Sinopsis
En el fantástico mundo de Kumandra, humanos y dragones vivieron juntos hace mucho tiempo en perfecta armonía, hasta que estos seres se sacrificaron para salvar a la humanidad. 500 años después, las fuerzas malignas han regresado y Raya, una guerrera solitaria, tendrá que encontrar al último y legendario dragón para reconstruir un mundo destruido y volver a unir a su pueblo.
Crítica
Confianza y amistad
Debe ser difícil lidiar con la cantidad de críticas que le llueven a una película tras tanta expectación, sobre todo después de haber invertido más de cien millones de dólares en ella, pero así es la vida si eres Disney. Más allá de Pixar y DreamWorks, la mayor competencia que tiene la multimillonaria internacional es ella misma.
Raya y el último dragón, estrenada el 5 de marzo en cines y en Disney+ premium, es la primera película de animación que saca Disney desde su exitosa Frozen II en 2019. Esta vez volvemos a tener a una protagonista joven, decidida e independiente. Tan independiente que Raya, la joven guerrera que correrá aventuras, desconfía de todos los que la rodean.
Ella es hija de un rey soltero que gobierna una parte del antiguo reino de Kumandra. Decimos «antiguo» porque ahora el reino se ha dividido en cuatro regiones distintas, cada una con una cultura diferente y una desconfianza hacia el resto que provocará que el mal regrese al reino de nuevo. Este ente maligno representado por una nube negra con destellos morados deja petrificados a todos los que engulle a su paso. Raya emprenderá un viaje para reunir la gema que acabará con la amenaza con la esperanza de que aquello una a los pueblos de nuevo bajo el único reino de Kumandra.
Una historia polémica
La opinión más común entre los primeros espectadores ha sido al respecto de la trama y los personajes. Muchos coincidimos en que la historia es demasiado compleja, sobre todo para los más pequeños, que, al fin y al cabo, se quedan únicamente con el hipnótico colorido de las imágenes y las bromas modernas que gasta el personaje del dragón, las cuales sacan a uno del tiempo cronológico en el que se desenvuelve la historia.
El mundo que han creado es demasiado diverso, la trama tiene muchos matices y, por tanto, no queda espacio para desarrollar más a fondo a los personajes; siendo esto último el aspecto más criticado por los fans de Pixar, los que afirman que la compañía de Toy Story jamás descuidan a sus personajes, logrando así que el público conecte sentimentalmente con ellos. Algo que no llega a suceder en Raya y el último dragón. Creo que se podría haber aprovechado mejor las escenas pausadas que llegan después de un chute de acción para profundizar en la humanidad y valores de los personajes.
Uno de los temas más comentados sobre la película gira en torno al personaje antagonista: otra chica guerrera perteneciente a un pueblo distinto al de Raya que le perseguirá para evitar que se haga con las piezas de la gema y se lleve la gloria de redimir a su mundo del mal. Este personaje, Namaari, está caracterizado con rasgos masculinos y un corte de pelo atribuido hoy a las feministas más radicales.
Varias revistas de crítica cinematográfica ya han incentivado la duda sobre la identidad sexual de Namaari comentando si éste sería el primer personaje LGTBI en un largometraje animado de Disney. Lo cierto es que no está nada clara la identidad sexual de Raya ni de Namaari, ya que no se comenta en la película ni tiene ninguna relevancia en la trama. Disney, sin embargo, no ha querido afirmar ni desmentir la polémica para no perder a cualquiera de sus diferentes públicos.
Unos valores poco definidos
La desconfianza es el motor de la historia de este filme. Es éste defecto el que arranca la historia desde el principio, el que marca al personaje principal y el que rige la relación entre los distintos pueblos de Kumandra. Queda claro que no trae nada bueno, pero no será hasta que llegue el momento del clímax cuando los personajes den el primer voto de confianza que salvará al reino. Ese momento, a mi parecer, llega demasiado tarde y los niños y niñas se han quedado con la imagen dura y desconfiada que desprende Raya durante casi todo el filme. De todas formas, vamos a concederle a la película el valor positivo de la confianza por ser ésta la redención de los personajes y su mundo.
Varios personajes de distintos pueblos se van uniendo a Raya y a su aventura por el camino llegando a formar un pequeño grupo de amigos que demostrarán que el trabajo en equipo, la amistad y arriesgar la vida por salvar la de los demás son requisitos indispensables para alcanzar un final feliz. Este grupo formado por un tierno matón, un niño vendedor ambulante, una bebé y sus monos estafadores, un dragón y una guerrera llegarán a formar una pequeña familia diversificada. Como se puede observar, parece que Disney quiere mostrar su apoyo a la diversidad a toda costa.
Una técnica del todo aprendida
Nadie se atreve a criticar la película desde el punto de vista técnico, pues ha resultado otra demostración de quién acapara los recursos y el talento para la animación 3D. Los paisajes quitan el aliento, los efectos como las nubes de arena o hasta el pelo mojado, que siempre habían sido quebraderos de cabeza, son pan comido para los creadores del filme. Ya nos demostraron con la escena de Elsa enfrentándose al mar en Frozen II y cabalgando sobre un caballo hecho de agua que los efectos especiales considerados como los más difíciles de conseguir en animación 3D han sido superados por la compañía del ratón hace un buen rato.
Sin embargo, todo ello está conducido a lograr un aspecto realista, que para los verdaderos fans de la animación resulta ser el destino opuesto al que debe dirigirse esta maravillosa técnica. La exageración en las formas y en los movimientos es un aspecto exclusivo de la animación (2D y 3D). Es por ello que el manejo de estos factores constituirá para muchos una balanza para declarar si el filme merece su admiración o simplemente su aplauso.
Como hemos dicho al principio, es fácil criticar a Disney cuando cojea en algunos de sus estrenos. Al fin y al cabo, el listón se lo ponen ellos mismos y habrá muchas veces, como ésta, en la que no hayan llegado a la altura de otras de sus obras maestras, siendo Raya una de las mejores demostraciones de animación 3D.
Si Disney cree que para entretener a los niños de hoy en día hay que inyectarles acción en vena creo que van por mal camino, pero iremos viendo hasta qué punto llega el gigante de la animación con sus historias y sus efectos especiales. Raya y el último dragón es una buena película, pero no vale treinta dólares más en Disney+. Soul, estrenada hace unos meses gratuitamente en la plataforma, tenía más contenido con valores.
Ficha técnica

- Título Original: Raya and the Last Dragon
- Dirección: Don Hall, Carlos López Estrada, Paul Briggs, John Ripa
- Guión: Qui Nguyen, Adele Lim (Historia: Paul Briggs, Don Hall, Adele Lim, Carlos López Estrada, Kiel Murray, Qui Nguyen, John Ripa, Dean Wellins)
- País: EEUU
- Año: 2021
- Duración: 114 minutos min.
- Género: Acción y aventuras
- Interpretación: (Animación)
- Productora: Walt Disney Animation Studios
- Música: James Newton Howard
- Fotografía: (Animación)
- Estreno en España: 5 de marzo de 2021