SABER VER
El caminar humano encierra una inevitable conjunción de vida y la muerte, de alegría y de tristeza, de dolor y esperanza. Mirar el mundo de frente permite descubrir lo que hay en él de auténtico bien y se disfruta de su atractivo. Pero a veces parece que sólo vemos el mundo por detrás y se toca entonces el sufrimiento, el dolor, la muerte. El arte de vivir consiste en componer alegrías y tristeza, gozos y penas.
En un mundo tan bello como atormentado, la guerra ha sido el peor acompañante y, sin embargo siempre presente en la historia de la humanidad. En un clima en el surgen las peores pasiones y bajezas hay hombres que dan la talla, con altura de miras ante la severa coacción del terror, con valores morales propios que los convierten en héroes anónimos esforzados por salvar vidas y evitar sufrimientos, que cultivan un pálpito más íntimo y acorde con lo esencialmente humano: la compasión, la misericordia, el perdón, que viven en sus vidas que “La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón” (San Juan Pablo II).
LAND OF MINE (Martin Zandvliet, 2017). “Las consecuencias de la guerra”
“Bajo la arena” es una impactante película que parte de una oscura premisa que el mundo del cine no se había atrevido a abordar: las terribles consecuencias de odio provocadas por la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un explícito relato histórico en el que unos jóvenes prisioneros alemanes —casi niños— deben —terminada ya la contienda y como venganza del gobierno danés— desactivar miles de minas enterradas bajo tierra. La mayoría de estos jóvenes murieron o fueron terriblemente mutilados. El mayor logro del guion es el equilibrio del que hace gala: deja un soplo de aire fresco al humanizar a cada uno de sus esperanzados personajes. Los bellísimos paisajes son continuo contraste con la terrible historia que se está narrando.
HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE (Mel Gibson, 2016). “El derecho a la objeción de conciencia”
Después de diez años de ausencia nos llega de nuevo otra obra maestra del genial cineasta Mel Gibson. Elogiando el pacifismo, la película ofrece una filmografía de violencia brutalmente explícita. Es la asombrosa historia de Desmond Doss, joven de impresionante personalidad que desea servir al ejército de Estados Unidos pero hombre de fe, ha prometido ante Dios no tocar un arma. Tras enfrentarse a la incomprensión de sus compañeros y a un juicio de guerra consigue alistarse como médico y ser un héroe. Muestra el infierno de la batalla de Okinawa a la vez que se subraya la grandeza interior del protagonista implicado en la magna tarea de robarle a la muerte vidas.
TAXI TEHERÁN (Jafar Panahi, 2015). “La defensa de la libertad”
Es otra guerra: la lucha por la libertad. Película de “combate” de un artista que no se rinde, que rueda películas aunque le pongan mil cortapisas. Hablamos de Jafar Panahi, audaz director de cine “encarcelado” en Irán, “todo un país convertido en prisión”. Pertrechado por una cámara y con el propio director actuando como conductor, un taxi recorre las coloridas calles de Téhéran. Los variopintos pasajeros ofrecen un cuadro humano de enorme interés. Jafar Panahi se encarga de que los diálogos y situaciones no pierdan agilidad, optimismo, diversión. El resultado, una película clandestina rodada con la heroicidad de lo cotidiano; el milagro de un cineasta que demuestra que con poco se puede hacer mucho cuando se tiene algo que contar.
CORAZONES DE ACERO (David Ayer, 2014). “La «cultura del encuentro» en un entorno hostil”
La condición humana es capaz de trascender la violencia de la guerra. Muchos hombres son capaces de anteponer sus principios morales y sus deseos de bien a la barbarie a la que empujan las situaciones límite. Los nazis han perdido la guerra y los aliados van ganando pueblo a pueblo su territorio. El sargento Wardaddy y sus hombres serán una de las unidades encargadas de esta misión. El enemigo, conocedor de del fracaso, arremete violentamente contra los soldados. “Corazones de acero” se centra en la relación entre personajes, en el compañerismo de los protagonistas en un entorno hostil y en un espacio muy cerrado. Es una historia de maduración “a hachazos” introducida en la mecánica de la acción bélica.
DESCIFRANDO ENIGMA (Morten Tyldum, 2014). “La técnica al servicio de la vida y la paz”
Alan Turing, matemático, filósofo, científico, precursor de la informática moderna, con un cerebro de insólito funcionamiento, fue un hombre extraordinario con una existencia de película. El haber descifrado el código de la inquebrantable máquina Enigma de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial fue clave para el giro de una guerra. Este descubrimiento ayudó a acortar la contienda y a salvar miles de vidas. La narración conjuga la intriga, la humanidad de sus personajes y el drama; también el buen humor, proporcionado por la admirable genialidad y por la arrogancia, en parte inconsciente, del protagonista.
EN TIERRA HOSTIL (2008, Kathryn Bigelow). “Saber ver”
Estamos ante un cine inteligente, verdadera obra de arte, película muy bien contada. Proyecta hechos tan elocuentes que el espectador debe sacar sus propias conclusiones. Un grupo de soldados de élite del ejército estadounidense tiene la escalofriante misión de desactivar infinitas bombas en la guerra de Irak. Todos los personajes ofrecen interés. Son jóvenes normales, auténticos compañeros, con familia, con problemas. A través de sus distintas misiones podemos ahondar en sus personalidades y tocar su humanidad al observar sus lazos familiares y bucear en sus temores que facilitan intuir el tremendo daño que hace la guerra, especialmente a los propios combatientes.
SALVAR AL SOLDADO RYAN (1989, Steven Spielberg). “La misericordia en la guerra”
Desde el momento en que vuelan las primeras balas en la escena del inicio en las que se abren las compuertas de las barcazas y los soldados caen abatidos por las ráfagas de metralletas alemanas, el espectador se ve inmerso en el “Día D” del desembarco de Normandía. Es quizá el comienzo más impactante de la historia del cine por la hiperrealidad de sus escenas. La primera hora de la película muestra toda la crudeza de la contienda: las balas silban, el miedo es palpable, los soldados rezan. Salvar al soldado Ryan es la misión encomendada al capitán Miller y sus hombres: se trata de un soldado que ha perdido a tres hermanos en combate, al que el alto mando americano —compadecido— quiere devolver con vida a su madre.
SENDEROS DE GLORIA (1957, Stanley Kubrick). “La crueldad de la ignorancia autoritaria”
La Gran Guerra, el frente francés de Verdún. Kubrick reconstruye un oscuro hecho real: el consejo de guerra al que se somete a tres de los soldados acusados de cobardía. Considerada como una película antibelicista, muchos la califican como denuncia de comportamientos humanos. El propio Stanley Kubrick declaró que la consideraba como una manifestación de la “ignorancia autoritaria”, brecha entre los que mandan y los que obedecen ensanchada por guerra. Sólo aparece como íntegro el personaje que interpreta el ahora centenario Kirk Douglas, coronel que intenta en vano salvar a sus soldados. Alegato contra el horror de la guerra, es también una reflexión sobre el idealismo, la injusticia, la insubordinación y el valor de la vida humana.
Son muchas las películas de guerra que son clásicos del cine, cada una siempre con un enfoque algo personalizado por el director del film. A pesar de ser películas de guerra, siempre hay un rincón muy humano en este tipo de películas.