Ms. Marvel (Temporada 1) | Aire fresco y juvenil

Gabriel Sales

Periodista y especialista en Comunicación y Branding digital. Cinéfilo y crítico de cine y series de televisión.

Una de las críticas más leídas por las redes acerca de Ms. Marvel ha sido el menosprecio irracional hacia su protagonista, Kamala Khan, como supuesto argumento válido para denostar el último lanzamiento de Marvel Studios. Nada más lejos de la realidad: la serie es, en principio, de las más flojas de la franquicia, pero en ningún caso por culpa del personaje interpretado por Iman Vellani. Primeramente, si algo hace la actriz pakistaní-canadiense es brillar con su papel y cumplir con el cometido sobradamente. Respecto a Kamala, claro está que puede no encajar bien con parte del fandom marvelita, pero lo que sí hace es dar un aire fresco y rompedor con lo que se ha visto hasta ahora, una línea argumental nueva que se aleja, y es de agradecer, del enorme peso del MCU. La intención de la obra es clara, dirigirse y captar al público juvenil reflejando su realidad en la protagonista. No hablamos de los superhéroes más poderosos de la galaxia que salvan a la humanidad de la extinción. Sencillamente se representa de manera original la vida cotidiana de una adolescente normal en una ciudad corriente, incluso ofreciendo al espectador una creativa narración visual que precisamente tiene como misión plasmar los pensamientos, los sueños y las inquietudes de la joven. Lo curioso es que, siendo parecida en tantos aspectos al Spider-Man de Tom Holland, recaiga sobre ella la censura que nunca ha afectado al otro. Siendo, además, que se acerca más que él a la figura de, por ejemplo, Miles Morales en Spider-Man: Un nuevo universo, esta una película popularmente elevada a los altares.

Con la alegría, el color y también el caos que desprende, Vellani se luce en este panorama pop de grandes esperanzas, luces brillantes, propósitos inocentes y personajes entrañables. El lenguaje es infantil, y es evidente que poca relación guarda con lo visto anteriormente: figuras poderosas, casi inquebrantables, que deben cargar en sus hombres con el peso del mundo. Ms. Marvel es otra cosa, y no necesariamente mala. En este sentido, es similar a Red (2022), una historia atípica que ineludiblemente genera contradicción y comentarios de todo tipo. Al igual que con la de Pixar, es de esperar que la serie de Marvel también trate este proceso de cambio de la niñez a la edad adulta, ofreciendo a los fans la posibilidad de empatizar con una superheroína de menor poder que, como cualquier chaval, se tiene que enfrentar a la fragilidad de la amistad, el amor y la familia.

Que sea adolescente no quiere decir que esté condenada a la falta de calidad, pero el problema que tiene esta serie es que empieza fuerte para luego ir decayendo en atractivo y argumento. Los villanos no están a la altura en ningún momento, y el final cojea bastante. Es emotivo, sí, pero no da más de sí. Otro aspecto en contra es el descenso considerable de nivel del CGI y los efectos visuales. De manera incomprensible caen en picado.

En definitiva, se trata de la entrega más desenfadada del estudio. Es entretenida y divertida, enviada directamente a la Generación Z, con la que puede congeniar enteramente, y obviamente a un nicho nuevo que conecta con las indisolubles raíces musulmanas de la protagonista. Una propuesta que prometía pero luego no ha evolucionado tan favorablemente como se esperaba. Lástima que haya tenido que competir en tiempo de emisión con Obi Wan Kenobi, que ha nacido con estrella por la nostalgia McGregor y Darth Vader.