millard (aquí interpretado por J. Michael Finley), líder de la banda de “música cristiana” MercyMe. En ella, Millard esconde una historia de la que huye. La suya: de cómo le abandonó su madre y cómo su padre (Dennis Quaid) le maltrató. La música fue desde pequeño su única vía de escape. Pero, sobre todo, la canción cuenta una historia de redención, al estilo de lo que John Newton hizo con Amazing grace, historia que se menciona aquí expresamente y que tan bien contaba la película homónima.
A los hermanos Erwin, que ya dirigieron juntos October Baby, parece que les gusta esta temática religioso-espiritual. En este caso, tocan la cuestión del perdón: los hechos que relata son, en algunos puntos, tan extremos, que realmente saben dar en el clavo de lo que significa perdonar. En gran parte, pienso, gracias a la interpretación de Dennis Quaid, sin duda alguna la mejor de todas, en La canción de mi padre.
La película está bien rodada pero la historia se hace larga, entre otros motivos por ser muy lacrimógena. Es verdad que se juega un poco con la intriga de “lo bueno se hace esperar” –la canción no se oye hasta el final–, pero cansa. Además, las sorpresas que plantean son algo previsibles. Además, excepto el del padre, los personajes son bastante planos.
La canción de mi padre ha sido un gran éxito. Con un presupuesto de 7 millones de dólares, llegó a ingresar más de 80 solo en Estados Unidos. De todos modos, dudo que el público español, en concreto y europeo, en general, la acepte con el mismo fervor. También porque el éxito de la canción es mucho más local.
A pesar de todo, su mensaje optimista, es muy animante. Aunque solo sea por esto, vale la pena. Alguno dirá que está llena de buenismo. Yo diría, tratándose de una historia real, que alegra ver que en el mundo sigue habiendo buenas personas.
Ficha técnica
- Título Original: I can only imagine
- Dirección: Andrew Erwin, Jon Erwin
- Guión: Jon Erwin, Brent McCorkle (Historia: Alex Cramer, Jon Erwin, Brent McCorkle)
- País: EEUU
- Año: 2018
- Duración: 110 min.
- Género: Drama biográfico
- Interpretación: J. Michael Finley, Dennis Quaid, Cloris Leachman, Madeline Carroll
- Productora: Kevin Downes / Mission Pictures International / Imagine Rights / LD Entertainment / Toy Gun Films
- Música: Brent McCorkle
- Fotografía: Kristopher Kimlin
- Estreno en España: 5 de abril 2019
Me ha encantado esta película. Profundamente emotiva y optimista.
Me sorprendió mucho este film, ya que a priori no me esperaba mucho, pero finalmente superó mis expectativas.