Sinopsis
Miniserie que nos cuenta cómo Javier Giner, profesional de la industria audiovisual, decide a los 30 años ingresar voluntariamente en un centro de desintoxicación. En el momento de máxima oscuridad, tomará la decisión de pedir ayuda profesional movido por un instinto de supervivencia desesperada. Sin saberlo, ese gesto le cambiará la vida convirtiéndole en una nueva persona.
Crítica
Yo, adicto | La persona, más que matemáticas
Yo, adicto es una sabrosísima miniserie que te desnuda con su valiente testimonio donde Javier Giner, escritor y creador de la obra de ficción, se encarna en un catártico y superlativo Oriol Pla para arraigarnos a su salida de los peores infiernos. Un soberbio relato sobre la innegociable dignidad aun con la mochila llena de tanta miseria.
Tan realista en la inconsciencia que asombra, muy equilibrada en el desequilibrio que expresa. Penetra al punto de sumergirte por completo en la oscuridad más agónica, haciéndote partícipe de cada escalón que el protagonista debe subir por sí mismo, no en sus exhaustas fuerzas, sino en la autodeterminación a ser guiado por quienes saben y con los que convive, pasando por un SÍ consciente y lúcido. Con esa historia tan específica y tantas veces histriónica, se representa a muchos otros en lo esencial de los vicios y las adicciones. La luz llega al final del túnel, pero es uno quien debe avanzar libremente, aunque parezca paradójico entre tanta esclavitud a un enemigo aparentemente imbatible que nunca descansa. Con la incertidumbre, la auto represión emocional y la impotencia como compañeras de viaje. Con el tributo a la auto destrucción como condena.
La obra de Giner recrea con bravura lo retorcido y desalentador de los vicios, de cualquier naturaleza, que esconden al YO herido, cuyo normalizado lenguaje es una ira que deshumaniza sin remedio. Es realmente impactante en esto, pero igualmente duro cuando manifiesta tan bellamente la sutileza de rescatar a ese niño obviado por el silencio que huyó de sus mayores miedos y se refugió en la evasión de su propio discernimiento. Aborda el escapar, odiar la imagen del espejo, considerarse alguien sin valor y aterrorizarse con la idea de ser malvado. Como aquella canción de Melendi, Cierra los ojos, donde el caballo alado se lanza a volar y termina por caer de una altura mortal. La culpa nunca es viable, solo caminar con humildad y descender. La transformación es el ajuste a la realidad, la virtud de vivir bien la propia vida. Rezando como Juan Gabriel, Se me olvidó otra vez (quererme). Pero la mayor virtud del escritor y director es cazar al público, llevarlo a esos lodos para hacerle el juego de espejos que necesita. En cierta forma, Oriol Pla, que está de escándalo, nos interpreta a todos, nadie se salva de tener que enfrentar, antes o después, los errores, la ponzoña o los traumas adquiridos que nos marcaron como a carneros, tantas veces nacidos en un seno familiar inválido emocionalmente.
Es en ese duelo de fuerzas donde la serie crece, como también a la hora de mostrar la crucial misión que ejercen los próximos, el círculo social de cobertura vital. La comunidad de iguales, cual hermosa y desestructurada familia, que sirve de inevitable terapia de choque, así como esos ángeles concretos que forman los eslabones de una biografía redimida con épica fuera de focos. Porque así somos, capaces de esparcir el mayor dolor a nuestros seres queridos, a la par que logramos amar hasta el extremo. ¡La vida no tiene precio!
Esta serie derrocha verdad, habla a pecho descubierto, sin tapar nada para edulcorar el sufrimiento, sin caer en sentimentalismos. Es pura vida, tantas veces caótica y salvaje, exprimida hasta las vísceras, con sangre en las manos y reconciliaciones. Habla de conocerse, hacer introspección donde la meta es el camino a acoger la propia identidad, sin caretas ni equilibrios impostados, sin asumir proyecciones ajenas. Ser YO de manera integral para poder aceptarse y amar a los demás. Ello conlleva limpiar la mirada, romper la tibieza, huir tanto de ensimismarse y la victimización como del flagelo. Dignos de ser amados, nunca solos, siempre vinculados y suficientes. La serie deshomogeneiza a enfermos y al ser humano que es, ante todo, algo fascinante y complejo que no se somete a lógicas matemáticas. Vivir duele mucho, pero siempre vale la pena. No dudéis, Yo, adicto es un justo testimonio que arrolla.
Ficha técnica

- Título Original: Yo, adicto
- Dirección: Javier Giner, Aitor Gabilondo
- Guión: Javier Giner, Alba Carballal, Aitor Gabilondo, Jorge Gil Munárriz. Novela: Javier Giner
- País: España
- Año: 2024
- Duración: 40 min.
- Género: Miniserie, biográfico, drogas
- Interpretación: Oriol Pla, Nora Navas, Ramon Barea
- Productora: Alea Media
- Música: Nico Casal
- Fotografía: Diego Dussuel
- Estreno en España: 30 octubre 2024