65 años después de su primera edición, el Festival de San Sebastián ya está aquí: el encuentro cinematográfico más importante del país acaba de comenzar y en CinemaNet hemos venido hasta Donosti para contároslo en vivo. Durante una semana, os ofreceremos crónicas diarias sobre lo bueno, lo malo y lo feo -o lo bello, esperemos-. Quinto día: arrancamos la recta final de nuestra estancia en el festival:
Nos ha gustado…
La fotografía de Edward Lachman en lo último de Todd Haynes, Wonderstruck. Traducida en español como El museo de las maravillas, el film alterna dos historias para contar una gran fábula que expresa más por la forma que por el fondo: en su preciosista tratamiento de la imagen, la película se revela como un ejercicio de estilo impecable y una carta de amor al cine.
No nos ha gustado…
El final de El secreto de Marrowbone. De hecho, tampoco su desarrollo: la película parte de una premisa mil veces vista -una familia llega a una casa en la que comienzan a suceder fenómenos paranormales- y nos zarandea de un lado a otro a partir de giros de guion mil veces vistos. Sin embargo, lo que menos nos ha gustado es el final, tan tramposo como médica y éticamente reprobable.
Casi nos quedamos dormidos con…
La larguísima Morir, de Fernando Franco, que recorre el año que Marta -efectiva Marian Álvarez– dedica casi en exclusiva a cuidar de su hombre, moribundo y afectado por alguna enfermedad terminal. No obstante, aunque la película se adhiere a esta corriente moderna que considera que el cine de autor auténtico es aquel en el que todo pasa de puertas adentro -es decir, que para el espectador no pasa nada-, el tema que trata tiene la suficiente enjundia emocional como para mantenerte despierto.
La reflexión del día
David Arratibel, director de la muy recomendable Converso, nos contaba que su película es una invitación a todos aquellos que tengan conversaciones pendientes para que las aborden. Nos aconsejaba, además, que esta charla la tengamos ante una cámara: en su experiencia, el hecho de grabar la conversación le otorga peso y hace que lo dialogantes se centren en el tema, sin evadirlo.
Si te perdiste las crónicas de los días previos, puedes rescatarlas en los siguientes enlaces:
Día I: Preparados para la inmersión