Título original: Leap year. |
SINOPSIS
Al transcurrir otro año, el cuarto, sin propuesta matrimonial, la decoradora Anna Brady decide que ya está bien. Cuando se entera de que una antigua tradición irlandesa permite a las mujeres pedir en matrimonio a sus novios el 29 de febrero, Anna decide seguir a su novio, el cardiólogo Jeremy, de Boston a Dublín y dar el gran paso. Cuenta con el beneplácito de Jack, su rebelde y bienintencionado padre. Simple. Fácil. Pero los aviones se retrasan, el tiempo hace de las suyas y la mala suerte se pone en marcha, dejando a Anna perdida al otro lado de Irlanda. No le queda más remedio que pedir ayuda al malhumorado y despreocupado Declan. Mientras Anna y Declan discuten cruzando la Isla Esmeralda, descubren algo que hubieran debido adivinar: el camino hacia el amor lleva a sitios inesperados
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
Qué harías por amor
Anna es una mujer hiperordenada de Boston, a la que le gusta mantener el control. Está muy satisfecha de su noviazgo con el cardiólogo Jeremy, aunque se hace esperar su petición de matrimonio. De modo que decide acelerar las cosas viajando a Dublín, pues existe allí la tradición de que el 29 de febrero, los años bisiestos, es la mujer quien se declara a su futuro marido; y Jeremy tiene un congreso en esa ciudad. La cosa no va a ser tan fácil, pues las inclemencias del tiempo alargan su viaje, hasta el punto de que va a parar a un pueblecito en la Irlanda profunda. Allí conoce al tosco Declan, que lleva el pub del lugar, y ejerce de taxista. Los caracteres de ambos chocan, pero Anna no tiene más remedio que aceptar sus servicios para llegar junto a su amado. Aunque puede que las flechas de Cupido estén apuntando en otra dirección.
Simpática comedia romántica, tiene una premisa original, unas cuantas situaciones divertidas, y sabe sacar todo el partido a los magníficos paisajes de la verde Irlanda, incluida la isla de Arán. Para ciertos paladares resultará demasiado acaramelada, y le cuesta rematar, pero el esquema de guerra de sexos funciona, en gran medida gracias a esa estupenda actriz llamada Amy Adams, y a un Matthew Goode que le sigue el paso; seguramente su modelo no confeso es El hombre tranquilo, y aunque no se alcanza ese nivel de compenetración entre Maureen O’Hara y John Wayne, hay química entre la pareja protagonista. También funcionan los secundarios, el novio, Adam Scott, y los divertidos lugareños. Es de agradecer la ausencia de detalles zafios, algo no tan frecuente en los tiempos que corren.
[Víctor Alvarado, Cine y Libertad]
Anand Tucker nos ofrece una decepcionante comedia romántica de intercambio cultural. Cuenta las andanzas de una chica de clase alta, que vieja a Irlanda para pedirle a su novio que se case con ella el 29 febrero, siguiendo la tradición del citado país que sirve para garantizar la felicidad duradera. Sin embargo, sus planes se trastocarán al conocer a un chico de la zona.
Las interpretaciones no son nada del otro mundo. De todas formas, sobresale, por decirlo de alguna manera, la de Amy Adams, conocida por haber participado en Julie and Julia (2009). La dirección corresponde a Anand Tucker (Hilary y Jackie), que no consigue transmitir nada especial con un guión demasiado esquemático. El autor refleja las tradiciones irlandesas de un modo superficial, que la dan pie para generar situaciones supuestamente divertidas. Su humor se basa fundamentalmente en golpes y caídas, narrando situaciones cómicas sin gracia ninguna. En definitiva, se trata de una película demasiado convencional, aunque no sería justo ignorar que, al menos, no basa su humor en gags burdos y del mal gusto, un tema muy recurrente en la comedia actual.
Por otra parte, la producción crítica los comportamientos supersticiosos. Una realidad muy arraigada en muchas culturas incluso en la occidental y que llama la atención que el ser humano no haya logrado desterrar de su mente. Además, este largometraje constata la falta de compromiso del hombre actual, expresado en el novio de la protagonista, un personaje que sólo entiende el matrimonio como un mero intercambio económico, cuando la relación de pareja debe construirse con pilares más sólidos que quedan patentes en los pequeños detalles mostrados por el papel del actor Matthew Goode.
Por último, les recomendamos que no se pierdan la única joya de esta cinta, que bien se merece un documental. Nos estamos refiriendo a un castillo que aparece en ella que es una auténtica maravilla.
¡Debate esta película en nuestros foros!
En esta película, por lo que se ve, hay opiniones para todos los gustos!!!
Great article.