“Es de bien nacidos ser agradecidos”, nos decían nuestros padres, y no les faltaba razón. En una atinada reflexión para El País, el crítico Ernesto Ayala-Dip pensaba en una familia que bendice la mesa agradeciendo a Dios los alimentos y describía el momento como “un gesto de recóndita humildad en medio de tanta autosatisfacción y prepotencia contemporánea”.
Fuera del refranero y de los diarios, la virtud de la gratitud es una de las cualidades que más brillan en una persona, y el cine nos ha dado muchos ejemplos en los que inspirarnos para adquirirla. Aquí destacamos cuatro, pero te invitamos a dejar los tuyos en los comentarios para que -entre todos- tengamos cada día más presente el valor de dar las gracias.
La buena mentira
Inspirada en unos terribles hechos reales – la 2ª Guerra Civil de Sudán-, La buena mentira sigue a Mamere (Arnold Oceng), un joven sudanés que huye del conflicto. Junto a otros refugiados, gana una lotería para reubicarse en los Estados Unidos, donde conocerán a Carrie (Reese Witherspoon), una trabajadora social que, consciente de las privaciones que han sufrido, intenta enseñarles a desenvolverse en el mundo moderno.
La película es una historia sobre la caridad, sobre personas que se dejan ayudar y se muestran agradecidos por ello. Es interesante como a lo largo del metraje nadie hace nada por sí mismo, sino que todos son ayudados… ¡porque se ponen en la situación de dejarse ayudar! No solo los refugiados sudaneses, sino también la asistente social -aquella que supuestamente tendría que ser la proveedora de ayuda- reconoce su pequeñez y deja que sus nuevos amigos entren en su miseria.
- Puedes leer nuestro análisis completo aquí: Análisis de La buena mentira
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Fátima
Fátima, dirigida por el francés de origen marroquí Philippe Faucon, es un relato costumbrista sobre la vida oculta de los migrantes, los conflictos familiares y la caída de los prejuicios racistas. El director pone imágenes al poemario Rezar a la luna y realiza el retrato sincero de su autora, Fátima, una inmigrante marroquí que se parte el lomo trabajando en Francia de limpiadora para sacar a sus hijas adelante.
La gratitud en la película aparece reflejada en sus dos hijas: una de ellas la practica y la otra, no. Fátima tiene dos hijas por las que se desvive, pero con las que tiene problemas de comunicación: ella no habla francés y a ellas les cuesta el árabe. Este amor recibe gratitud por parte de Nesrine, que persevera hasta la extenuación en su recién comenzada carrera de Medicina en la universidad, y rechazo e incomprensión por parte la revoltosa y adolescente Souad.
- Puedes leer nuestra crítica completa aquí: Crítica de Fátima
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Los Miserables
Si hay un relato épico donde la gratitud sea el motor que pone en marcha la historia, ese es Los Miserables. Tanto el musical de Tom Hopper como la preciosa novela de Víctor Hugo toman como punto de partida un acto de agradecimiento: el de Jean Valjean hacia el sacerdote que le ama más allá de sus defectos.
Para los que no conozcan la historia, Valjean es un hombre condenado por haber robado una hogaza de pan para alimentar a los suyos. Cuando obtiene su libertad, es acogido por un obispo que le da cobijo, y Valjean -movido por el instinto de supervivencia- le roba unos candelabros de plata. Cuando la policía le captura y le pone ante el sacerdote, este no le acusa, sino que se compadece de él y dice “esos candelabros se los di yo, y además se olvidó de llevarse también estos otros”. El amor incondicional de este hombre de Dios atraviesa a Valjean, que -en agradecimiento- transformará toda su vida y pondrá en marcha los acontecimientos de la historia.
- Puedes leer nuestra crítica completa aquí: Crítica de Los Miserables
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Alicia a través del espejo
Después de que Tim Burton nos llevase de vuelta al País de las Maravillas con su relectura del clásico de Lewis Carroll en 2009, el director James Bobin cogió el testigo unos años después con esta segunda parte de las aventuras de una Alicia adulta. En este caso, la película se basa en el libro A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, y entre otras ideas enriquecedoras se plantea una reflexión interesante sobre la gratitud.
Nuestra colaboradora Lupe Belmonte lo explica así: “Alicia no quiere aceptar lo que se le da y lo que se le quita. [No acepta] que su padre no está ahí para protegerla y mimarla, y que debe obedecer ahora a su madre. (…) Ser agradecido cambia tu forma de vivir, y es una de las cosas que descubre Alicia al volver a la realidad: se da cuenta de que ha de dar gracias por tener una madre que se preocupa por ella y que le quiere, aunque no sea de la forma que a ella le gustaría”.
- Puedes leer nuestro análisis completo aquí: Análisis de Alicia a través del espejo
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