Rebel | Una visión árabe del ISIS basada en hechos reales

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Rebel es una historia dura, durísima (emocional y visualmente hablando) sobre el modo de actuar que tiene el ISIS o Estado Islámico. Los acontecimientos ocurren en Bélgica y en Siria, y tienen la fuerza de estar basados en hechos reales. La película, que fue presentada en Cannes, está dirigida por Adil El Arbi y Bilall Fallah, dos directores belgas de origen árabe-marroquí, por lo que el relato también tiene el punto a favor de estar contado por personas de origen árabe.

La manera en que está narrado el filme se parece algo al modo de trabajar de Bollywood, pues además de estar dividida en varios “episodios” o “capítulos”, cuenta con canciones coreografiadas que siguen la narrativa del largometraje y ayudan al espectador a participar en la película de una manera distinta a la que está acostumbrado el espectador occidental. La producción y la fotografía también están muy bien cuidadas, otorgando a la cinta una profesionalidad que se echa en falta en otras producciones de presupuesto no tan holgado.

Los actores también realizan un gran papel y son creíbles, lo cual no siempre es así en este cine más de autor y menos comercial, lo cual se agradece. La película está rodada en francés, árabe y algo de inglés de vez en cuando, y la línea argumental está adecuadamente descrita. Además, no se “venden” en ningún momento a ideologías actuales que últimamente parece que tienen billete comprado para cada producción que se hace. Más bien todo lo contrario, pues la delicadeza del protagonista a la hora de tratar con la mujer que se le “asigna” es, hoy en día, ejemplar.

Ahora bien, y como he apuntado al principio, para disfrutar de esta película hace falta estómago, pues los directores no se ahorran metraje para mostrar la crueldad del ISIS con propios y ajenos, pudiendo llegar a incomodar mucho a personas que sean especialmente sensibles ante imágenes de dolor y sangre, de tortura y sufrimiento físico. Quizá, los cineastas han querido mostrar la situación en toda su crudeza para que así el mensaje llegue más claro y más profundo.

En definitiva, es una película necesaria para que se conozca casi de primera mano la dura realidad del ISIS y sus métodos de captación y de “marketing audiovisual” mundial, si se puede llamar así. La historia humana que narra es desgarradora y la fortaleza de la familia y, especialmente, de la madre se muestran en toda su plenitud. Sólo me queda decir bravo a Adil El Arbi y Bilall Fallah por la valentía demostrada, aunque quizá, una crudeza visual tan explícita puede ocasionar que la película no sea capaz de llegar a tanta gente como se desearía.