Sinopsis
Corre el año 1940, y en Dunkerque los Aliados sobreviven como pueden al asedio nazi. Las tropas alemanas tienen a ingleses, franceses, belgas y daneses encerrados entre sus tanques y el mar. La película narra la operación de evacuación con la que se logró rescatar a más de 300.000 soldados pasándolos al otro lado del Canal de la Mancha.
Crítica
Cada disparo, el fin del mundo
En Dunkerque cada balazo es un acontecimiento: cada pedazo de metal que cruza el aire opresivo de la playa en la que se arrastran soldados del ejército Aliado alcanza su objetivo haciendo retumbar la sala de cine. Los disparos pesan, las bombas duelen y la tierra húmeda salta por los aires con cada impacto, pegándose al rostro cansado como petróleo. Christopher Nolan nos lleva con su décima película al pueblecillo francés de Dunkerque en sus horas más bajas y nos sumerge en el horror de la guerra como pocos.
Desde luego, el director de Origen no es el primero en embarrarnos la cara y hacernos pisar la muerte con las botas –ni será el último-, pero Dunkerque es, en su magnificencia técnica, un viaje estremecedor. En un momento de la película, uno de los jóvenes protagonistas exclama que “la supervivencia es asquerosa”, y parece estar retratando la película. La moralidad se diluye con cada vuelo raso de bombardero y lo único que importa es la siguiente bocanada de aire.
A través de tres historias cruzadas –por tierra, mar y aire, respectivamente- Nolan nos habla de violencia sin sentido, de miedo primario a engendros metálicos voladores. La fotografía, la música y el montaje sincopado aportan todo lo que pueden para sumergirnos en la acción. Para que, al sentir cada disparo, sintamos –y no solo razonemos- lo terrible y absurda que es la guerra.
Mi problema con Dunkerque, sin embargo, es que de algún modo se torpedea a sí misma: si bien pone todos los elementos al servicio de esta idea, luego parece contradecirse en momentos pretendidamente épicos y patrióticos que parecen fuera de lugar. Los violines y la cámara lenta que acompañan ciertos momentos de glorificación de la patria inglesa no casan con las escenas en las que esos mismos ingleses están dispuestos a sacrificar a un francés con tal de salvar su pellejo.
Puede argumentarse –y personalmente me siento tentado de pensarlo- que esta disonancia está ahí para resaltar lo ridículo que es el nacionalismo. Dado que el episodio de Dunkerque fue vendido por los de Churchill como un gran acto patriótico, resaltar la crueldad y el sinsentido del conflicto parece inyectar a la fuerza algo de perspectiva. El plano final de la película –un auténtico anticlímax de apenas un segundo- parece apuntar en esta dirección, pero aun así el film chirría por este conflicto de intereses.
Esta ambigüedad mal resuelta entre la cara y la cruz del conflicto juega en contra de una película que, por otro lado, ofrece un modelo de heroísmo genuino: el capitán del pequeño barco de recreo que se olvida de sí mismo por salvar a tantos soldados como pueda. Un destello de luz en medio de la oscuridad, un sacrificio por alguien, no por algo. Lástima que tenga que ser en circunstancias tan adversas.
Ficha técnica
- Título Original: Dunkirk
- Dirección: Christopher Nolan
- Guión: Christopher Nolan
- País: EEUU
- Año: 2017
- Duración: 107 min. min.
- Género: Drama bélico, Acción
- Interpretación: Fionn Whitehead, Tom Hardy, Mark Rylance, Kenneth Branagh, Harry Styles, Jack Lowden, Aneurin Barnard, Cillian Murphy, James D'Arcy, Barry Keoghan, Tom Glynn-Carney, Bradley Hall, Damien Bonnard, Jochum ten Haaf
- Productora: Warner Bros Pictures / Syncopy
- Música: Hans Zimmer
- Fotografía: Hoyte Van Hoytema
- Estreno en España: 21 de julio de 2017