Nueva adaptación del clásico relato literario francés, varias veces llevado al cine. La presente versión también maneja y atesora los elementos genuinos de los cuentos infantiles, la lucha entre el bien y el mal entre ellos. Con el interrogante sobre la idoneidad de su público potencial, la película consigue no obstante una notable valoración gracias a su apartado interpretativo y, en especial, a una ambientación donde el vestuario y los efectos especiales toman posiciones destacadas.
ESTRENO Título original: La Belle et la Bête. |
SINOPSIS
En el año 1810, después del naufragio de su barco, un comerciante arruinado se ve obligado a exiliarse en el campo junto con sus seis hijos. Entre ellos se encuentra Bella, la más joven de sus hijas, y también la más alegre y llena de gracia.
Sin embargo, los problemas del comerciante, en vez de desaparecer, aumentan cuando la Bestia, que reina sobre el mágico reino en el que él vive con sus hijos, le condena a muerte por haber robado una rosa. Entonces, Bella decide sacrificarse ella en lugar de su padre, y se va a vivir al castillo de Bestia. Allí, no encuentra la muerte, sino una extraña vida que combina momentos de alegría con otros de melancolía, magia y tristeza.
Bella y Bestia se reúnen todas las noches a la hora de la cena. Bella trata de desentrañar los misterios que rodean a Bestia, pero este no se lo pone nada fácil. Sin embargo, Bella pronto comienza a descubrir retazos de una trágica historia y descubre que Bestia una vez fue un príncipe y que es víctima de una maldición. Poco a poco, el verdadero amor comienza a surgir entre ambos.
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
[Mª Ángeles Almacellas – CinemaNet]
Érase una vez… un rico mercader que había perdido toda su fortuna en un naufragio. Un buen día, extraviado en un bosque tenebroso, en una noche fría, oscura y amenazadora, con mil peligros acechándole, buscó refugio en un misterioso castillo que resultó ser la morada de la Bestia. El pobre hombre fue condenado a muerte por haber robado una rosa, pero la Bestia le concedió que pudiera ir a despedirse de sus seis hijos. Bella, la más joven hermosa y bondadosa de todos ellos, decidió sacrificarse en lugar de su padre. En el palacio de la Bestia, fue descubriendo un mundo mágico que al principio la atemorizó pero, poco a poco, despertó en ella emociones y sentimientos de amor… Finalmente, los “buenos” vencieron a los “malos”… y fueron felices por siempre jamás.
La escritora francesa Jeanne Marie Leprince de Beaumont, en el siglo XVIII, publicó una colección de cuentos que en España se tradujo con el título “El almacén de los niños”, a la que pertenece “La Bella y la Bestia”, que es, en realidad, la adaptación de un cuento de Mme. De Villeneuve, pero que llegaría a ser más célebre que el original. En su época tuvo una gran difusión y, a lo largo del tiempo, ha dado pie a numerosas versiones poéticas, teatrales y cinematográficas, como la importante película de Jean Cocteau (1946) y la más reciente, en dibujos animados, de la productora Walt Disney (1991).
Christophe Gans sigue con bastante fidelidad el relato de Mme. Leprince de Beaumont hasta que el mercader llega al castillo de la Bestia. A partir de ahí, el film se convierte en una adaptación muy personal, en la que predominan los espectaculares efectos especiales. Pero hay que reconocer que los actores principales, Léa Seydoux, Vincent Cassel y el español Eduardo Noriega encarnan bien sus papeles, y el encanto de los decorados, del vestuario y de la fotografía brindan al relato una dimensión onírica de gran belleza y toda la magia del cuento original.
La película conserva lo que es más genuino de los cuentos populares para niños: aparece el mal, en forma de actitud egoísta y agresiva, enfrentado al bien, como actitud de generosidad y bondad. El mal es cruel y nocivo, y, aunque al principio puede parecer que va a triunfar, al final se encamina inexorablemente a su propia destrucción. Por el contrario, quien es bondadoso, ama sinceramente y vive siempre pensando en el bien de los demás, llega a ser feliz “por siempre jamás”.
El punto débil de “La Bella y la Bestia” es que no se sabe exactamente a qué público va dirigida. No puede considerarse una película familiar, porque la violencia de muchas escenas y los terroríficos monstruos del bosque no resultan en absoluto adecuados para niños. Sin embargo, la estructura de cuento contado por una mamá a sus dos hijitos, muy lograda por otra parte, parece dirigida precisamente a niños más que a un público joven-adulto. Pero para el espectador que guste de dejarse llevar por la encanto de los cuentos tradicionales y quiera recrearse la mirada con escenas de gran belleza, serán, sin duda, dos horas de solaz y entretenimiento.
[Jerónimo José Martín – COPE]
En la última década se han realizado ambiciosas adaptaciones al cine de acción real de cuentos de hadas clásicos y modernos. Además de las sagas sobre “El Hobbit” (2012-2014), “El Señor de los Anillos” (2001-2003) y “Las Crónicas de Narnia” (2005-¿?), ahí están “Alicia en el País de las Maravillas” (2010), “Caperucita Roja” (2011), “Blancanieves (Mirror, Mirror)”, “Blancanieves y la leyenda del cazador”, “Blancanieves” (de Pablo Berger) —las tres de 2012—, “Hansel y Gretel: Cazadores de brujas” (2013), “Jack el Caza Gigantes” (2013), “Oz, un mundo de fantasía” (2013)… Meses antes de que se estrene “Maléfica” —en torno a la malvada bruja de “La Bella Durmiente” de Disney—, el discutido cineasta francés Christophe Gans (“Crying Freeman: los paraísos perdidos”, “El pacto de los lobos”, “Silent Hill”) presenta su particular visión de “La Bella y la Bestia”, un relato tradicional de orígenes inciertos, atribuido por algunos a Apuleyo, y con versiones conocidas de Giovanni Francesco Straparola, Charles Perrault, Madame d’Aulnoy y Giambattista Basile.
Al igual que las adaptaciones fílmicas de Jean Cocteau (1946) y Walt Disney (1991), la de Gans se basa sobre todo en la breve actualización infantil de la fábula que publicó en 1756 la aristócrata francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (1711-1780), dentro de su colección de relatos “Magasin des enfants, ou dialogues entre une sage gouvernante et plusieurs de ses élèves”. Pero, esta vez, Gans la ha completado con algunos pasajes de la versión —más larga, adulta, escabrosa y subversiva— que publicó en 1740 la también francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve (1695-1755), dentro de su compilación “La jeune américaine, et les contes marins”.
Francia, 1720. Érase una vez… un rico mercader (André Dussollier) que perdió toda su fortuna en el naufragio de sus tres navíos. Arruinado y humillado, tuvo que trasladarse al campo con sus seis hijos. Entre ellos se encontraba Bella (Léa Seydoux), la más joven de las hijas, una chica guapa, alegre y servicial, muy distinta de sus dos vanidosas hermanas, Anne (Audrey Lamy) y Clotilde (Sara Giraudeau), que solo piensan en el dinero. Tras un viaje agotador, el mercader descubre el mágico señorío de la Bestia (Vincent Cassel), un ser espeluznante y resentido, atenazado por una maldición, que condena a muerte al pobre anciano por haberle robado una rosa. Sintiéndose responsable de la terrible suerte que amenaza a su familia, Bella decide sacrificarse en lugar de su padre.
Como en sus tres anteriores películas, Gans tiende demasiado al barroquismo visual, cae a ratos en un cierto tedio narrativo y no acaba de controlar los contrapuntos de humor, a través de los que intenta suavizar el tono melodramático y un poco sórdido de la historia. En este sentido, los singulares animalillos del castillo de la Bestia están muy por debajo de los memorables personajes secundarios de la versión animada de Disney. De todas formas, Gans ha contado con una bellísima dirección artística, una preciosa fotografía y unos sugerentes efectos visuales. Además, Vincent Cassel, Léa Seydoux y André Dussollier mantienen un alto nivel interpretativo, de modo que sus personajes conectan con el espectador. Más tópica y menos matizada es la caracterización del ambicioso criminal Perducas, a cargo del español Eduardo Noriega, que ha sido doblado al menos en la versión original en francés. Queda así una película vistosa, pero irregular, más apropiada para el público adulto y juvenil que para el infantil.
¡Debate esta película en nuestros foros!
¡Se ve muy interesante esta película, se están haciendo muchas adaptaciones de cuentos clásicos como Jack the Giant Slayer, en fin, habrá que verlas para poder opinar!