Sinopsis
Woody siempre ha tenido claro cuál es su labor en el mundo, y cuál es su prioridad: cuidar a su dueño, ya sea Andy o Bonnie. Pero cuando Bonnie añade Forky, un nuevo y reluciente juguete a su habitación, arranca una nueva aventura que servirá para que los viejos y nuevos amigos le enseñen a Woody lo grande que puede ser el mundo para un juguete.
Crítica
Hasta el infinito y más allá
Lo peor de Toy Story 4 es el título. Y con esto, pienso, ya está dicho todo, porque por lo demás la compañía del flexo lo ha vuelto a hacer: no sé si pasará a ocupar el puesto número uno de las listas de «Las mejores películas de Pixar» pero sí uno de los primeros.
Tengo que reconocer que -antes de verla- daba poco por ella. No obstante -y sin temor a equivocarme-, pienso que podemos hablar de una nueva pequeña obra maestra cinematográfica. ¿Por qué? Porque lo tiene todo: emoción, diversión –mucha–, historia, grandes personajes y… un final totalmente nuevo e inesperado.
Después de los sucesos de Toy Story 3, nuestros protagonistas de siempre -Woody, Buzz, Jessie, Rex, Jam, el señor y la señora Patata…- tienen una nueva vida en el cuarto de Bonnie, con otros amigos. Para Woody, en realidad, no todo es como querría. Sabe perfectamente quién es y cuál es su misión en la vida, pero algo no va.
Las cosas se tornan cuando Bonnie aparece con un nuevo juguete, creado por ella misma: Forky, un tenedor con patas, y ojos, y brazos, y manos… que no quiere ser más que basura. Woody se da cuenta de que se ha convertido en el juguete favorito de Bonnie, y hará lo que sea para protegerlo. Una excursión de la familia en autocaravana servirá para mostrarlo. De camino, el vaquero se encontrará a alguien muy añorado: Bo-Peep, la pastorcilla.
Cuando John Lasseter apareció con Toy Story 2, la sorpresa fue mayúscula. Él y todo su equipo consiguieron huir de las típicas segundas partes a las que nos tenía acostumbrado Disney –un más de lo mismo– para hacer algo nuevo. Pixar supo, en ese ya muy lejano 1999, aprovechar sus personajes para inventar una nueva historia que realmente emocionó a crítica y público.
En ella, se alejaban de la historia de Andy, para centrarse en los juguetes, y ya en la tercera parte, el niño cobra, otra vez, protagonismo. Toy Story 4 hace lo mismo que la segunda parte: dejar de lado a Andy –realmente, se acabó muy bien su historia con Toy Story 3 y habría sido un error volver a darle protagonismo– y a la niña Bonnie, para centrarse en los personajes que ya todos conocemos. Al dedillo, diría yo. Profundizando, aún más, en cada uno de ellos. Especialmente en lo que de lealtad tiene la verdadera amistad.
¿Por qué emociona tanto esta nueva película, como nos avisa Tom Hanks? Porque el director –Josh Cooley, por primera vez tras las cámaras de un largometraje de Pixar-; la guionista -una desconocida Stephany Folsom, de quien habrá que seguir la pista–, y los grandes Lasseter, Docter, Unkrich y Stanton -autores de la historia- no se dedican, simplemente, a sacar a “relucir” a los personajes ya conocidos, sino que los “estrujan” hasta sacar lo mejor de ellos: ¿cómo actuaría tal o cual en una situación extrema de estas características?
Es el “no se vayan todavía, aún hay más”. Porque este es el buen cine: el que profundiza y profundiza; tanto, que acaba hablando, de verdad, del público que después disfruta la historia. Y, claro, eso emociona mucho. Ya se ve que las idas y venidas del guion y todo el proyecto han valido la pena.
Además, los nuevos personajes tienen mucha gracia, especialmente Bunny y Ducky, que protagonizan algunos de los gags más divertidos, o Duke Caboom y Risitas. Pero también los «villanos»: los mayordomos con boca de cascanueces y la muñeca Gabby-Gabby. Que son “malos”, pero tiernos a la vez. Como tiene que ser un buen antagonista.
Por otro lado, Toy Story 4 sorprende desde el minuto cero, con algo a que ya nos tienen acostumbrados los de Pixar: imágenes que no han mostrado en ninguno de los vídeos previos a la película y no se puede contar de qué va. ¿No tiene gracia pensar que quepa hacer spoiler no solo del final –y el de Toy Story 4 sorprende muchísimo– sino del inicio de una película?
El guion, en este sentido, está trabajado para dar la información necesaria en cada momento y, poco a poco. Así, disfrutamos de un película de aventuras, con muchos toques de humor, de amor e, incluso, algo de terror. Y, aunque huelga decirlo de una producción Pixar, técnicamente siguen superándose: desde el cabello de los humanos y el pelaje de los muñecos, hasta la porcelana de Bo-Peep. Simplemente espectacular.
Y, ahora, la pregunta del millón: ¿Es una película tan redonda como su predecesora? Quizás redonda, redonda, no; pero casi. Yo hubiera preferido que se titulara de otro modo, para desligarla más de la gran trilogía anterior. Y, de hecho, pienso que ya lo han hecho y podemos seguir hablando de una enorme trilogía y otra historia más. Por otro lado, ¿qué le ha pasado a nuestro pequeño Andy? La polémica, cuando sacaron las primeras imágenes, estuvo servida: lo han mejorado tanto técnicamente, que lo han cambiado demasiado.
Pero bueno: es pecata minuta, teniendo en cuenta que la poco más de hora y media de película está para disfrutar de lo lindo. Los de Pixar son unos genios en hacernos reír y llorar.
Una vez más.
Ficha técnica
- Título Original: Toy Story 4
- Dirección: Josh Cooley
- Guión: Andrew Stanton, Stephany Folsom (Historia: John Lasseter, Andrew Stanton, Josh Cooley, Valerie LaPointe, Rashida Jones, Will McCormack, Martin Hynes, Stephany Folsom)
- País: EEUU
- Año: 2019
- Duración: 100 min.
- Género: Aventuras
- Interpretación: (Animación)
- Productora: Pixar Animation Studios / Walt Disney Pictures
- Música: Randy Newman
- Fotografía: (Animación)
- Estreno en España: 21 de junio de 2019
Traición a una trilogía sublime.
¿Dónde queda aquello que aparecía en las tres películas anteriores: el «no importa cuánto juega con nosotros. Lo que importa es que estemos allí cuando Andy nos necesite. Esto es para lo que estamos hechos»? ¿Qué sentido tiene ahora la victoria de Woody contra las enormes tentaciones en Toy Story 2? ¿Y cómo casamos la lección de Woody al iluminar a Jessie sobre lo que supone amar? ¿Y el convencer a todos de que no pueden fallar a Andy aunque a veces duela en Toy Story 3? Y es que cada película insistía en que uno es feliz cuando cumple con la misión para la que está hecho. Y la de los juguetes era darse a su dueño. Woody era la personificación de esa entrega absoluta. No quiero hacer spoilers; pero esta parte 4 se carga todo lo anterior.
Por si fuera poco, nos cuelan a la malvada muñeca Gaby-Gaby. Un personaje que tiene raptado a Forky y que chantajea con éxito a Woody para lograr su «cirugía» estética. Todo ello echa por tierra el discurso pro-discapcitados /antieutanasia que proyectan con Forky. Todo el personaje de Forky se basa en la idea de que no hace falta ser perfecto para ser amado. Boonie le quiere a pesar de no ser muy espabilado ni muy perfecto. Con Gaby-Gaby, en cambio, parece que, para ser aceptado, no hay que tener defectos. Y Woody acepta encantado.
El personaje de Bo Peep no es el que aparece en la primera y segunda entrega. No tiene nada que ver. Discurso pro divorcista de sigue tu camino. Para ser feliz no necesitas estar ligado. Y Woody acepta. ¡Qué triste!
¿Y no decís nada del feminazismo de la película para lavar el cerebro a los niños?
Como en la mayoría de películas actuales se denigra al hombre y a la mujer se la «empodera»:
Frases de Bo Beep (la pastorcilla) denigrando a Woody (el cowboy):
“tú calla y obedece”
“no es mi amigo, es mi accesorio: hace todo lo que le pido”
“papá a la cárcel”.
THX, qué triste tiene que ser tu vida, siempre analizándolo todo en busca del feminazismo. Estáis obsesionados algunos.
Mariano, tú deja que tus hijos pequeños vean esto y se sentirán mal por ser varones, querrán ser mujeres. Y las niñas querrán tener el carácter de los varones, masculinizándose.
Creo que hay bastante información sobre esto en internet (no así en los mass media) como para no haberse dado cuenta a estas alturas de la película