Sinopsis
En junio de 1971, los principales periódicos de EE.UU., entre los que se encontraban The New York Times y The Washington Post, tomaron una valiente posición en favor de la libertad de expresión, informando sobre los documentos del Pentágono y el encubrimiento masivo de secretos por parte del gobierno, que había durado cuatro décadas y cuatro presidencias estadounidenses. En ese momento, Katherine Graham (Meryl Streep), primera mujer editora del Post, y el director Ben Bradlee (Tom Hanks) intentaba relanzar un periódico en decadencia. Juntos decidieron tomar la audaz decisión de apoyar al The New York Times y luchar contra el intento de la Administración Nixon de restringir la primera enmienda.
Crítica
El cuarto poder vuelve a primera plana
La justicia debe velar primeramente por los derechos de los ciudadanos antes que por los objetivos de los gobiernos. Fue la conclusión en 1971 realizada con palabras jurídicas por el Tribunal Supremo de EE.UU, dando la razón al Washington Post y al The New York Times por la publicación de los archivos secretos del Pentágono sobre la Guerra de Vietnam (1955-1975). Sobre estos sucesos el maestro Steven Spielberg ha realizado un trepidante y espléndido filme para el que ha contado con los mayúsculos Tom Hanks y Meryl Streep: Los archivos del Pentágono.
El talento de Spielberg, secundado por el equipo actoral y técnico se ve reflejado en muchos aspectos del filme en el que han participado un nutrido grupo de intérpretes secundarios, algunos de ellos de televisión (la nueva ventana para el cine a la carta). La fotografía de Janusz Kaminski es una buena muestra de por qué este polaco sigue siendo el responsable de los encuadres de buena parte de los filmes de Spielberg.
La banda sonora es del Beethoven de la música “seria” actual, John Williams. El guion de Liz Hannah no parece el de alguien que firme su primer texto para cine. Delante de la cámara los nombrados más arriba, acompañados convicentemente por algunos subalternos de lujo, como Sarah Paulson, Jesse Plemons, Bob Odenkirk (El Saul Goodman de Breaking Bad), Matthew Rhys, Michael Stuhlbarg…
Al frente de todos ellos, el mago del cine Steven Spielberg insuflando un “tempo” audiovisual acorde con los hechos que se van produciendo, en un montaje que es buena muestra de ello. Aunque ni su película ni sus actores principales han sido reconocidos entre los premiados de los últimos Globos de Oro, Los archivos del Pentágono tiene suficiente hechura para superar a muchos de los premiados y se postula como una de las candidatas para los Oscar de este año.
La película está llena de detalles que la hacen grande por su sencillez aparente y verosimilitud, como cuando el reportero Bagdakian (Bob Odenkirk), tras telefonear en una cabina de la calle, se le cae el dinero, por la tensión acumulada, y se agacha varias veces a recogerlo. O cuando la mujer de Ben Bradlee (Tom Hanks), le hace ver las razones de la personalidad dubitativa y timorata de la presidenta del Post, Katharine Graham (Meryl Streep), obligada en asumir la responsabilidad familiar al frente del periódico tras el suicidio de su marido.
A Bradlee se le abren los ojos para ser más comprensivo con alguien que, sin ser periodista, ama el periódico, impulsado por el padre de Graham, Eugene Meyer, desde 1933. Esta gran ventana al mundo que es el cine nos ayuda a empatizar con las razones de los personajes que nos presenta la cinta. Ben Bradlee es el contrapunto de su jefa: periodista de raza —divo en ocasiones—, pertinaz en su liderazgo reta a los poderes públicos y no se asusta cuando estos les anuncian litigios multimillonarios. Le bastará la decisión de Graham para entrar en la batalla final.
En estas relaciones cotidianas, Spielberg nos muestra como sus personajes van encarando con mayor o menor temple sus responsabilidades en su relación con el entorno y con las consecuencias de sus actos (por ejemplo, las triquiñuelas de los periodistas para hacerse con noticias). El autor de algunas de las películas más sobresalientes de las últimas décadas, nos deslumbra también cuando nos presenta en imágenes (¡esto es cine!) el proceso de cómo se hacían antes los periódicos.
Vemos la composición de los textos con distintas tipografías, realizadas con bloques de plomo que se iban montando para dar lugar a las páginas, y pasar a la impresión en enormes máquinas (un ejemplo de ello en la última secuencia del filme cuando Graham y Bradlee se alejan en los talleres del Post y un travelling hacia atrás abre el campo visual para presentar el espacio enorme de los talleres), o el empaquetado por numerosos operarios para cargarlos en camiones, que distribuirán los periódicos por todo el país.
El final de Los archivos del Pentágono es la última genialidad del realizador de Munich anunciando el descalabro de Nixon, quien vetó a los periodistas del Post por la publicación de los papeles secretos del Pentágono sobre Vietnam. Aunque él era el presidente, habían estado implicados varios inquilinos de la Casa Blanca, como Johnson, Truman, Eisenhower o Kennedy.
Spielberg deja claro en su puesta en escena que los gobiernos no pueden engañar a las personas, aduciendo responsabilidades y razones de estado, máxime cuando están en juego vidas de seres humanos con rostro y biografías tan dignas como las de los individuos que las ordenan.
Ficha técnica

- Título Original: The Post
- Dirección: Steven Spielberg
- Guión: Liz Hannah
- País: EEUU
- Año: 2017
- Duración: 116 min.
- Género: Drama
- Interpretación: Tom Hanks, Meryl Streep, Sarah Paulson, Jesse Plemons, Bob Odenkirk, Matthew Rhys
- Productora: Amblin Entertainment / DreamWorks SKG / Pascal Pictures / Participant Media. Distribuida por 20th Century Fox
- Música: John Williams
- Fotografía: Janusz Kaminski
- Estreno en España: 19 de enero 2017