Ripley | Una miniserie que supera a las demás versiones

Graciela Falabella

En el género de los thriller psicólogicos, uno de los personajes más complejos y fascinantes es el creado por Patricia Highsmith: Ripley. Así, este fue llevado al cine por grandes directores y actores que lo compusieron y le dieron su impronta personal. La primera versión es Plein soleil (1960), con Alain Delon y dirigida por René Clement (está en color y se puede encontrar en YouTube). La segunda es El talento de Mr. Ripley (1999), con Matt Damon y dirigida por Anthony Minghella, la cual tiene de positivo que explica toda la trama de una forma muy minuciosa (se puede encontrar en YouTube o Apple TV).

Pero si te gusta el suspense, la última serie de Netflix es para mí la mejor. El director es Steven Zaillian y su filmación en blanco y negro es incomparable, y cada toma es un Caravaggio, pues como el famoso pintor, encuentra la luz para iluminar cada escena. Los actores son Andrew Scott (un espléndido Ripley), Dakota Fanning, Johnny Flynn y Margarita Buy. La historia es muy intrincada: cuenta que un millonario que vive en Nueva York le pide a un “supuesto” amigo de su hijo, que se fue con su novia a pasear por Italia a costa del padre, que le convenza para que vuelva a casa.

Este amigo es Ripley, a quien se le pagó para que se introdujera en ese medio de gente rica y despreocupada. Una vez que llega a Italia comienza a sentir una envidia que no puede controlar al ver la forma en que vive Dickie Greenleaf, y eso lo lleva a cometer una serie de crímenes con mucha perfección y de los cuales nadie sospecha debido a su sombrío sentimiento. Ripley no conoce el arrepentimiento, es un psicópata de libro, no tiene alma, provoca toda serie de crímenes sin sentir nada que comprometa su insensible corazón, simplemente porque no lo usa. No sabe que esté cometiendo algo tan grave y, si lo siente, no lo demuestra en la película, ni nos hace sus cómplices.