[Marta Gª Outón – Colaboradora de CinemaNet]
Este año, las películas de los Goya han luchado por posicionarse en los primeros puestos y han tenido que pelear para conseguir su estatuilla. Este arco de tensión entre los nominados (principalmente entre las películas de No habrá paz para los malvados, Blackthorn, La piel que habito y Eva) demuestra que la mayor parte de las propuestas han sido innovadoras, admirables e igualmente ambiciosas.
Los Goya 2012 premian la producción de directores y la interpretación de actores/actrices menos conocidos superando a los más veteranos de la industria del cine. Enrique Urbizu, quien ya consiguió dar sus primeros pasos hacia el éxito al ganar dos Premios Goya en el 2002 por La Caja 507, con su nuevo largometraje No habrá paz para los malvados se posiciona por delante del reconocido director español Pedro Almodóvar, quien el domingo pasado quedó algo peor posicionado en la lista de premiados con su película La piel que habito (premio a mejor música original de Alberto Iglesias, mejor actor revelación a Jan Cornet, mejor maquillaje/peluquería a Karmele Soler, David Martí y Manolo Carretero y mejor interpretación femenina protagonista de Elena Anaya). Así, Urbizu se impone en la Gala con seis estatuillas a mejor director, mejor película, mejor guión (Michel Gaztambide) , mejor interpretación masculina (José Coronado), mejor montaje (Pablo Blanco) y mejor sonido (Licio Marcos de Oliveira, Ignacio Royo-Villanova, Ignacio Royo-Villanova). Y no es de sorprender… porque detrás de ese thriller políaco se esconde una reflexión sobre la libertad y el perdón.
Cerca de este avasallador éxito, se sitúa Blackthorn, un film que rememora las historias del lejano oeste, guiño a las aventuras que veíamos en el clásico Dos hombres y un destino, que ha logrado salir premiado con cuatro galardones por su material artístico aún habiéndolo producido con bajo presupuesto (mejor dirección de producción, de Andrés Santana, mejor dirección de fotografía a Juan Antonio Ruíz Anchía y mejor dirección artística para Juan Pedro de Gaspar).
Detrás de estas dos cintas, se sitúan a la par otras dos: la película de Benito Zambrano de La voz dormida, un drama intenso ambientado en la época de la postguerra, que consiguió llevarse justamente los galardones por mejor canción original («Nana de la hierbabuena») y sorprendiendo por la profesionalidad del reparto femenino, consiguiendo también los Premios Goya a mejor interpretación femenina de reparto (Ana Wagener) y mejor actriz revelación (María León). Por otro lado, destacó también una película de ciencia ficción de una impresionante estética futurística que trabaja con el tema del desarrollo de la cibernética: Eva, de Kike Maíllo, que consiguió las estatuillas a mejor director novel, mejor interpretación masculina de reparto (Lluís Homar) y por los efectos especiales (Arturo Balseiro y Lluís Castells).
El corto de animación en 2D, Arrugas,también fue bastante aplaudido. La trama representa muy positivamente cómo un anciano protagoniza un plan para evitar ser enviado al piso de los asistidos debido al Alzheimer. La obra consiguió la estatuilla a mejor guión adaptado (Ángel de la Cruz, Ignacio Ferreras, Paco Roca, Rosanna Cecchini) y por mejor película de animación.
Como mejor película documental fue elegida Escuchando al juez Garzón, de Isabel Coixet. A mejor película iberoamericana, a la historia argentina de Un cuento chino, de Sebastián Borensztein, que narra un suceso real con simpatía y valorando el compromiso social con los demás. Como era de esperar, The Artist (Michel Hazanavicius) también destacó en los Premios Goya por mejor película extranjera. El mejor cortometraje de ficción español fue para el video de El barco pirata, de Fernando Trullols, que muestra el lado más amable y agradable del valor de los sueños. Mientras que el mejor cortometraje de animación fue para Birdboy, de Pedro Rivero y Alberto Vázquez Rico, y el cortometraje de documentación español de Pedro González Bermúdez se llevó la estatuilla por el video de Regreso a Viridiana, una experiencia de una chica francesa en el rodaje de la gran película de Viridiana.
Este año, la producción española ha sorprendido, y mucho. Las películas ofrecen temáticas que remueven lo más profundo del debate y sentido antropológico, encaminándose a géneros que hasta ahora eran algo desconocidos en la taquilla española. El cine evoluciona, se educa y mejora; y en vez de seguir encerrado en un círculo monótono de historias que no van más allá del puro entretenimiento, los cineastas (e incluso el público), apuestan por películas más exigentes y críticas con la realidad humana.El cine no es un puro anuncio de adrenalina y entretenimiento. El cine es el Séptimo Arte. Enhorabuena a los premiados de los Goya.