Título Original: Baarìa – La porta del vento |
SINOPSIS
Una familia siciliana representada a través de tres generaciones: desde Cicco, a su hijo Peppino y llegando hasta su nieto Pietro…Con un leve toque a la vida privada de estos personajes y la de sus familias, la película evoca los amores, los sueños y las decepciones de toda una comunidad en la provincia de Palermo desde 1930 hasta 1980: durante el período fascista, Cicco es un humilde pastor que, sin embargo, encuentra tiempo para alimentar su pasión: los libros, los poemas épicos, las grandes y populares novelas románticas. En los días en los que la gente sufría hambre de la segunda guerra mundial, su hijo Peppino es testigo de innumerables casos de injusticia y descubre una pasión por la política.
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, COPE]
Con Baarìa —que fue candidata al Globo de Oro 2009 al mejor filme en lengua no inglesa—, el siciliano Giuseppe Tornatore retorna al drama nostálgico, con abundantes elementos autobiográficos. Esta fórmula ya le procuró un gran éxito popular en películas como la notable Cinema Paradiso —Oscar 1990 al mejor filme en lengua no inglesa— o la mediocre Malena, en la que Tornatore sustituyó el costumbrismo amable por una sensualidad grosera y facilona. En Baarìa afronta otra ambiciosa superproducción, con un presupuesto en torno a los 25 millones euros, uno de los más elevados de la cinematografía italiana. Su extraño título responde al nombre en dialecto siciliano de la ciudad de Bagheria, perteneciente a la provincia de Palermo y en la que Tornatore vivió hasta los 28 años.
La acción de la película transcurre por allí entre 1930 y 1980, y sigue los pasos de Peppino, un chaval vitalista e inquieto, que se hace pastor para ayudar a su paupérrima familia. A pesar de todo, él sabe leer, y devora las grandes obras de la literatura italiana y universal mientras saca partido en el pueblo a su carácter extrovertido. Durante la II Guerra Mundial, Peppino se afilia al Partido Comunista, en cuyas filas luchará primero contra el fascismo y más tarde contra la mafia local y el aburguesamiento de sus conciudadanos. Y, de paso, se enamora de una buena chica, cuya familia no le ve con buenos ojos. Ambos serán testigos de la agitada historia de Italia y, en concreto, de Sicilia, a lo largo del siglo XX.
Como en otras de sus películas, Tornatore matiza su mirada realista con abundantes toques románticos y oníricos, que acaban convirtiendo Baarìa más en un cuento que en una crónica histórica o social. En este proceso, el irregular cineasta italiano tiende de nuevo a la ampulosidad, concretada aquí en demasiadas escenas ambientales y de transición, con llamativos movimientos de masas, a través de las que quiere sacar partido a su impresionante recreación en estudio de la evolución de su ciudad a lo largo de los años.
Por otra parte, el tono nostálgico y tragicómico de la historia lleva a Tornatore a esquematizar a los personajes, transformándolos en arquetipos un poco maniqueos, sin demasiados matices grises. Este defecto se acentúa especialmente en su idílica visión de comunismo y en un retrato de los fascistas tan caricaturesco que a veces chirría. Más amable y ponderada, aunque también superficial, es su mirada a la Democracia Cristiana y, en general, al catolicismo italiano.
En cualquier caso, esas discutibles opciones narrativas, visuales y dramáticas decantan en una notable película-río, a la antigua usanza, con unas cuantas secuencias de gran intensidad emocional, muy bien subrayadas por la música de Ennio Morricone, que se muestra más contenido y sugerente que en sus últimos trabajos. Destacan especialmente todas las escenas con niños, que aportan frescura y naturalidad a las interpretaciones de los adultos, más rígidas y solemnes, aunque también eficaces en su afán por hacer entrañables a los personajes, para así acercarlos al espectador todo lo posible.
¡Debate esta película en nuestros foros!