Spiderman: Homecoming

Guillermo Altarriba

Director de contenidos de CinemaNet. Periodista y politólogo por formación, dibujante y cinéfilo por vocación. Creo que pensar el cine para cambiar el mundo es una meta difícil y loca: por eso vale la pena dedicarle tiempo y esfuerzo. VTR.

Spiderman: Homecoming es la puesta de largo del superhéroe arácnido en el Universo Cinematográfico Marvel –o MCU- tras su introducción en Civil war. El resultado fallido por parte de Sony de resucitar la franquicia con las fallidas The Amazing Spiderman propició la cesión del trepamuros al espacio interconectado de los films de Marvel, devolviendo a Spiderman al lugar donde –para los fans de los cómics- siempre había tenido que estar.

Resulta curioso que en una película tan llena de guiños e easter eggs como esta Homecoming no aparezca el eslogan más famoso asociado al personaje. En ningún momento de los 133 minutos de metraje se escucha aquello de que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, pero el espíritu de este lema queda adherido como una lapa a la película de Jon Watts.

En ese sentido, tal vez el tema principal de la película sea el del heroísmo como vocación: como una llamada a la aventura y el alegre cumplimiento de un deber. El Spiderman de Tom Holland no duda acerca de sus poderes, sino que abraza su don con entusiasmo y está deseoso de ponerlo al servicio de los demás. Un ímpetu que –a base de fracasos- le llevará a interiorizar la célebre frase del tío Ben de la que hablábamos en el párrafo anterior.

Aun así, quien se acerque a esta película buscando la profundidad de la trilogía de Sam Raimi saldrá decepcionado: las cintas protagonizadas por Tobey Maguire presentaban –como analizaba en este artículo de forma muy interesante Juan-Luis Valera– una atención al subtexto que en esta ocasión se sacrifica en pos de la acción. Esto no significa que Homecoming sea peor: simplemente juega en otra liga, la del espectáculo y la diversión.

Y atención, porque en este terreno, la película cumple con nota. Las coreografías de las set-pieces de acción, las acrobacias con red durante las batallas y el carisma que le imprime Tom Holland a esta versión adolescente del trepamuros son elementos que construyen una experiencia muy entretenida. Algo más de dos horas que se pasan en un suspiro y que –como es habitual en las cintas recientes de Marvel– equilibran humor amable con referencias geek y espectaculares escenas de vértigo.

Para terminar, cabe destacar dos elementos. El primero, la inserción de este Spiderman en la continuidad del MCU está resuelta con elegancia; se desliza como un guante entre el Capitán América, Iron Man y demás. En segundo lugar, este es el Spiderman más joven que hemos visto en pantalla: apenas un adolescente que va al instituto.

Por ello, encontramos en pantalla una dinámica interesante con el Tony Stark de Robert Downey Jr, que ejerce de mentor.La relación casi paternal que el portador de la armadura de Iron Man establece con Peter dota a la película de una capa de interés extra de cara a pensar la cinta: la obediencia, el castigo, el reconocimiento, el respeto… todos son elementos que, de un modo u otro, encuentran su espacio en los intercambios entre estos dos.

En definitiva, Spiderman: Homecoming es un blockbuster veraniego más que digno, y una película de superhéroes sin complejos. El desembarco del hombre araña en el MCU se resuelve con una película muy divertida que no plantea nada nuevo, pero hace muy bien su trabajo. Ideal para perderse y balancearse por las azoteas de Nueva York junto a ese borrón azul y rojo que dispara telarañas.

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