Sinopsis
Álex (Aida Folch) es una española que comienza un nuevo trabajo como camarera en un restaurante de una isla perdida en Grecia. A pesar de ganarse rápidamente la confianza del brasileño Chico (Juan Pablo Urrego), Álex se enamora de Max, el norteamericano que regenta el establecimiento (Matt Dillon). Mientras su amor florece, se empiezan a descubrir inquietantes pistas sobre el oscuro y misterioso pasado de Max.
Crítica
Isla perdida | El peligro de dejarse llevar por la mera atracción
Álex, una joven española, llega a una isla griega perdida, en la que solo hay un restaurante y una cabaña en la que vive Max, el dueño del negocio, un hombre enigmático que ha levantado un muro entre su intimidad y las personas con las que se relaciona. Alex había sido contratada para el puesto de chef, pero llega con bastantes días de retraso y se encuentra con que Max ha contratado a otra persona para el puesto. No obstante, Max le ofrece que se quede como camarera durante la temporada de verano. La joven se siente atraída por Max, quien no reacciona a sus requerimientos y mantiene las distancias; por el contrario las empleadas del restaurante la acogen inmediatamente, especialmente Chico, un alegre brasileño encargado del transporte de los clientes entre la isla y el pueblo.
La película está estructurada en tres capítulos que se corresponden con tres estaciones del año: verano (temporada alta del restaurante); otoño (temporada baja y cierre); invierno (no queda nadie en la isla, excepto su dos únicos habitantes: Max y Álex).
El primer tramo ocupa prácticamente la mitad de la película y resulta bastante plúmbeo. Como introducción al drama es excesivamente largo y tampoco consigue enganchar al espectador en una supuesta trama romántica que luego dé un viraje hasta convertirse en un thriller. Las diversiones son superficiales, la vida del restaurante, personal y clientes, no pasa de imágenes fijas. Ni las repetidas partidas de ajedrez entre Max y Chico pasan de ser anecdóticas. Los personajes no resultan cercanos, de tal modo que todo lo que se está esperando a lo largo de ese verano es a ver cuándo empieza la acción. El paisaje es bonito, la luz brillante, y la cámara de Trueba está en manos de un maestro, pero eso no es suficiente para retener la atención sobre una historia insulsa.
En la siguiente parte, otoño, convertida ya en un thriller, el ritmo se acelera, hasta hacerse frenético en invierno. Se aviva el interés del espectador y hay momentos de tensión y hasta de angustia. Lo malo es que sigue sin conectar con los personajes.
Álex está arrastrando una herida por una ruptura traumática con un hombre que le ocultó la realidad de su vida, pero, incomprensiblemente, cuando por fin consigue que Max se fije en ella, inicia una relación sin saber absolutamente nada de él, aparte de que regenta el restaurante. Pero la iniciativa es totalmente de ella, Max se deja hacer. El personaje de Álex es tan ilógico que sería muy difícil que el espectador pudiera identificarse con ella y su situación.
No obstante, aunque en esa segunda mitad de la película lo que prima es la acción, el juego del gato y el ratón resulta interesante y tan inquietante como para mantener al público clavado en la butaca. Pero eso es todo, la intriga por la intriga, sin nada de fondo. No sabemos exactamente cuál fue el pasado de Max, los motivos y las circunstancias de lo que pudo suceder, ni tampoco cómo pudo llegar a la isla.
Después, cuando uno reflexiona la película, no encuentra nada que merezca un pensamiento, ya sea amor (de hecho, prácticamente no hay más que atracción) o amistad (no pasa de un cierto afecto entre personas y solo al final, Chico se comporta como un amigo). Por supuesto no hay ninguna alusión a una posible redención de culpas pasadas ni de búsqueda de perdón. Por no hablar del pasmarote del novio en la boda, indiferente al adulterio en su propia cara.
Técnicamente Isla perdida está muy bien hecha y se agradece además que, a pesar de la dureza de algunas circunstancias, lo sanguinolento suceda fuera de cámara, y asimismo que Max no aparezca como un psicópata sediento de sangre, sino como un hombre atrapado que se ha desquiciado. Matt Dillon es un actor genial (muy bien secundado por el resto del reparto, especialmente por el gran trabajo de Aida Folch) y Fernando Trueba es un realizador excepcional. Pero Isla perdida no forma parta de la nómina de sus grandes películas.
Ficha técnica

- Título Original: Isla perdida (Haunted Heart)
- Dirección: Fernando Trueba
- Guión: Rylend Grant, Fernando Trueba
- País: España
- Año: 2024
- Duración: 128 min min.
- Género: Thriller, Drama, Romance
- Interpretación: Matt Dillon, Aida Folch, Juan Pablo Urrego, Marina Argyropoulou, Kika Georgiou, Polydoros Vogiatzis
- Productora: Coproducción España-Colombia; Fernando Trueba P.C., Caracol Televisión, Atlántika Films, RTVE, ICAA
- Música: Zbigniew Preisner
- Fotografía: Sergio Iván Castaño
- Estreno en España: 23-08-2024