hriller notable, más sólido en su trama melodramática que en su intriga policial y de gran actualidad por su disección de la codicia materialista que late en el origen de la actual crisis económica. Una disección muy inquietante, sobre todo por el demoledor desenlace del filme con certeras reflexiones sobre la adicción al dinero y al juego del poder, y sobre las desgracias que genera una doble vida profesional y afectiva.
PELICULA RECOMENDADA POR CINEMANET Título original: Arbitrage. |
SINOPSIS
El magnate neoyorquino Robert Miller, en la víspera de su 60 cumpleaños, parece encarnar el retrato perfecto del éxito en los negocios y en la vida familiar. Pero tras los dorados muros de su mansión, Miller está con el agua al cuello, desesperado por completar la venta de su imperio a un gran banco antes de que quede expuesta la magnitud de su fraude, luchando para esconder este secreto a su fiel mujer Ellen y a su brillante hija y heredera, Brooke .Miller también mantiene un romance con una marchante de arte francesa, Julie Côte. Justo cuando se dispone a deshacerse de su problemático imperio, un sangriento e inesperado error le obliga a hacer malabares con la familia, los negocios y el crimen, con la ayudade Jimmy Grant , un rostro de su pasado. Sin tiempo que perder, Miller deberá enfrentarse a los límites de su ya dudosa moral.
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CRÍTICAS
[Jeronimo José Martín – COPE]
En vísperas de su 60 cumpleaños, el magnate Robert Miller (Richard Gere) parece el perfecto triunfador americano, repetidamente alabado por sus éxitos profesionales y siempre acompañado por su fiel esposa Ellen (Susan Sarandon) y por su inteligente hija Brooke (Brit Marling), la heredera de su imperio financiero. Pero, en realidad, Miller está con el agua al cuello por un fraude que ha cometido y puede salir a la luz, poniendo así en peligro la multimillonaria venta de su empresa a un gran banco. Además, la traumática resolución de su romance con una marchante de arte francesa (Laetitia Casta) complica las cosas todavía más.
“Un tenso y seductor thriller sobre el amor y la lealtad en el mundo de las altas finanzas”. Así se presenta publicitariamente esta película, con la que debuta como director de largometrajes el neoyorquino Nicholas Jarecki, conocido hasta ahora como autor del polémico best-seller Breaking In: How 20 Film Directors Got Their Start; como coguionista de Los confidentes, y como director y guionista del corto The Weight y el documental The Outsider. Este bagaje ha dado a Jarecki el oficio suficiente para desplegar una puesta en escena bastante intensa —aunque quizás demasiado ceñida a los cánones más clásicos del género— y para dirigir muy bien al magnífico reparto con el que ha contado. En este sentido, el trío familiar formado por los veteranos Richard Gere y Susan Sarandon, y por la joven Brit Marling, da entidad a los conflictos dramáticos de sus personajes, que aportan certeras reflexiones sobre la adicción al dinero y al juego del poder, y sobre las desgracias que genera una doble vida profesional y afectiva.
Queda así un thriller notable, más sólido en su trama melodramática que en su intriga policial —un tanto plana y deslavazada—, y de gran actualidad por su disección de la codicia materialista que late en el origen de la actual crisis económica. Una disección muy inquietante, sobre todo por el demoledor desenlace del filme.
Negocios y mentiras
Robert Miller es un poderoso hombre de negocios, casado y con hijos situados en altos cargos de su holding familiar. Pero el momento actual es apurado para Robert, ya que está a punto de cerrar el traspaso de una de sus empresas. En realidad, todo su negocio depende de esa operación, pues ha falsificado las cuentas y el comprador ignora el vacío de capital existente. A la espera de esa importante transacción que lo salve a él y a sus inversores, Robert se relaja a menudo junto a su amante francesa. Sin embargo un serio percance provocará que la policía empiece a investigarle.
El fraude es una película más que urde su argumento al amparo de la crisis económica mundial. El director y guionista Nicholas Jarecki, debuta en el largometraje poniendo una vez más sobre el tapete el tema de la doble moral, de la vida falsa de tantos magnates, para quienes las empresas son sólo sus herramientas para adquirir poder, donde el dinero es el ídolo que manda sobre cualquier otra cosa, ya sea la verdad, las personas o la propia integridad. No está demás dejar claro que es esa falta de ética –”así son los negocios”, dice el protagonista– lo que ha llevado a la ruina a países enteros. Funciona en El fraude este tono dramático, con un empresario que se siente entre la espada y la pared, pero también el equilibrado enfoque de thriller policiaco, con esa especie de perro de presa personificado en el detective interpretado con gran soltura por Tim Roth.
Por otra parte, el inteligente guión de El fraude se esfuerza por mostrar a un protagonista genuino, muy verosímil, hombre cuyo comportamiento no resultará nada extraño al espectador (casi sentimos pena por él y por lo que le sucede), cuando en realidad debería producir extrañeza y un severo rechazo. En honor a la verdad Richard Gere compone a la perfección el papel de hombre agobiado, de picatoste en horas bajas que casi sin querer se ha ido convirtiendo en un egocéntrico manipulador. Espléndida resulta la escena de la discusión matrimonial (grande Susan Sarandon en los pocos minutos que tiene), donde el cinismo entre la pareja llega al culmen y donde se acaba revelando la inmunda falsedad de tantas vidas que relumbran bajo el oropel del triunfo material.
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