Sinopsis
Un total de ocho episodios de una hora de duración que narran los acontecimientos encajados en la Segunda Edad, comprendida en el libro 'El Silmarillion', donde se habla del resurgimiento del señor oscuro Sauron, lugarteniente de Melkor, el auge y la caída de Númenor, la forja de los anillos por parte de Celebrimbor engañado por Annatar, y demás sucesos de la época.
Crítica
Mejora o muerte
Hacer un análisis de Los anillos de poder (The rings of power) se antoja tarea complicada en este momento. No porque el producto no haya dejado claros sus puntos fuertes (pocos) y débiles (demasiados), sino por la histórica guerra que se ha suscitado dentro de fandom más aguerrido de J.R.R. Tolkien, que también ha demostrado ser el más duro en general. Básicamente ha tenido lugar una auténtica batalla campal entre los seguidores del profesor por causa del canon: por una parte los que han retratado la exagerada libertad de adaptación de la serie de Amazon, y por la otra los que la han defendido a ultranza casi de manera irracional. En medio quedan, más indiferentes, los que no han leído la obra original y los que sí lo han hecho pero no son tan exigentes.
¿Canon, qué es eso?
Pero algo que se ha evidenciado con el paso de los meses, desde los primeros materiales promocionales hasta la emisión del octavo y último capítulo de la primera season, ha sido la exagerada desavenencia entre lo que hemos visto durante ocho semanas y lo que la excelencia británica escribió en sus libros. Argumento que cualquiera puede corroborar en el propio visionado y al darse cuenta de que el 95% de lo mostrado es inventado. Grandes responsables son Patrick McKay y John D. Payne, los showrunners, creadores y guionistas que (sin apenas experiencia previa) dan síntomas de haber abordado la adaptación más compleja de la historia de la televisión con una ligereza pasmosa. De lo poco canónico que representan en su producto, vemos a personajes que ni siquiera se comportan como deberían, respecto a la raza que representan ni conforme a las vivencias que tuvieron en los libros. ¿El resto? Tramas y figuras originales de la serie que sirven de absoluto relleno. No parece que se haya entendido la esencia de los libros. El error claro ha sido no presentar a todos los personajes canónicos de los que tienen derechos, ni sus recorridos en las novelas, para de este modo empacar el producto con grandes dosis de calzador. Sí, también la dichosa inclusión forzada. Pero ese es otro debate que hoy no toca tratar.
Lo que está claro es que esta empresa ha estado siempre envuelta en sospecha y duda con respecto a su supuesto éxito o fracaso. No son pocos los usuarios de redes que han puesto en duda los supuestos históricos números de visualizaciones de los capítulos, datos obtenidos de fuentes internas de Amazon. De hecho, son cada vez más los analistas externos que ponen en duda tales cifras. Y mejor no hablamos del «nos quedamos dormidos viéndola» de cierto analista consultor de la empresa de Bezos, o la censura a los comentarios negativos por ese «intolerable racismo» contra el cast.
De la expectativa al fiasco
Dejando aparte fidelidad a la obra de Tolkien y las campañas de autoprotección de Amazon, de lo que tampoco hay duda es de la tremenda decepción existente en el fandom con respecto a la serie de Prime Video. El hype previo a la emisión era inconmensurable, casi por parte de todos (también un servidor), e incluso muchos se han mantenido irracionalmente positivos hasta el final. Pero estamos hablando de una clara falta de correlación entre el resultado y las expectativas generadas. ¿Es un fracaso? Ciertamente si nos ceñimos a la definición del concepto. Hay un hastío generalizado entre los seguidores, no parece que lleguen a los números pretendidos, y habría que ver el retorno de la inversión de más de 400 millones para la primera temporada. Seamos claros, no es la serie histórica que nos vendieron, de hecho ni siquiera se parece a lo que Tolkien concibió.
Un producto deficiente
Aun así, como digo, todavía quedaban algunos esperanzados en ver algo grande. Pero no ha sucedido en ningún caso. Claro está que la apuesta visual y musical ha sido lo mejor, pero la primera season ha tardado demasiado en arrancar algo que después no ha sido apoteósico. Bayona se encargó de presentar la complejidad de lo adaptado, y no me parece incorrecto. Pero, conforme avanzaba el metraje y la consecución de los siguientes capítulos, nada terminaba de parecer claro. A la lentitud de la narración (el ritmo no era el mayor de los problemas), para ir cocinando lentamente tramas y personajes, se sumaba una experiencia horrorosa de no saber qué estaban contando, por qué lo hacían o siquiera hacia dónde iba la historia. Los grandes culpables de esto son los escritores, que no han sabido mantener un hilo conductor común a todas las subtramas, a menudo aisladas y poco conectadas (salvo por el final forzado), incapaces de dar una idea de conjunto y presentando de base premisas sin potencia y casi carentes de sentido narrativo continuista. Algo que sí han hecho constantemente, y a toro pasado no sé si es bueno o malo, ha sido evocar constantemente a la trilogía de Jackson, por ejemplo inventando la fallida raza de los protohobbits o recuperando para la causa personajes conocidos y de vital importancia como la hija de Finarfin, el futuro señor de Rivendel o, sin decir su nombre, el mismísimo Mithrandir.
En parte ha perjudicado la nefasta recreación de Galadriel (también de otros compañeros elfos), el personaje vehicular, una adolescente caprichosa y vengativa (con orejas puntiagudas) más que la solemne y sabia dama de Lothlórien que, se supone, en la serie, teniendo en cuanta los acontecimientos de inflexión en las edades marcadas por el profesor, tendría una edad cercana a los 5.000 años de vida. Digo yo que algo de madurez, temple y demás virtudes características de su raza debía poseer, al margen de ser tan diestra para la batalla o gozar de tanto amor por su espada. Ella se suma al resto de figuras élficas rebajadas en esta serie, como el carente de criterio y vulgar Gil-Galad, el sabio Elrond de pelo corto estilo ligón noventero y el extraño y viejuno (no en un sentido élfico) Celebrimbor. Mejor no hablemos de la no barba de Disa (enana esposa de Durin) o de los multiculturales pelosos. Respecto a los orcos, todo bien hasta que decidieron quitarles la melanina.
Estamos ante un producto ciertamente pobre e incluso vulgar. No es una catástrofe, porque algo bueno han hecho y tiene puntos notables (aunque pocos) en ciertas ocasiones, pero abundan más sombras que luces. El guion es vago y poco creativo, las interpretaciones en tantas ocasiones dejan mucho que desear, la dirección es algo básica (a esto se suma un montaje que a veces resulta ridículo), se han dado escenas del todo surrealistas y a conveniencia en prácticamente cada capítulo y se han cometido fallos garrafales (de esos que no se pueden cometer en empresas de esta envergadura), como por ejemplo el poco cuidado en el timing o las elipsis de tiempo. Además, el último episodio ha confirmado una malísima gestión del ritmo y el desarrollo de las subtramas. Se justificaban en la pausa para dar solidez y crecimiento a las mismas, pero luego se ha precipitado todo en el final, perdiendo toda la credibilidad, tanto de la historia como del supuesto talento para seguir adelante con esta serie.
Es cierto que en los últimos capítulos parecía que el asunto mejoraba, que los personajes iban encontrando su sitio y las premisas argumentales tenían al fin utilidad, y que las exigencias narrativas de tono oscuro y lenguaje adulto se iban mezclando con la historia, pero en el desenlace, donde todo debe aclararse y explotar de manera natural y con una línea lógica de los acontecimientos, se han derrumbado, al una escala superior a la de Númenor.
¿Esperanza con Rings of power? Es lo último que se pierde.
Ficha técnica
![Los anillos de poder (Temporada 1) | Sin canon ni excelencia](https://www.cinemanet.info/wp-content/uploads/2022/10/sen-or-anillos-poder-19-fotogramas-1643904104.jpg)
- Título Original: The rings of power
- Dirección: Patrick McKay (Creador), John D. Payne (Creador), J.A. Bayona, Wayne Yip, Charlotte Brändström
- Guión: John D. Payne, Patrick McKay, Stephany Folsom, Justin Doble
- País: Estados Unidos
- Año: 2022
- Duración: 65 min.
- Género: Precuela de fantasía medieval
- Interpretación: Morfydd Clark, Robert Aramayo, Markella Kavenagh, Ismael Cruz Cordova, Charlie Vickers, Daniel Weyman, Lloyd Owen, Maxim Baldry, Owain Arthur, Tyroe Muhafidin, Megan Richards, Joseph Mawle, Nazanin Boniadi
- Productora: New Line Cinema, Warner Bros. Television, Amazon Studios, Harper Collins Publishers. Distribuidora: Amazon Studios
- Música: Bear McCreary, Howard Shore
- Fotografía: Aaron Morton, Óscar Faura, Alex Disenhof
- Estreno en España: Septiembre de 2022