Petite maman

Pablo Canela

Estudiante de Comunicación audiovisual y coordinador de pases de prensa de Cinemanet. Redactor en Cinemanet y Cineverso. Apasionado amante del cine, y de todo lo que conlleva crear una pieza audiovisual, las que muchas veces son también obras de arte.

En septiembre tuve la oportunidad de asistir a la 69ª edición del Festival de cine de San Sebastián, donde se presentó, entre muchas otras películas, la nueva cinta de Céline Sciamma. Petite maman es una película dirigida y escrita por ella, en la cual se cuenta la historia de Nelly, una niña de 8 años que habiendo perdido a su abuela recientemente, conocerá a una persona muy especial, con la que desvelará un fascinante secreto.

Esta película consigue transmitir a la perfección el misterio del amor de una hija por su madre, cosa que en muy pocas películas se ha conseguido. Una historia de construcción sencilla y con momentos mágicos en su interior, es capaz de ser el guion de una película sobrecogedora y emocionante en su sencillez.

No hay plano que le sobre, ni escena que le falte. Es tan tensa como luminosa, porque en todo momento nos hace disfrutar de lo que Sciamma provoca en el espectador: un viaje latente al corazón de la infancia. Es un milagro de película.

Su puesta en escena es muy atrevida, pero se ha logrado llevar a la perfección. Tanto las localizaciones, como las actrices protagonistas o la manera de enfocar la trama, han sido muy bien escogidas y has sabido dar lo mejor de sí.

La película cuenta, a través de la infancia de dos niñas, el amor materno de una madre hacia su hija. Lo narran a través de Nelly, una niña que mientras ayuda a sus padres a vaciar la casa en la que su madre creció, explora intrigada el bosque que la rodea, donde su mamá solía jugar de pequeña. Allí Nelly conoce a otra niña de su edad, y la inmediata conexión entre ambas da paso a una preciosa amistad.

Los temas universales de esta película podrían decirse que son el amor, la amistad y la familia, porque en todo momento se tratan estos temas desde diferentes puntos de vista y son el hilo conductor de la historia. Primero, el amor de Nelly hacia su abuela, quien recientemente ha fallecido. Luego, el amor de sus padres para que no se sienta triste y pueda seguir disfrutando de su infancia a pesar de no poder hacerlo con su abuela. Y por último, que para mí es la más clara, es la relación de las dos niñas, quienes desde un primer momento consiguen conectar entre ellas y hacerse inseparables.

Este tipo de películas, que se les llama “de autor”, abordan una serie de características propias de la directora, en este caso, quien, a su manera, transmite una historia propia desde su experiencia, sus vivencias y su gusto propio.

Por último, cabe decir que esta película es visión obligada para todo espectador que quiera disfrutar de una película descomunal. Una de las experiencias más transformadoras que nos ha ofrecido el cine en los últimos tiempos.