Alien: Planeta Tierra | Una serie que expande el universo del xenomorfo y asume riesgos muy interesantes

Miguel Soria

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la UCM, Máster COPE de Radio y Televisión; crítico de cine en Pantalla90 y responsable de la sección de videojuegos en Aceprensa; director y presentador del pódcast 'Enciende el mando'

La primera temporada de Alien: Planeta Tierra (Alien: Earth en original) es muy interesante. Me gustaría dejarlo claro porque tiene muchos detractores, y tienen sus motivos ya que para los puristas lo que ocurre entre el alienígena y uno de los protagonistas es poco menos que sacrilegio para una criatura que, en teoría, pasa de todo y de todos y su único fin es expandirse y matar a todo lo que tenga vida. No diré “y no sea uno de su raza” porque eso quedó desmentido en la cuarta película de la saga en una secuencia brutal.

Sin desvelar nada más de lo esencial de lo que ocurre en los ocho capítulos solo vamos a recordar la sinopsis oficial: “Cuando una misteriosa nave espacial se estrella en la Tierra, una joven y un grupo diverso de soldados tácticos realizan un descubrimiento fatídico que les enfrentará a la mayor amenaza del planeta. Mientras los miembros del equipo de rescate buscan supervivientes entre los escombros, encuentran misteriosas formas de vida depredadoras, más aterradoras de lo que jamás hubieran imaginado. Tras conocer esta nueva amenaza, el equipo de búsqueda debe luchar por sobrevivir. La decisión que tomen en este descubrimiento podría cambiar el planeta Tierra tal y como lo conocen”.

Y como ya se avisó que esta serie tenía lugar cronológicamente antes que la primera Alien, la de Ridley Scott, podemos sacar una conclusión: el contacto del planeta Tierra con el alien se produjo antes de los eventos narrados por el director. Es todo lo que vamos a decir sobre la trama.

Los ocho capítulos van de algo más que de un alien matando humanos, ya que encontramos varios frentes muy interesantes. Por supuesto en este universo puede faltar la mítica Weyland-Yutani, esa gigantesca corporación con tanto dinero como falta de principios, representando a las empresas que se ponen por bandera el “avance” de la ciencia y, con esa excusa, aseguran que todo está permitido (incluyendo el asesinato) con tal de adquirir conocimientos, sin importar el cómo. Evidentemente para cada problema usan dos posibles soluciones: intentar “untar” a alguien de dinero para comprar su silencio o bien hacerle desaparecer sin más miramientos. Y luego hay una tercera vía si un sujeto tiene un problema de salud grave y les puede ser útil: yo te curo pero a partir de ahora me perteneces y harás lo que yo te diga, o bien serás libre pero te cobraré la factura de la intervención y me deberás eso de por vida. Y aun así lo más interesante de esta serie es que pone a la Weyland frente a un espejo al enfrentarla a otra corporación, Prodigy, con la misma cantidad de recursos y dinero en una puja constante que hace que haya un conflicto enormemente interesante.

Pero si tuviéramos que destacar un tema especialmente interesante y que es donde creemos que está lo mejor de la serie es, sin duda, en las preguntas que se hace alrededor de una: ¿qué es ser “ser humano”, qué nos hace ser seres humanos?, y la acompaña de otras muy buenas como ¿qué ocurriría si trasladáramos nuestra conciencia a un cuerpo completamente sintético, con la fuerza, la velocidad y la resistencia de un androide?, o ¿merece la pena perder nuestra humanidad con tal de ser inmortales?; la saga había hablado antes de estas cosas en varias ocasiones, pero nunca con la profundidad con la que lo hacen los ocho capítulos y aún menos con los protagonistas que emplea para hacerlo.

Y de paso, aunque muy por encima, sale a relucir un tema que se trata muy, muy poco en las series: la infertilidad de una pareja, pero no por la parte femenina, que es a la que más asociamos los problemas de este tipo, sino por la masculina, porque recordemos que la reproducción sexual natural, la única que debería ser válida, es cosa de dos: un hombre y una mujer unidos en matrimonio, y ambos deben ser fértiles para que el milagro de la vida se dé. Ahora bien, existen los problemas de infertilidad y en esta sociedad que vivimos son cada vez más frecuentes y, aunque sorprenda a muchos, no solo la mujer los puede sufrir, también el hombre, y de varias formas. Es un tema que se debe hablar para poder conocerlo de verdad.

En el último caso dejamos el espinoso asunto que ha levantado ampollas sobre el final de la serie pero que no desvelaremos, solo diremos que, efectivamente, es un punto de giro gigantesco sobre lo sabido hasta ahora en la saga y que, de nuevo efectivamente, podría chocar con una frase dicha en la primera película: “No (le) afectan la conciencia, los remordimientos ni las fantasías de moralidad”. Sí, los puristas tienen razón en que roza el sacrilegio si es que no lo toca de lleno, pero también que ningún producto se habría atrevido a profundizar en estos seres más allá de “aliens que matan”, no se había ofrecido un punto de vista distinto ni enriquecedor que pudiera aportar algo diferente a lo visto hasta ahora. ¿Por qué un alien no puede ser algo más que solo una bestia sanguinaria… sin dejar de serlo? No es quitarle atributos, es añadir un aspecto inédito. Y solo por eso la serie merece un aplauso, por meterse en temas pantanosos y salir airosa.

Por poner un par de peros, el primero tiene en un par de capítulos hay varias blasfemias muy duras que no hacían ninguna falta. Ojalá algún día los traductores y adaptadores de estos productos dejen de recurrir a ellas. El segundo, una escena de sexo no muy explícita pero sí visible que no aporta nada.

Aún tiene mucho que demostrar ya que habrá segunda temporada y hay muchas preguntas que han quedado sin respuesta, pero creemos que ha tenido un nivel muy alto durante todos los capítulos, que se tratan temas muy interesantes y que la producción es buenísima, con una estética muy cuidada, sobre todo en las escenas que tienen lugar en una nave espacial, y miles de guiños a la saga. Ah, y el reparto está fenomenal, sobre todo Sydney Chandler como Wendy, Alex Lawther como su hermano Joe, Babou Ceesay como Morrow y Timothy Olyphant como Kirsh.