¿A quién no le sorprendió ver al rubio guaperas de comedias inanes con su estatuilla entre las manos?
[Jaime Pérez Laporta – Colaborador de Cinemanet]
“No existe el perdón, lo que pasa es que la gente tiene poca memoria” dijo el lúgubre Detective Rust.
Todo amante del cine que se precie, tiene que haber oído hablar de una serie tan cruda y metafísica como es True Detective; guste o disguste, de lo que no cabe duda es que es un punto de inflexión en la carrera de su actor protagonista: el culmen de su redención (profesional, claro).
Matthew McConaughey nació en el sur de Estados Unidos en 1969. A los 18 años, en la ciudad de Tejas que lo vio crecer, apenas había pisado un cine. Había visto sólo dos películas: King Kong y Orca, la ballena asesina. ¿Cómo acabó este chico dedicado a la gran pantalla?
“Fue determinante, decía en una entrevista, que fuéramos una familia de cuentacuentos. Mis padres siempre han sido muy fanfarrones: lo importante era narrar una buena historia, aunque fuese mentira.”
En los noventa, Matthew cambió la Universidad por la interpretación. Pronto descubrieron sus dotes y fue recibiendo papeles importantes. La crítica lo aclamó varias veces; la taquilla, no tantas. Al final de la década, y tras algún gran fracaso que otro, se convirtió en el guaperas arrogante idóneo para comedias románticas un poco superficiales.
Curiosamente, mientras la crítica le negaba el favor de años pasados, la taquilla encumbraba sus películas. A los cinéfilos, esto nos plantea un doble dilema: ¿puede ser un actor malo y después convertirse en un maestro?, ¿es la comedia un género de por sí inferior?
Dejando a un lado esta última pregunta, me gustaría ahondar en la primera. Porque entre el año 2000 y el 2010, el rubio tejano siguió en su línea. Las burdas comedias que rodaba recaudaban millones y millones. También nos dejó algún batacazo en taquilla tras interpretar papeles complejos.
Por ejemplo, en la película El imperio del fuego, le vemos junto a Christian Bale o Gerard Butler, cumpliendo con su rol de arraigado sureño en una Inglaterra apocalíptica y amenazada por dragones. Pero esta vez Matthew mostraba un rostro diferente, un rostro dramático; nos regaló un cinismo suicida y profundo que veríamos más tarde en sus últimos trabajos.
Cuando nos planteamos si un actor es bueno o malo, muchas veces juzgamos su capacidad para desenvolverse con papeles muy diferentes. Pero lo cierto es que a todos nos enloquecen los rasgos innatos e imborrables del carácter o del físico de las grandes estrellas. Creo que los actores nos seducen por la combinación de ambas cosas: tienen que ser camaleónicos, pero sin perder un sello propio.
A partir de 2010 comienza a explotar esta faceta más profunda fuera de las comedias, además lo hace con producciones más o menos estables. A mí me sorprendió gratamente en El inocente, el actor tejano lleva toda su arrogancia y su encanto al terreno de la intriga, encajando a la perfección con un personaje que regala grandes reflexiones sobre la condición humana.
Entre 2010 y 2013 llega a lo más alto con su participación en la ya mencionada serie True Detective y en Dallas Buyers Club. Por esta última recibió el Oscar a mejor actor en 2014. A parte de la grandeza de esta película que todos pudimos comprobar, para el rodaje, el actor perdió muchos kilos y sufrió lo indecible, pero, como dijo en una entrevista: “ha sido un trabajo de amor y estoy muy contento con su resultado”.
Algunos años antes, en 2005, cuando su cine significaba dinero y más dinero, pasó por una crisis personal a causa de tanto protagonismo en películas banales; estuvo a punto de dejar de actuar. El ser humano necesita, sin duda, un amor hacia su trabajo más allá del dinero o la fama.
Y es que, probablemente, el cine es mejor cuando trata los conflictos del corazón humano y entonces, nos mejora un poco a los espectadores y, como no podía ser de otra forma, mejora también a sus actores: Matthew, todos tenemos memoria, y a pesar del pasado, te perdonamos; no hay duda de que has llegado a las estrellas.
Estupendo artículo. Desconocía esos datos del actor. Muchas gracias