El monstruo marino | Entretenimiento con sorpresa

Javier Muñoz Morales

Soy Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, así que se supone que lo mío son los números. En realidad, prefiero los libros y el cine. Estoy convencido de que detrás de cualquier película hay una visión del hombre y del mundo que merece la pena descubrir

La plataforma Netflix sigue apostando por el cine de animación de calidad ofreciéndonos su último lanzamiento, El Monstruo Marino. Una película original que lleva a la pantalla su particular adaptación de la literatura de mar, con barcos, marineros, odiseas marinas y caza. Y hay que decir que el resultado final es positivo. Como también es positivo que siga habiendo competencia frente a los grandes dominadores del sector como Pixar, Disney o Dreamworks.

La calidad de todo lo que vemos en El Monstruo Marino es muy alta, rozando incluso el preciosismo en lo que tiene que ver especialmente con el mar, los barcos, los marineros y el ambiente de la ciudad portuaria. Incluso, mientras el buque Inevitable surca los mares en busca de monstruos marinos que cazar, se incorporan términos propios de navegación para glosar las maniobras del barco; hasta ese nivel de detalle llega la película. Y, por si fuera poco, las escenas de caza a bordo del Inevitable son realmente espectaculares.

Lo que puede parecer más discutible es el diseño de los monstruos marinos, que no siguen el mismo estilo preciosista mencionado anteriormente, y que parecen más monstruos dibujados para niños, que desde luego no asustan lo que debieran y que no encajan con lo visto hasta el momento en la película. Y es ahí donde el espectador puede dudar de si lo que está viendo es una película infantil con un guión sencillo, o una película para un público más adolescente con un guión más trabajado. En ese sentido, el personaje de la niña Maisie es el que ayuda a rebajar las pretensiones de la película.

Pero donde El Monstruo Marino se enreda completamente es al plantear el giro principal de la trama. En las aventuras que viven la huérfana Maisie y el marino Jacob, irá habiendo un acercamiento a los monstruos y la niña descubrirá algo que puede cambiar para siempre la norma establecida en el reino. Y lo que es totalmente inesperado son los razonamientos de Maisie, demasiado adultos para lo que nos ha ido mostrando la película hasta el momento; en definitiva, poco creíbles y muy forzados.

Al ver la película, el espectador puede tener la impresión de que el director quiere transmitir unos mensajes importantes a través del personaje más simpático e inocente, Maisie; pero conviene filtrar bien esos mensajes puesto que, al contrario de lo que pudiera parecer, no son ni simples ni inocentes.

A modo de conclusión, El Monstruo Marino es una película destinada al público más joven, entretenida y visualmente muy bien hecha, que permite pasar un rato agradable ante la pantalla. Pero descarrilla cuando se desvía de la historia de aventuras y de caza de monstruos marinos que plantea inicialmente. En cualquier caso, una buena oportunidad para que los padres generen debate con los más pequeños de la casa al hilo de la película.