Sinopsis
El astronauta Roy McBride (Brad Pitt) viaja a los límites exteriores del sistema solar para encontrar a su padre perdido y desentrañar un misterio que amenaza la supervivencia de nuestro planeta. Su viaje desvelará secretos que desafían la naturaleza de la existencia humana y nuestro lugar en el cosmos.
Crítica
Hacia dentro
[Jaume Figa i Vaello. Colaborador de CinemaNet]
En un futuro no muy lejano Roy McBride (Brad Pitt) trabaja en la agencia espacial Spacecom, donde ha seguido los pasos de su padre Clifford McBride (Tommy Lee Jones), desaparecido hace años durante la misión espacial Proyecto Lima, a la búsqueda de vida extraterrestre.
Ahora, unas extrañas y potentes descargas eléctricas sacuden la Tierra y todo parece indicar que proceden del lugar donde se perdió el contacto con Clifford: Saturno. Por este motivo, deciden enviar a Roy a una misión ultrasecreta: ir a Marte para, desde ahí, mandar un mensaje a su padre, posiblemente vivo, y ver si pueden detener estas tormentas eléctricas.
Hay muchas cosas destacables de Ad Astra. En primer lugar, su dirección: James Gray tiene un gran dominio de la narración y consigue mantener la tensión durante las poco más de dos horas, que al que suscribe se le hicieron muy cortas. Ni los silencios, ni los minutos de voz en off del protagonista, ni las grandes e impresionantes secuencias espaciales se hacen pesadas.
Con ello, Gray combina muy bien las concesiones a lo más puramente “cine comercial” –como la persecución de los piratas y el intento de rescate de una nave a la deriva–, con la carga de profundidad temática. En esto se diferencia mucho de Interstellar, por nombrar otra película reciente sobre el espacio: Nolan se movía demasiado en torno a una teoría y, en general, el espectador pierde el hilo.
El guion de Ad Astra mezcla muy bien el drama personal del protagonista, que corre el peligro de convertirse en alguien como su padre –un héroe con ínfulas altruistas pero que, en el fondo, es un redomado egoísta que solo piensa en su éxito–, con el drama general de la decadencia de la Tierra y de la humanidad “que mira a las estrellas”.
La película, en sus secuencias espaciales, recuerda mucho a Gravity y, como esta, a diferencia, una vez más, de Interstellar, el mensaje que busca es muy optimista. Para la de Christopher Nolan, el mundo ha llegado a tal grado de decrepitud, que solo los que puedan –los ricos, se entiende– se salvarán.
Está claro que aquí también estamos ante una historia de ciencia ficción –sinceramente, dudo mucho que a nadie le interese vivir permanentemente en la luna en una especie de grandes civilizaciones subterráneas (o sublunáticas)–, pero el guion de Gray y Ethan Gross va mucho más allá que el de los hermanos Nolan.
Lo hace porque, a mi entender, es mucho más humanista y toca más de pies al suelo. Además, las tres o cuatro referencias religiosas de los personajes no llaman nada la atención, porque son reales, como lo eran en la película de Alfonso Cuarón.
Por otro lado, sobre Brad Pitt recae la mayor parte del metraje, quien mantiene muy bien el pulso de la actuación, con un trabajo digno de Oscar. Con las grandes imágenes cósmicas y la medida voz en off recuerda mucho a El árbol de la vida, de Terrence Malick. Los demás personajes secundarios, especialmente Tommy Lee Jones, y Donald Sutherland, cumplen muy bien con su papel de apoyo del principal.
Ad Astra es, pues, una película muy entretenida que hará pensar a más de uno sobre qué sentido tiene buscar tanto en el exterior, cuando desconocemos nuestro entorno y, a menudo, nuestro interior.
[Josan Montull. Colaborador de CinemaNet]
Ha habido una tendencia a encasillar la ciencia ficción en el cine de aventuras fantásticas que, bebiendo de otros géneros, se limitaba a entretener en medio de efectos especiales estruendosos y llamativos. Así la saga de Star Wars es un western espacial. La saga Alien es una narración de terror en un espacio claustrofóbico. Avatar es un excelente film de aventuras.
Pero otras obras han dotado a la ciencia ficción de una reflexión sobre la condición humana digna de encomio. Desde 2001: Una odisea en el espacio han sido mucha las películas ambientadas en un espacio futuro que nos han hecho mirar a nosotros mismos. Ahí están por ejemplo Blade runner, Gravity, y la reciente First man. Ad astra se enscribe en este tipo de films.
El astronauta Roy McBride (Brad Pitt) viaja a los límites exteriores del sistema solar para encontrar a su padre perdido y desentrañar un misterio que amenaza la supervivencia de nuestro planeta. Su viaje desvelará secretos que desafían la naturaleza de la existencia humana y nuestro lugar en el cosmos.
La odisea de McBride es extraordinaria. Viaja a la luna en una especie a cohete turístico y poco a poco irá adentrándose en el espacio con menos personas, hasta que al final queda completamente solo para encontrarse con su progenitor.
El film tiene un arranque espectacular, la caída de McBride de una torre de comunicaciones kilométrica que está reparando es impactante. Ese inacabable salto al vacío se convierte en símbolo del viaje que pronto va a emprender.
La voz en off del protagonista va reflexionando sobre sí mismo, su admiración y odio a su padre, su incapacidad para amar y para formar una familia. Así, el viaje espacial se convierte en un viaje al interior de sí mismo que cada vez es más sobrecogedor. Unos ordenadores efectúan permanentemente test psicológicos al protagonista para evaluar su emotividad y estado de ánimo. Resulta paradójico, máquinas humanizadas valoran el espíritu de hombres cada vez más parecidos a máquinas.
James Gray crea una atmósfera desasosegante, claustrofóbica e inquietante. Es imposible mirar a las estrellas sin mirar hacia uno mismo. El astronauta encuentra en su interior un abismo más profundo que el del espacio. La factura técnica es impecable y la actuación de Brad Pitt tiene la excelencia a la que nos tiene acostumbrados.
Varias escenas de acción (el ataque de unos contrabandistas en la luna y la llamada de socorro de una nave abandonada) dan un cierto respiro al espectador que, para ese momento ya está sumergido en una historia intimista y profunda.
“Per aspera ad astra” dice el refrán latino que significa “Hacia las estrellas a través de las dificultades”, o lo que es lo mismo “A través del esfuerzo, el triunfo”. El director hace honor al refrán que inspira el título de su obra: a pesar de la angustia y las dificultades, la película concluye con una visión esperanzada del ser humano, que es capaz de emocionarse y de llorar. Sólo la relación cordial con las personas y el amor hacia ellas pueden dar sentido a una Humanidad que, a pesar de que ha aprendido a transitar por espacios siderales, es incapaz de viajar al interior de sí misma.
Que nadie se lleve a engaño: no estamos ante una película fácil y divertida, llena de monstruos espaciales y disparos entre naves; estamos ante una obra fascinante, sorprendente, seria y hermosa. Cine cien por cien. Cine con mayúsculas.
Ficha técnica
- Título Original: Ad Astra
- Dirección: James Gray
- Guión: James Gray, Ethan Gross
- País: EEUU
- Año: 2019
- Duración: 122 min.
- Género: Ciencia ficción
- Interpretación: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, Ruth Negga, Liv Tyler, John Finn, Kayla Adams
- Productora: Plan B Entertainment / Regency Enterprises / Keep Your Head Productions / MadRiver Pictures / 20th Century Fox Film Corporation / New Regency Pictures / RT Features / Bona Film Group
- Música: Max Richter, Lorne Balfe
- Fotografía: Hoyte van Hoytema
- Estreno en España: 20 de septiembre 2019