[Marta Gª Outón – Colaboradora de CinemaNet]
Tras debutar con numerosos premios (Premios César, Satellite Awards, 3 Premios BAFTA, 2 Critics Choice Awards, 2 Globos de Oro…), en numerosos festivales y tras ser ampliamente aplaudido en las salas de cine, el joven director Ben Affleck ha logrado también el éxito, como se esperaba, en los Oscars de la 85 edición; incluso la estatuilla a Mejor película fue entregada al film sobre el rescate de los rehenes en Irán por la esposa del presidente de los Estados Unidos. Finalmente, Argo se lleva tres Oscars: mejor película, mejor guión adaptado y mejor montaje; previsible como el resto de los premiados.
Aunque los resultados fueron muy reñidos… La lucha por obtener el protagonismo en la gala diferenció dos claros rivales: Lincoln, de Steven Spielberg y la final ganadora, Argo, de Ben Affleck; Lincoln, en cambio, se llevó dos Oscar, por la fabulosa interpretación del reputado actor Daniel Day Lewis y mejor dirección artística. Sorprende, no obstante, que la película del director chino Ang Lee terminara venciendo a estos dos gigantes de la pantalla al recibir cuatro Oscars, entre ellos, el de mejor director, por su película La vida de Pi, una fantástica metáfora de la vida con una extraordinaria escenografía y sonido (Oscar a mejor director, mejor montaje, mejor banda sonora y mejor fotografía).
La sorpresa se la llevó la joven actriz Jennifer Lawrence, quien, subió atónita las escaleras del escenario tras oír su nombre acompañando el Oscar a mejor actriz por su intervención en la película cómica de El lado bueno de las cosas. El actor secundario en la última película de
Tarantino, Django desencadenado, Christoph Waltz, se hace con su segundo Óscar y la debutante Anne Hatheway, por su extraordinaria y emocionante aparición en el musical de Los Miserables de Tom Hooper en el papel de Fantine, recibió también el Óscar a mejor actriz secundaria.
Los premios se repartieron entre los cuatro gigantes: Argo, La vida de Pi, Los Miserables y Lincoln. Y a mejor película de habla no inglesa, la austriaca Amor, del director Michael Haneke, quien ha arrasado en el resto de ceremonias del ámbito cinematográfico.
Todas ellas historias grandes, historias emocionantes y desgarradoras, que ahondan en el corazón humano y en su drama existencial; el cine representa los cambios y la dirección que está experimentando la sociedad hoy en día, pero además exalta unos valores que comparten la mayoría de las películas que están saliendo victoriosas entre el público y los profesionales del cine: el valor, la entrega, la búsqueda de la verdad y el amor.