En el calendario cinéfilo, la última semana de septiembre está marcada en rojo desde hace meses: el 66º Festival de San Sebastián ya ha empezado, con su habitual carga de propuestas frescas, grandes producciones y glamour, y en CinemaNet no nos lo hemos querido perder. Desde la magnífica Donosti queremos explicaros las inspiraciones, luces y sombras que nos regala el cine que veremos aquí:
Anteriormente os hemos explicado cómo vivimos el primer fin de semana y el combo de lunes y martes. En esta tercera crónica, repasamos el resto de días. Un cierre del festival salpicado de experiencias y sorpresas:
Nos ha gustado…
El cariño con que la cámara de Isaki Lacuesta mira a los protagonistas de Entre dos aguas. Isra y Cheíto son dos hermanos gitanos, situados en orillas opuestas de la vida: uno es expresidiario; el otro, policía. Viven atrapados entre la miseria de una Cádiz que no levanta cabeza y se debaten entre la libertad, la delincuencia y su familia. Vidas al límite que Lacuesta no juzga, sino que acompaña, relata y -a su manera- ama.
Un cariño de otro tipo pero no menos intenso es el que se desprende -paradójicamente- de Infiltrado en el Ku Klux Klan, el regreso de Spike Lee al barro del campo de batalla contra el racismo. El director de Malcolm X filma un thriller setentero y divertidísimo sobre cómo un policía negro y uno judío barren a un KKK que recita sin tapujos los lemas que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.
No nos ha gustado…
El poco respeto por el tiempo del espectador de producciones como Blind Spot, una película tremendamente lenta que, sin embargo, muestra una realidad tan dura como necesaria. La enfermedad mental en la adolescencia y la culpa de una madre que no ha sabido detectar a tiempo los síntomas se cuelan en esta película de la directora novel Tuva Novotny.
En cualquier caso, parece que alargar el metraje de las películas más allá de lo necesario resulta un mal endémico en demasiadas películas de este festival. Entre dos aguas, a su manera, sufre de ello, y también el despropósito que es High Life, una propuesta de ciencia ficción tan perturbadora como aburrida.
Mirábamos a la pantalla con los ojos entre los dedos con…
La mezcla de carisma y repulsión que provoca el protagonista de El ángel. Esta película de Luis Ortega -presentada en la sección Perlak y ya seleccionada para representar a Argentina en los Oscar- nos pone frente a frente con Carlitos Robledo, uno de los asesinos en serie más famosos del país latinoamericano. El personaje encarna el mal como lo hizo el ángel caído más famoso: como Lucifer, este psicópata es orgulloso, bello e hipnótico.
Esta combinación explosiva -encarnada por el actor revelación de esta jornada, el joven Lorenzo Ferro– da pie a reflexionar, precisamente, sobre esta naturaleza dual del pecado y lo terrible. Sobre cómo le atrae a uno con promesas brillantes y luego lo deja vacío, corrupto y destruido, como las víctimas de este ángel exterminador.
Constatamos que…
En San Sebastián, el cine que presenta mejor forma es el de dentro de nuestras fronteras. En medio de un panorama a veces algo pantanoso, los autores españoles han presentado aquí las magníficas El reino, Quién te cantará, Entre dos aguas y -la que ahora nos ocupa- Petra. En esta, Jaime Rosales dibuja una familia de folletín encerrada entre mentiras y secretos.
Un cuento torcido y lleno de meandros que pone encima de la mesa el poder corruptor y vacío del dinero, el valor del arte como búsqueda de la verdad y el potencial destructor de los momentos en que esta no se dice. Bárbara Lennie capitanea una película a la que estar atentos para cuando llegue a salas.